Por Atticuss y Francisco Licona
Xalapa se apunta un 10 con el Túnel de Memoria y Tolerancia
LAS OPCIONES PARA ENTRETENERSE Y APRENDER en Xalapa están a la orden del día, sólo que no siempre se conocen. No todo es echarle leña al fuego con los 400 Pueblos o los Cardenistas que denigran la imagen de la ciudad y que, por cierto, ni siquiera son responsabilidad de la bella Xalapa. “La máxima expresión de intolerancia a la que puede llegar un ser humano es a asesinar a alguien sólo por ser diferente”, se lee a la entrada del “Túnel Memoria y Tolerancia” que está de visita en la Capital Xalapa y estará en la ciudad del 12 de julio hasta el 7 de agosto. El Museo es una iniciativa cuya instalación se lleva a cabo en universidades, municipios y diversos espacios de convivencia social; esta es una muestra itinerante que invita, entre otros, a los estudiantes para que se prueben a sí mismos y averigüen cuánto saben sobre la historia de los genocidios, los derechos humanos y la cultura para la paz. De manera preponderante, ayuda a difundir la memoria histórica de los acontecimientos relacionados con estos temas y presenta a la Tolerancia como la única opción para erradicar la indiferencia y la violencia. Es un espacio pequeño pero muy lúdico, en el que los visitantes pueden incluso interactuar con la exposición para aprender. Esta iniciativa sí que es digna de mencionar y, ciertamente, tal vez no atraiga per sé a miles de turistas, pero sí reafirma a la capital Xalapa como un destino de cultura y aprendizaje, al nivel de las mejores ciudades del país en ese rubro.
LA SOLUCIÓN DE LA SHCP DE ADELANTAR LAS LICITACIONES DEL 2020, es una solución eficaz pero fuera de la ley. Una muy buena estrategia económica la que anunció el flamante titular de Hacienda, Arturo Herrera Gutiérrez, para fortalecer la economía. Eso, más la medida de adelantar licitaciones de obras previstas a realizarse con recursos del 2020, serán clave para que los constructores aprovechen los primeros cinco meses de secas del próximo año. Adelantar las licitaciones del 2020 para los últimos meses del 2019 y estar así en disponibilidad de construir en los primeros meses del próximo año, serán sin duda un elemento detonador de la economía. Sin embargo, quedan muchas preguntas en el aire tras dicho anuncio, como, por ejemplo, ¿Cómo le irán a hacer para legalizar esta maniobra pues es sabido que no se puede licitar una obra sin antes tener suficiencia presupuestal? Es decir, licitar obras con presupuesto aún no aprobado por el Congreso en los Programas Operativos Anuales. Hoy, adelantar las licitaciones (por muy buenos resultados sociales que traiga) es completamente fuera de la ley, pero el Poder es el Poder, por lo que no se duda que le encuentren la manera. Muchos dirán que esa manera durante muchos años, los gobiernos anteriores no tuvieron la voluntad política para hacerlo, puesto que los desfases en la ejecución de las obras les redituaban pingues negocios por escalamientos de precios y ajustes al calendario por mal tiempo… pero chueco o chipotudo, sólo actuaban dentro del marco legal vigente. El negocio de las obras mal planeadas era un secreto a voces y muy redituable para los señores funcionarios.
URZÚA RENUNCIÓ POR TEMOR A RIESGOS FUTUROS. Muy interesante lo que narra el escritor y economista veracruzano Luis Pazos acerca de las verdaderas causas de fondo que motivaron la renuncia de Carlos Urzua de la titularidad de Hacienda. Muchos mexicanos -escribe Pazos- se quedaron con la idea que el principal motivo de su renuncia lo constituyó las diferencias con otros funcionarios de las altas esferas gubernamentales. Aunque hubo esos conflictos, solo fueron “la gota que derramó el agua del vaso”, pero no la principal causa de su renuncia. Urzúa sacó cuentas entre los recursos disponibles para financiar los planes presidenciales y advirtió un peligroso faltante, al comparar los ingresos con los ingresos esperados. El faltante resultó mayor al prudente para mantener el déficit bajo control. Ante ese panorama, escribe Pazos, Urzúa prefirió no estar al frente de la SHCP en el momento en que, en un futuro cercano, brote una crisis que se habría evitado si le hubiera hecho caso el Presidente.
