viernes, abril 26, 2024

Barandal

•Pesadilla infantil

•Español y matemáticas

•Baja calidad educativa

Luis Velázquez

20 de julio de 2019

ESCALERAS: Desde 450 años de Cristo, la pesadilla de los niños en la escuela primaria está integrada por las mismas materias. Una, matemáticas. Dos, historia. Tres, geografía. Y cuatro, español.

Así, al menos, quedó manifiesto esta semana cuando ciento veinte mil estudiantes egresados de la primaria presentaron examen para ingresar a la secundaria y la mayoría, según el reporte de la secretaría de Educación de Veracruz, vivió la misma pesadilla histórica. En el caso, con el español. El epicentro, son, dijeron, identificar los tiempos verbales y cambiarlas a otros tiempos.

PASAMANOS: La SEV les entregó el examen con cien preguntas. Y en el caso de Español fueron las preguntas más confusas.

Pero sea como sea, la materia de Español, como las otras, significan la prueba de fuego.

Y, por eso mismo, y ante la demanda estatal, hay padres que contratan maestros particulares para capacitar a sus hijos con miras al examen de secundaria.

Y es que, además, cada vez crece la demanda estudiantil y la capacidad educativa es la misma.

Con todo, la nueva orden de la secretaría de Educación Pública fue que a partir del obradorismo, ningún niño será reprobado en la escuela primaria. Todos serán aprobados. Orden superior, así truenen los ideólogos pedagógicos.

CORREDORES: Muchas pasiones continúa significando la reforma educativa. Pero encima de las pasiones políticas como por ejemplo, derogar por completo el gran logro, ajá, de Enrique Peña Nieto, el gran pendiente social es el mismo.

Es decir, enseñar a los niños a mirar y sentir y apreciar y aprender y aprehender las matemáticas, la historia, la geografía y el español.

Un problema, por ejemplo, está en la técnica pedagógica de los profesores para enseñar las cuatro materias.

BALCONES: Un alumno lo dice así:

“Yo odio las matemáticas (como otros la historia, la geografía o el español)… por culpa del maestro”.

Por ejemplo, la historia.

Desde tiempo inmemorial, la fama pública registra que la materia de historia consiste en aprender de memoria las fechas de las batallas, los nombres de los generales al mando, el número de muertos, el número de heridos, los nombres de los pueblos donde se registraron los enfrentamientos, los días que duraron las batallas.

Y en contraparte, nada más interesante para un niño es contar la historia a partir de anécdotas de los personajes y las personas, anécdotas de la vida cotidiana, sus vidas antes y después de, los hechos simbólicos y cruciales.

PASILLOS: Es el mismo caso del Español.

La mitad de niños del siglo pasado y la otra mitad, por ejemplo, aprendieron a leer y escribir leyendo las historietas, entre otras, de Memín Pinguín, La Pequeña Lulú, Archie y sus amigos y Superman.

Incluso, la historieta de Memín Pinguín fue adoptada como libro de texto gratuito para las escuelas primarias en la República Dominicana, además de que los maestros debían enseñar la materia de español con la historieta semanal como punto de referencia.

VENTANAS: Y es que cuando los profesores siguen creyendo que “la letra con sangre entra” y aprendiendo de memoria las dichosas reglas gramaticales sin aterrizar en la redacción de textos, entonces, todo está perdido.

Bastaría referir que alguna vez, Gabriel García Márquez, Premio Nobel de Literatura, reveló que si le aplicaban un examen de español lo reprobaba porque ninguna regla gramatical había aprendido… gracias a sus profesores.

El gravísimo pendiente está ahora en la cancha de la Cuarta Transformación, la república amorosa y el profe Zenyazen para estar a la altura de sus predecesores insignes como Enrique Laubscher, Enrique Rébsamen, Carlos A. Carrillo y Rafael Delgado, incluido, claro, Adolfo Mota Hernández.

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