•Mujeres asesinadas
•Vidente aclara crímenes
•¡Vaya desesperación social!
Luis Velázquez
UNO. 10 mujeres asesinadas en una semana
A la orilla de un camino en Cosamaloapan, un camino que lleva al poblado a Tres Valles, el cadáver de un hombre, decapitado, fue tirado.
Su cabeza, atada a su cuerpo con cinta gris. El cadáver, en estado de descomposición.
Los vecinos que pasaron por ahí vieron atónitos y sorprendidos un rastro más de la violencia trepidante.
Fue el domingo 31 de marzo.
Pero con todo, nada prendió la mecha social la semana anterior como las diez mujeres asesinadas de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Una de ellas, tirado su cadáver a la orilla de un camino de terracería en Coatepec y que lleva a la localidad La Laguna.
Fue quizá una de las semanas más atroces para la población femenina en un Veracruz donde en los últimos 4 meses han sido asesinadas 74 mujeres.
El hecho más volcánico acaso las dos mujeres rafagueadas en un restaurante de la localidad Cruz de los Esteros, en Tecolutla.
Los malandros llegaron como los marcianos, dispararon a diestra y siniestra, sin ton ni son. Una mujer quedó sin vida ahí mismo. La otra fue trasladada a un hospital en estado delicado.
Diez en total la semana anterior.
DOS. Una vidente para esclarecer un crimen
Todos los días en el país dos mujeres son asesinadas. Cada 2 días, una en Veracruz.
La desesperación social llega a tanto que, por ejemplo, con la taxista secuestrada, desaparecida y asesinada en la ciudad de Veracruz, Sara Martínez Sandoval, los familiares consultaron a una vidente.
Fue el caso, por ejemplo, de Martha Sahagún cuando tenía en la casa presidencial en tiempo de Vicente Fox a un brujo de cabecera.
Y como Carmen Romano de López Portillo tenía a Uri Geller, el brujo que con la sola mirada doblaba las cucharas.
Y como Fidel Herrera Beltrán viajaba a Cuba para consultar a los santeros.
Se respetan, claro, las creencias de cada persona, pero caray, consultar a un vidente son palabras mayores.
Simple y llanamente, expresa el llamado Estado Fallido.
En ningún momento, vacío de poder porque el poder lo ocupan y ejercen los carteles y cartelito que continúan secuestrando, desaparecido y asesinando mujeres dado el alto grado de inseguridad e impunidad.
Por fortuna, vaya fe y esperanza, el gobernador pidió ayuda al presidente de la república en su última gira en el norte de Veracruz.
TRES. Feminicidio impune
La población femenina (6 de cada 10 habitantes son mujeres) está padeciendo la peor parte de la ola de violencia.
La parte más sórdida y siniestra quizá de la semana anterior fue en el municipio de Benito Juárez. Una madre de 50 años de edad, asesinada delante de sus dos hijas.
La pareja rafagueada en la carretera de Papantla-Poza Rica. Un abogado y su esposa muertos.
En Las Choapas, una chica que manejaba su automóvil asesinada por un tipo desde una bicicleta.
La mujer policía de Chalma, Blanca Patricia, de 34 años de edad, asesinada por unos sicarios.
El cadáver de una mujer abandonado en un costal en un camino de Banderilla a Jilotepec.
Inverosímil, pecado mortal, permanecer indiferente ante los feminicidios.
Cierto, estrujante que un padre y su hijo fueran asesinados en un rancho de San Andrés Tuxtla y decapitados y con las manos amputadas y tirados los cadáveres sobre un camino de terracería.
Pero más peor el homicidio de mujeres, porque son mayoría en Veracruz y porque son frágiles y porque están en desventaja ante un hombre normal, pero más aún ante los sicarios.
