Expediente 2019

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“Un mundo nos vigila”

Luis Velázquez

21 de junio de 2019

Todos los días, de 7 a 9, 10 de la mañana, la población de Xalapa mira a varios soldados de la secretaría de la Defensa Nacional apostados con armas de uso exclusivo del ejército en el palacio del gobierno de Veracruz.

Algunos, incluso, se centran y concentran en el palacio municipal.

Desde ahí, vigilan el mundo.

Dos, tres horas parados, de pie, y lo que manifiesta su fortaleza física y disciplina de guerreros.

Ellos están ahí, porque en alguna oficina del palacio, quizá en la sala de juntas, jefes políticos, policiacos y militares llevan un balance diario de la ola de violencia, inseguridad, incertidumbre, zozobra, vivir en el infierno, del mes de diciembre del año 2018 a la fecha.

En la junta cumbre de cada día participan, entre otros, el secretario de Seguridad Pública y el súper delegado federal y los mandos militares y naval.

Alguna vez el gobernador llega a la junta, pero por lo general está ausente. Mejor dicho, presente, presente en espíritu como fue asentado.

Y si Francisco Ignacio Madero se comunicaba en sesiones espiritistas con Benito Juárez, quien fue así el coordinador general de su campaña presidencial para tumbar a Porfirio Díaz, entonces, el mismo trance esotérico estaría repitiéndose con Cuitláhuac y el gabinete de seguridad, anexos y conexos.

Ellos sólo copian, copia xérox, digamos, las reuniones que todos los días, AMLO, el presidente de la república, el jefe máximo, sostiene desde el 1 de diciembre en palacio nacional para evaluar la estrategia de seguridad y sus resultados.

Luego AMLO ofrece conferencia de prensa mañanera.

Cuitláhuac piensa, claro, de otro modo.

Y, por eso mismo, casi nunca asiste a las reuniones en el palacio de Xalapa ni menos, mucho menos, la rueda de prensa.

Su estilo personal de ejercer el poder y gobernar es otro, mil años luz de distancia de AMLO, quien a cada rato le transmite oxígeno político y lo vitorea y lo aclama como el non plus ultra de los gobernadores del país, casi casi como Enrique Peña Nieto cuando glorificaba a Javier Duarte, Roberto Borge Angulo y César Duarte como el ejemplo nacional de la nueva generación política.

LOS DÍAS Y LAS NOCHES QUE CAMINAN

Todos los días, la junta cumbre sobre seguridad en el palacio de Xalapa.

Y 6 meses y medio después, el resultado es el siguiente:

Uno. 981 asesinatos, entre ellos, 124 feminicidios y 40 menores ejecutados, como nunca antes en la historia local.

Dos. 192 secuestros y que han ubicado a Veracruz en el primer lugar nacional.

Tres. Uno de los primeros lugares nacionales en linchamientos, como nunca antes en la historia.

Cuatro. Pueblos sublevados haciéndose justicia por mano propia, entre ellos, Soledad Atzompa, Mariano Escobedo, Maltrata, Camerino Z. Mendoza, Xalapa, Veracruz, Coatzacoalcos y el Valle de Uxpanapa.

Cinco. Un ganadero de Jáltipan tomando su escopeta para cazar liebres y palomas y en defensa de su familia en el rancho rafagueando a unos malandros y quitando la vida a tres.

Seis. El enojo de la población y que ha llevado al desencanto.

Siete. El gobernador, feliz, dichosamente feliz, comiendo mondongo en Tierra Blanca, ceviche en el mercado de Coatzacoalcos y arroz a la tumba con Bogar, el alcalde de Alvarado.

Ocho. El góber, defendiendo “a tiro por viaje” a su secretario de Seguridad Pública y que tendrá poderoso padrino o madrina.

Nueve. El góber, “lavándose las manos” de la ola de violencia e inculpando de manera obsesiva al Fiscal, el hechicero del mal lo calificó el secretario General de Gobierno.

Diez. Las elites políticas de MORENA encumbradas en el poder quedando bien con el góber tirando más lodo al Fiscal.

EL AUSENTE GOBERNADOR

Hay, parece existir, una política reactiva en materia de seguridad.

Los carteles y cartelitos se han adueñado de la agenda pública y ellos van marcando la pauta y las fuerzas policiacas atrás de ellos.

El Estado de Derecho revelado o suplantado por el Estado Delincuencial.

En muchos pueblos de Veracruz, incluso, pueblos modestos, hay un virtual Estado de Sitio, un virtual Toque de Queda cada día y cada noche.

Apenas anochece, la tarde comenzando a oscurecer, las familias se encierran en sus casas para evitar un desaguisado, en tanto escuchan en la calle el ruido de las motocicletas tripuladas por halcones y malandros.

“Sólo queda rezar” ha dicho el arzobispo Hipólito Reyes Larios, en tanto el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño, siempre tan leal a la feligresía, apuesta al activismo religioso y encabeza con sus feligreses marchas de protesta en la ciudad con el Santísimo por delante.

El presidente municipal de Camerino Z. Mendoza, Melitón Reyes Larios, lanzando un SOS impresionante al gobernador ausente de Veracruz para garantizar la seguridad en la vida, más, mucho más que en los bienes y que ha pasado a otro término.

En muchos pueblos, los vecinos haciéndose justicia por mano propia pues la política de seguridad alcanza el principio de Peter.

Y aun cuando en el discurso oficial se inculpa a los ex gobernadores de la violencia asegurando, por ejemplo, que cuando MORENA entró al palacio de Xalapa los carteles ya estaban aquí, 6 meses y medio después de Cuitlalandia aquí continúan, tierra fértil y pródiga que los barones de la droga en todos sus niveles siguen encontrando aquí.

Pero, bueno, sin el gobernador, cada día de 7 a 9, 10 de la mañana, el gabinete de seguridad se encierra en cónclave en el palacio de Xalapa, con varios soldados apostados alrededor.

Con todo y estar en el infierno ha de seguirse vendiendo esperanzas…