viernes, abril 26, 2024

Barandal

•80 mujeres asesinadas

•Inseguridad e impunidad

•Muertas de Cuitláhuac, Yunes y Duarte

•Premio “No manches, Frida”

Luis Velázquez

ESCALERAS: La Academia de Cantarranas ha decidido entregar el premio anual “No manches, Frida” al gobernador de Veracruz al registrarse el feminicidio número 80 en el día número 132 del sexenio de MORENA.

¡Felicidades!

Nunca antes en la historia local tantos asesinatos de mujeres en tan poco tiempo.

Con todo, una parte de la población femenina de “la noche tibia y callada” de Agustín Lara declara al góber su héroe.

Ni Goyo Cárdenas, el asesino serial de mujeres en el siglo pasado en el país, alcanzó tales decibeles insospechados.

PASAMANOS: Y más, por la crudeza. La saña. La barbarie.

Por ejemplo, mujeres secuestradas, desaparecidas, quizá ultrajadas, y asesinadas cuando la familia se ha declarado sin liquidez para cubrir el rescate millonario.

Además, mujeres decapitadas y lo que significa el colmo de la barbarie.

Garantizar la certidumbre en Veracruz de acuerdo con el Estado de Derecho, tarea de la secretaría de Seguridad Pública. El titular, no puede.

Garantizar la procuración de justicia, tarea del Fiscal, quien tampoco tiene voluntad o capacidad para cumplir la tarea.

6 de cada 10 habitantes de Veracruz son mujeres. Y por añadidura, el agravio se multiplica.

CORREDORES: Ningún gobernador había integrado 80 feminicidios en menos de 5 meses. Por eso, el premio anual de “No manches, Frida”.

A estas alturas, ya nadie cree en el gobierno del Estado como garante de la tranquilidad y la paz pública.

Tampoco en la Fiscalía.

Y el feminicidio crece y crece y crece.

Veracruz, uno de los estados más violentos para las mujeres y que en meses anteriores ha ocupado el primer lugar nacional.

Y más, cuando el góber sigue defendiendo en cada nuevo amanecer a su secretario de Seguridad Pública inculpando al Fiscal de la crisis humanitaria que vivimos y padecemos.

BALCONES: Católicos, cristianos, ONG, académicas, Alertas de Género, activistas y la ciudadanía organizada por tanta inseguridad e impunidad, han tomado calles y avenidas en pueblos y ciudadanos en contra de los feminicidios.

Y lo indicativo y significativo es que el gobierno de Veracruz está sordo.

Igual, igualito que Carlos Salinas sobre los 600 perredistas asesinados en su sexenio, en el territorio jarocho su frase tiene vigencia:

“No los veo (los feminicidios) ni los oigo” (a la población inconforme, molesta, irrita, encorajinada).

Nunca como ahora en la historia local la distancia kilométrica, años luz, entre la población y la elite morenista encaramada en el trono imperial y faraónico.

PASILLOS: Entre los 80 feminicidios hay niñas, jóvenes, madres jóvenes y maduras, solteras y ancianas.

Unas mujeres han sido violadas. Otras, asesinadas con todo y que la familia pagó el rescate. Otras, ejecutadas cuando la familia declaró su falta de liquidez. Otras más, asesinadas cuando las familias pedían dinero prestado para juntar el pago millonario.

Los cadáveres de algunas mujeres fueron tirados en la vía pública. Otras, a orilla de carretera. En un arroyo.

Unas mujeres fueron, incluso, decapitadas, y lo que significa la peor saña y barbarie del mundo.

Y sin embargo, en el gobierno de Veracruz, el desdén, el menosprecio y el desprecio, como el gobernador diciendo al fiscal que “le pare a su discurso y se ponga a trabajar”, exonerando de toda responsabilidad a su secretario de Seguridad Pública.

VENTANAS: 80 feminicidios. Ochenta mujeres asesinadas. Hijos huérfanos. Parejas viudas. Padres sin hijas. Todos, en la orfandad, por culpa, primero, de la incapacidad manifiesta de la secretaría de Seguridad Pública, y segundo, de la Fiscalía.

El par de dependencias, ineficaces, ineficientes.

Resulta fácil “lavarse las manos” como Poncio Pilatos y decir, por ejemplo, que igual, o peor, está el país.

Pero, en todo caso, allá cada gobernador que “se las arregle como pueda”. Aquí, en Veracruz, 80 mujeres asesinadas.

PUERTAS: Y lo peor, falta anotar a las mujeres asesinadas en los dos años de Miguel Ángel Yunes Linares.

Y el feminicidio en el tiempo de Javier Duarte.

Y en los 3 casos, la impunidad, pues constituye un delito que ha de seguirse por oficio “hasta el fin de los tiempos”.

Cada feminicidio, sin embargo, hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior, y como en el caso, nadie se acuerda, más que la familia, de las trece edecanes y modelos de Xalapa desaparecidas en el duartazgo luego de una fiesta, se dijo, en un rancho de Actopan donde participaran políticos y malandros en un abierto maridaje.

CERRADURAS: La vida en Veracruz es así:

Las muertas de Cuitláhuac García. Las muertas de Yunes Linares. Las muertas de Javier Duarte.

En decenas, cientos, miles de hogares recordarán todos los días a Cuitlahuac, Yunes y Duarte y a sus secretarios de Seguridad Pública y a sus Fiscales.

Y los recordarán con furia, cólera, indignación, molestia, coraje.

Y más, en el caso de las mujeres desaparecidas de las que hasta el día de hoy ninguna pista, en tanto los familiares las siguen buscando en las fosas clandestinas.

PATIO: Está canijo andar buscando de fosa en fosa, de pueblo en pueblo, a las hijas desaparecidas en Veracruz.

Todo, por culpa de la ineficacia del gobierno de Veracruz para garantizar la seguridad en la vida todos los días, todas las noches, en cada nuevo amanecer, en cada madrugada.

Y más, y como ahora, cuando el gobernador y el fiscal y los suyos, cada parte defendiendo su plaza y sus intereses, parecen un costal de perros y gatos.

Por eso mismo, los ochenta feminicidios.

¡Vaya destino de los 8 millones de habitantes de Veracruz!

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