martes, mayo 7, 2024

Escenarios

•Cuarteto en la mira

•Salinas, Fox y Calderón

•Y Miguel Yunes Linares

•El amigo de Yunes

Luis Velázquez

27 de septiembre de 2019

UNO. Un cuarteto en la mira

Un hecho político está claro: AMLO, el presidente de la república, tiene en la mira a un cuarteto de políticos.

Uno, Carlos Salinas. Dos, Vicente Fox. Tres, Felipe Calderón. Y cuatro, Miguel Ángel Yunes Linares.

Terco como él mismo se ha definido, también es obsesivo. Y por eso mismo, tarde o temprano cumplirá su objetivo.

En el caso del Yunes azul, primero, porque los agravios en contra de AMLO en la campaña a gobernador de Veracruz en el año 2019 fueron muchos.

Y segundo, porque los agravios de Miguel Ángel Yunes Márquez, el candidato panista a la silla embrujada del palacio, fueron muchos más.

Y por eso mismo, el obradorismo lo tiene como objetivo primordial.

Incluso, “veinte y las malas” que el exfiscal General de Veracruz, Jorge Wínckler Ortiz, apenas, apenitas fue y es un instrumento para seguir enviando calambres a Yunes, pues lo impuso como fiscal carnal durante 9 años.

Todavía más:

DOS. La lengua de Wínckler descarriló más a Yunes

Luego de la masacre de Coatzacoalcos (31 muertos al momento), un día en la conferencia mañana, AMLO dijo que la Fiscalía General de Jorge Wínckler había liberado a un presunto asesino del cartel que rociara gasolina y prendiera fuego al night club, “El caballo blanco”.

Entonces, sin medir consecuencias ni estragos, ni actuar con las neurona y con inteligencia y estrategia, luego luego Wínckler reviró a AMLO asegurando que la Fiscalía General de la República era quien había soltado al presunto malandro.

Días después, horas después, la LXV Legislatura, aprisa y de prisa y con prisa, aceleraba el juicio político a Wínckler.

Peor tantito: sin juicio político, sacando una carta de la manga de la camisa, Wínckler fue destituido.

Y antes de que el gallito cantara 3 veces, había ya nueva Fiscal y Wínckler había sido lanzado de su palacio.

En la percepción ciudadana fue un manotazo de AMLO.

Y es que en un sistema político como el priista y el panista, donde el jefe del Poder Ejecutivo Federal es el tlatoani, el gurú, el tótem, el chamán, nada se mueve sin su voluntad y enfrentarse al presidente de la república es la peor audacia y temeridad de la vida.

Por eso, la caída intempestiva de Wínckler.

Pero el objetivo central es Yunes Linares.

TRES. El amigo de Yunes

Yunes Linares tiene o tendría un padrino, digamos, a su favor, en la cancha federal, mejor dicho, en el carril obradorista.

Se llama Julio Scherer Ibarra, jefe Jurídico de la Presidencia de la República y fue operador político y mediático de Yunes Linares en el año 2016 como candidato a gobernador enfrentando a Javier Duarte.

Hasta donde se sabe, si se sabe bien, Scherer Ibarra es amigo de Yunes Linares y por eso fue uno de sus operadores.

Y, bueno, así como están las cosas, bien pudiera significar un puente tendido con AMLO, aun cuando las circunstancias habrían cambiado del año 2016 a 2019, y si así fuera, entonces el manotazo obradorista contra Yunes seguirá su curso.

Y más, porque del cuarteto de políticos en la mira de AMLO, Yunes Linares es la parte más frágil.

Incluso, en el caso de AMLO con Salinas, Fox y Calderón, el fuego enemigo se ha convertido en un fuego pirotécnico de dimes y diretes.

Peor, por ejemplo, la está yendo al hipee Enrique Peña Nieto con Rosario Robles Berlanga inhabilitada por diez años para ocupar un cargo público.

El caso Wínckler continúa para adelante y sólo terminaría cuando tanto Wínckler como Yunes estén en Pacho Viejo.

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