•La violencia sigue
•Panteón de policías
•Hasta mujeres policías
Luis Velázquez
24 de septiembre de 2019
UNO. Cementerio de policías
En el cementerio del gobierno de Veracruz hay veinte cruces. Son las cruces de los policías asesinados en los últimos casi diez meses. Es el único resultado de la guerra entre la autoridad de MORENA y los carteles y cartelitos. Es el peor saldo en la historia local. Y aun cuando van más de mil 400 crímenes, entre ellos, mujeres y menores de edad, políticos y líderes partidistas y sindicales, activistas y miembros de la comunidad sexual, taxistas y ganaderos, el homicidio de los policías (siempre los mandos medios y bajos, nunca los jefes máximos) estremece el corazón ciudadano, pues si tal es la suerte de los polis, caray, nada podemos esperar los 8 millones de habitantes de Veracruz.
El miércoles 18 fue más trágico que nunca. Asesinaron a dos comandantes. Uno, Efrén Sánchez Zúñiga, en Atoyac, y el otro, Jorge Quiroz Juárez, en Alamo.
Pero en la numeralia de la muerte figuran, entre otros, los siguientes…
DOS. Mujeres policías asesinadas
El reportero Antonio Osorio Ojeda lleva la lista de los asesinatos cometidos en el tiempo de MORENA en el día con día, de igual manera como también la llevara en la yunicidad y el duartazgo.
9 de diciembre, 2018, un policía federal ejecutado en Coyutla. 14 de diciembre, dos agentes de la Policía Ministerial emboscados en Nogales. 20 de diciembre, otro policía estatal ejecutado en Medellín.
26 de diciembre, asesinado el comandante policiaco de Yanga. 4 de enero, ejecutado el comandante de Altotonga. 31 de enero, 2019, ejecutado policía de la Fuerza Civil. Dos más, heridos, en la carretera federal La Tinaja-Ciudad Alemán. 3 de febrero, asesinado el comandante policiaco de Xalapa.
5 de febrero, ejecutado director de Seguridad Pública de San Juan Evangelista. 29 de marzo, ejecutada la primera mujer policía. En Platón Sánchez. 11 de abril, emboscado un policía de San San Juan Evangelista. Dos más, heridos. 15 de abril, asesinado el comandante de Soconusco.
26 de abril, otra mujer policía asesinada. En Chacaltianguis. 4 de mayo, dos policías perdieron la vida en Minatitlán, luego de un fuego cruzado. 11 de mayo, ejecutado el comandante de Tezonapa. 21 de agosto, asesinado un elemento de la Fuerza Civil en la carretera federal Xalapa-Veracruz. También una mujer que lo acompañaba.
TRES. Las tribus vengadoras
Nadie, pues, está a salvo. Nadie, tampoco, la ha librado. Un día, de pronto, un secuestro, una desaparición, un asesinato, una bala perdida, un cadáver más. Y la vida familiar cambia por completo.
Y mientras el oleaje de incertidumbre y zozobra se multiplica, las elites políticas de Veracruz (PAN, PRI, Movimiento Ciudadano, MORENA, etcétera) pelean en la LXV Legislatura y en el Congreso de la Unión por la caída del gobernador. Así, hasta el líder senatorial de MORENA, Ricardo Monreal, advierte a los panista que si continúan exigiendo un juicio político a Cuitláhuac García, entonces, llevarán a juicio político a sus homólogos de Tamaulipas y Guanajuato, «y a todos los demás».
CUATRO. La violencia sigue y sigue…
La política, reducida a dimes y diretes en un chismarajo de patio de vecindad. Todos, declarándose imparciales, equitativos, justos, eficaces y eficientes. Y, claro, ángeles de la pureza, impolutos, honestos «a prueba de bomba. Pillos y ladrones, los otros.
Veinte policías asesinados en Veracruz en diez meses y la violencia continúa desbordada y descarrilada. De nada, entonces, sirvió su holocausto y el sacrificio familiar de los hijos huérfanos y las esposas viudas. Desde luego, y como dice el góber, «con Jorge Wínckler estábamos peor». Y como dice el secretario General de Gobierno, Wínckler tiene armado un complot mediático y político para su regreso a la Fiscalía, ajá, luego de la orden de aprehensión en su contra.
