viernes, abril 19, 2024

Expediente 2019

Zapatos grandes

Luis Velázquez/Parte Uno

16 de agosto de 2019

Los zapatos de Veracruz le quedaron demasiado grandes al gobernador. Parecen, incluso, las chancletas de un payasito de circo aldeano haciendo “cuas, cuas”, pum pum, al caminar.

Pronto, la población llegó al desencanto social del góber cuya madurez neurológica se centra y gravita alrededor de soy fifí, soy sabadaba, soy Power del Sureste, el grupito formado con sus homólogos de Tabasco y Chiapas para su grandeza emérita, soy Pacto Oaxaca.

Y más allá del vitoreo y la levantada de mano de AMLO a su góber jarocho la duda y la suspicacia predominan en la pregunta colectiva bajo un eje central:

Las razones, digamos, por las cuales AMLO eligió por dedazo y en dos ocasiones a Cuitláhuac como su candidato a gobernador.

Nadie, por lo pronto, las conoce. Quizá algunos politólogos y políticos las intuirán. Quizá algún morenista encumbrado, miembro, digamos, de la elite política, tendrá información aproximada. Acaso unos cuantos (Yeidckol Polevnsky Rocío Nahle, Manuel Huerta, Ricardo Ahued, Amado Cruz Malpica, Gloria Sánchez, etcétera) “conocerán el fondo de la olla”.

Pero, claro, guardan silencio, acatando la sabiduría popular del Eclesiastés de “amarrarse la lengua”, equivalente a los dichos de “en boca cerrada… no entran moscas”, y “calladito… te ves más bonito”.

Pero como 8 meses y medio han bastado para multiplicar el desencanto social sobre el gobierno de MORENA en Veracruz, el politólogo Ramón Benítez aproxima premisas para tratar de entender y comprender las razones de AMLO para “dedear” a su góber.

Entre otras, las siguientes:

1) Según las versiones, la profe y senadora, Gloria Sánchez, acercó a Cuitláhuac García a AMLO para la candidatura a diputado federal por el distrito de Xalapa cuando el exrector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo, declinó. Su argumento básico era mantener una distancia prudente y serena de Xalapa luego de su rectorado. Pero, entonces, ¿la recomendación de Gloria Sánchez sirvió también para lanzar a Cuitláhuac en un par de ocasiones para gobernador?

2) La secretaria de Energía, Rocío Nahle, era la más fuerte competidora de Cuitláhuac, entonces, diputado federal, para la candidatura a gobernador. Nahle, originaria de Zacatecas, bien puede gobernar Veracruz, pues la Constitución, modificada por Javier Duarte, la avala. ¿Habría mirado AMLO hacia el futuro con varios años de anticipación y desde entonces ya miraba a Nahle como secretaria de Energía y por eso lanzó a Cuitláhuac al trono imperial y faraónico? Ok. Pero, entonces, ¿cuáles serían las razones poderosas de AMLO para tomar una decisión así? ¿Cómo, por ejemplo, Cuitláhuac se le fue metiendo a AMLO en el corazón y las neuronas?

MORENA, LA ÚNICA DAÑADA

3) Desde la curul federal, Cuitláhuac pudo, digamos, acercarse a AMLO. Pero más aún, ganarse su confianza política. ¿Cómo… cuando, y por ejemplo, la historia de todos los candidatos priistas y panistas a gobernador de Veracruz incluye una larga y extensa biografía pública, con mucha experiencia y mucho fogueo en el campo de batalla y victorias alcanzadas en la cancha pública, pues Cuitláhuac era un imberbe político?

4) AMLO eligió a Cuitláhuac. Pero en 8 meses y medio Cuitláhuac ha fallado. ¿Le falló a AMLO su olfato político y descarriló también con la información política y social de Cuitláhuac? ¿O en todo caso, AMLO tuvo el retrato hablado de Cuitláhuac y con todo y a pesar de todo, se la jugó? Y de ser así, ¿por qué razones poderosas?

5) ¿Será que Cuitláhuac convenció a AMLO de arroparlo como su hombre en Veracruz por qué lo miró bailar salsa y lo convenció, digamos, como si hubiera sido un pitcher de béisbol?

6) ¿Habrá tenido Cuitláhuac varios o un montón de operadores y cabilderos echando montón a AMLO para mirarlo como el enviado de Dios en la tierra jarocha?

7) Según un adagio popular, “en política llega el que más conviene, nunca el más capaz”. Si es así, entonces, ¿por qué Cuitláhuac convino más, mucho más a AMLO para ungirlo su candidato a gobernador en dos ocasiones, no solo una, sino dos?

8) 8 meses y medio después, Cuitláhuac ha estado lejos, demasiado lejos de volverse el gobernador más popular, tipo Fernando Gutiérrez Barrios, o el más amado y respetado como Marco Antonio Muñoz o el más temido como Antonio López de Santa Anna. ¿Por qué, entonces, AMLO lo sostiene sin asestar un manotazo, cuando, manifiesto está, Cuitláhuac solo está abonando el descontento social en contra, cierto, de él mismo, pero más aún, de MORENA?

9) Y si AMLO de veras, de veras, de veras, está seguro de un Cuitláhuac “honesto, honesto, honesto”, ¿por qué, entonces, han permitido el nepotismo (tráfico de influencias y conflicto de intereses a partir de los Eleazares, anexos y conexos) y la compra por asignación de las patrullas, las ambulancias y las medicinas, y lo sigue “dejando hacer y dejando pasar”?

10) Enclaustrado en su concha salsera, el góber de AMLO camina sin una brújula, a la deriva, con una política reactiva, lejos de la posibilidad de volverse un líder carismático. Y más, cuando, caray, si Cuitláhuac ganó en las urnas fue porque AMLO iba en la boleta electoral, de igual modo como también habrían ganado Rocío Nahle, Gloria Sánchez, Manuel Huerta y Amado Cruz Malpica.

11) Ningún respaldo popular blinda al góber. Bastaría recordar la protesta incendiaria de los diez alcaldes del Papaloapan y los alcaldes de Soteapan y los 40 alcaldes del PRD pidiendo una simple audiencia pública. Y negada, claro. Y de ñapa, el góber encerrado en su laberinto rindiendo un informe semestral de gobierno como “torero en tarde de luces”, pero a puerta cerrada.

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