viernes, abril 26, 2024

Barandal

•El predicador

•Amor y paz

•San Andrés Manuel

Luis Velázquez

31 de julio de 2019

ESCALERAS: Desde la presidencia de la república, AMLO se ha vuelto un predicador. Quizá ya lo era. Ahora se conoce más.

Aun cuando es evangélico, en la ruta de Jesús predica “el no mentir, el no robar, el no matar”, los Diez Mandamientos de la ley de Dios.

Igual como Jesús predica la república amorosa. “Amor y paz” insiste, como los hippies del siglo pasado.

En la ruta de los españoles hace 500 años, sueña con evangelizar a los 120 millones de mexicanos.

Salvar almas es su objetivo en vez, digamos, de garantizar el Estado de Derecho, su punto de partida, restablecer la tranquilidad y la paz pública.

La politóloga Denisse Dresser lo describe así:

“Cita a la Biblia, da lecciones de moral, apela a los mexicanos para ser mejores seres humanos”.

¿Mejores seres humanos? ¡Sí, claro!

Difícil, por ejemplo, en un Veracruz, en uno de los primeros lugares nacionales en feminicidios, y en donde secuestran, desaparecen, ultrajan, matan, cercenan, decapitan y tiran el cadáver en la vía pública, incluso, y como a la mujer policía, a un río para flotar aguas abajo.

PASAMANOS: Suertudos los evangélicos. Antes, mucho antes, las elites eclesiásticas católicas eran las privilegiadas. Ahora, el karma se ha desparramado con las concesiones para una estación televisora y otra radiofónica.

¡Oh, Luz del Mundo, con todo y sátrapa sexual!

El sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, el fundador del albergue “Los hermanos en el camino”, con sede en Ixtepec, Oaxaca, y sucursal en Acayucan, iluminado por Dios asistió a una posada en el mes de diciembre cargando el Nuevo Niño Dios… con la cara de AMLO.

AMLO, había dicho antes, “tiene mucho parecido con Dios”.

Por eso, de un presidente de la república, AMLO ha derivado en un guía espiritual.

Impresionante, por ejemplo, predicar la república amorosa a los carteles y cartelitos para dejar de matar y de robar porque está mal y, además, tienen padres y sus padres son seres humanos… sufriendo por culpa de ellos.

CORREDORES: Todos los días ofrece rueda mañanera de prensa.

Pero la conferencia de prensa para establecer la agenda nacional, igual, igualito en su tiempo de jefe de Gobierno en la Ciudad de México, se parece mucho más a una homilía.

El Episcopado lo habría de invitar a leer la Biblia en misa dominical de las 12 horas en la Basílica y a pronunciar la homilía religiosa.

Nadie duda de la honestidad “a prueba de bomba” de AMLO. Significa su más alta fortaleza en un país llevado al primer lugar de corrupción política en América Latina y uno de los primeros en el planeta.

Pero otra cosita, mil años luz de distancia, está en recordarlo cada día. Todos mis antecesores, son unos pillos y ladrones. Todos nosotros somos unos ángeles de la pureza.

Ya se verá, sin embargo, hacia el final del sexenio, porque como dice el viejito del pueblo, “en la casa del jabonero…”.

Convencido de ser un hombre milagroso con “resultados milagrosos” a corto y largo plazo (Denisse Dresser), está seguro de “que los capos criminales y el pueblo enfurecido dejarán de violar la ley porque él lo pide”.

Cristo fue crucificado. Francisco Madero fue asesinado. Miguel Hidalgo y José María Morelos, fusilados y decapitados. Los hermanos Kennedy, John F. y Robert, asesinados en Estados Unidos. Martín Luther King, asesinado. Etcétera.

San Andrés Manuel, de cara a la historia, entrando a la inmortalidad.

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