Malecón del Paseo

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•Festival de la garnacha

•“Veracruz se antoja”

•Compiten con Rinconada

Luis Velázquez

22 de agosto de 2019

EMBARCADERO: El pueblo de Soledad de Doblado cumplió un año más de fundado… Y la autoridad lanzó programa estelar turístico, a tono, digamos, con la política de MORENA de “Veracruz se antoja”… De nombre le pusieron “Festival de la garnacha”… Fue un domingo a partir de las diez horas… La estrategia fue la siguiente: a nombre, quizá, del Ayuntamiento, la red laboral de las mujeres haciendo garnachas todos los días en la vieja estación del ferrocarril regalaban tres garnachitas y si el comensal deseaba más, entonces, las pagaba…

ROMPEOLAS: El llamado festival de la garnacha quiso competir con la fama internacional de Rinconada con sus garnachas, allí mismo donde alguna vez, el atlético presidente de la república, Luis Echeverría Álvarez, se detuviera para comer garnachas, impulsado, digamos, por la compañera María Esther Zuno, quien en Palacio Nacional ofrecía platillos tradicionales con horchata en el día patrio… ¡Vaya osadía y temeridad!… Rinconada está súper posicionada como la capital garnachera y nadie la desbarrancará… Ni siquiera, vaya, como cuando construyeron el libramiento vial y tenían el miedo y el temor de un desplome gastronómico…

ASTILLEROS: La imaginación política para lanzar a Soledad de Doblado en la cancha turística y de paso, acariciar la posibilidad de un repunte económico fue demasiado pobre… De entrada, cayeron en lo denominado por José López Portillo “el localismo empobrecedor”… El consumo de garnachas en día domingo antes de asistir a misa de doce… Ni siquiera llamaron la atención local… Y encontrar la brújula está canijo… Y más en un pueblo, igual, igualitos a la mayoría de las demarcaciones de Veracruz, donde la mitad de la población y la otra mitad parte todos los días a otras ciudades a trabajar y regresa en la noche…

ESCOLLERAS: Más, mucho más ilustre y fulgor tuvo el pueblo en el siglo pasado… Incluso, en el siglo XVIII cuando el ministro de Relaciones Exteriores de Benito Juárez, Manuel Doblado, firmó los Tratados de la Soledad en una colina, ya desaparecida, y sin que ningún gobierno municipal la rescatara, digamos, como atractivo turístico… Más resplandor cuando, por ejemplo, el pueblo fue la sede del congreso estatal de campesinos socialistas en el tiempo de la enconada lucha agraria donde los latifundistas contrataron al cacique de “La mano negra”, Manuel Parra, de la hacienda Almolonga, de Alto Lucero, para asesinar a cuarenta mil campesinos y ejidatarios…

PLAZOLETA: Tiempo ilustre aquel, cuando miles de campesinos desfilaron en las calles cargando cartulinas con las fotos de Lenin y León Trotstky y cantando la Internacional Socialista… Tiempo cuando en el único cine exhibieron la película “La cucaracha”, con María Félix, y la elite eclesiástica se lanzó contra de la autoridad edilicia exigiendo la clausura de la única diversión del pueblo…

Tiempo cuando, y por ejemplo, un par de equipos de basquetbol, Argos y Zigzag, fueron campeones estatales y recorrieron el país en una gira deportiva… El único estremecimiento en el pueblo fue hace dos semanas cuando en el río Jamapa apareció flotando un cadáver como nunca antes…

PALMERAS: De festivales, pueblos mágicos y récord Guinness está lleno el “Veracruz se antoja”, simple y llanamente, puras ocurrencias… Incluso, el festival de salsa (cuarenta millones de pesos costó en su última edición) y el festival Tajín (39 millones de pesos este año) significaron un fiasco, además de quizá levantar la economía local durante unos días, 2, 3… El festival de la garnacha tuvo una mira y un alcance demasiado corto… Y ni siquiera llegó a los titulares… Ni hablar, cada pueblo tiene el cuerpo edilicio merecido…