domingo, mayo 19, 2024

Barandal

•El espejo de Wínckler

•Abogado encumbrado

•Meteórica carrera

Luis Velázquez

28 de septiembre de 2019

ESCALERAS: Meteórica fue la carrera pública de Jorge Wínckler Ortiz. De abogado del magnate Valentín Ruiz Ortiz, Q.E.P.D., y del panista Miguel Ángel Yunes Linares, a Fiscal. Ahora, con 3 órdenes de aprehensión por secuestro, desaparición forzada, camino, todo indica, al penal de Pacho Viejo.

Meteórica también la carrera del abogado Manuel Fernández Olivares:

Agente del Ministerio Público, juez en Coatzacoalcos (duró un par de meses) encargado de la Defensoría Pública del Estado, secretario de Acuerdos de la Sala Constitucional, magistrado suplente, y director jurídico de la Fiscal Verónica Hernández.

PASAMANOS: Y más por lo siguiente:

El procurador de Javier Duarte, Felipe Amadeo Flores Espinoza (ex titular de todo, menos de gobernador) lo destituyó de la función pública, argumentando malas amistades.

Incluso, trascendió que era buscado por la SIEDO, sin que nunca procedieran en su contra. Quizá, los envidiosos y quisquillosos.

Y no obstante, ahora el segundo de la Fiscal de Cuitláhuac García y lo que ha despertado mucha, demasiada envidia entre los abogados.

CORREDORES: Además, y para mayor envidia, tiene su despacho jurídico donde varios años litigara y se blindara de los vientos políticos huracanados en el fraccionamiento Costa de Oro, de Boca del Río, avenida Costa de Oro número 1404, una especie de búnker.

Allí tiene su cuerpo de abogados empujando el bufete, de igual manera como, por ejemplo, también Wínckler tuvo su despacho durante los dos años de la yunicidad y los 9 meses y medio de la era Cuitláhuac.

Es una mansión-despacho, donde ni siquiera hay un letrero anunciando el servicio profesional, pero, bueno, así funcionan las cosas.

Fernández Olivares se ha mantenido así, en carrera ascendente, durante varios gobernadores. Antes, fulgor en el panismo. Y también en parte del priismo. Ahora, con MORENA.

Un abogado, digamos, con vocación universal.

BALCONES: También fue el caso de Marcos Even Torres Zamudio quien de maestro de Wínckler y quien lo nombrara su adjunto en la universidad privada, brincó a la Fiscalía Anticorrupción y ahora es, parece, un prófugo de la justicia, luego de la orden de aprehensión en su contra acusado del presunto secuestro de una persona.

Y el caso de Luis Eduardo Coronel junior, el Fiscal de Desaparecidos, quien apareciera como abogado de la Comisión Estatal de Atención y Protección a Periodistas y de la Comisión Estatal de Derechos Humanos al lado de su madrina Namiko Matzumoto, y de pronto, el brinco fenomenal a la Fiscalía.

Ahora, igual que su jefe y anexos y conexos, 6 en total, con una orden de captura.

Con mucho sigilo y tiento ha, entonces, de caminar, el nuevo director Jurídico de la Fiscalía, pues el cargo alimenta muchas, demasiadas, excesivas pasiones.

PASILLOS: En otro tiempo fue señalado de tener relaciones peligrosas, “malas amistades” le llamaba Javier Duarte.

Pero nunca se las probaron. Y, bueno, si ha sido ligado al diablo, también su dios lo favoreció con el alto cargo en la Fiscalía.

Y encumbrado, ha de cuidar su imagen, pues en la cancha jurídica hay quienes buscan resucitar el pasado, y si AMLO cesó a la secretaria del Medio Ambiente por atrasar un vuelo aéreo y despidió al director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución, Pedro Salmerón, por llamar “jóvenes valientes” a los militantes de la Liga Comunista, 23 de septiembre, los asesinos de Eugenio Garza Sada, entonces, “el horno no está para bollos”.

VENTANAS: Claro, cada cosa en su lugar, pero al mismo tiempo los políticos han de verse en el espejo de Jorge Wínckler. 2 años y meses refocilando en las mieles del poder, ahora, un prófugo de la justicia, acusado de desaparición forzada.

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