sábado, abril 20, 2024

Escenarios

De plagiados, a una fosa
De malandros, a civiles asesinados
Jugosa plaza Veracruz

Luis Velázquez

UNO. De plagiados, a una fosa

En el mes de marzo del año 2018, una pareja, Lourdes Ortega Motola y Ramón Hernández Cadena, de 53 años de edad, fue privada de su libertad.
Desde entonces, desaparecidos en el municipio de Naolinco.
En aquel entonces, tramitaban un contrato para un negocio con un particular que luego trascendiera era un secuestrador profesional.
Ahora, un año después, los cadáveres de la pareja fueron hallados en una fosa clandestina.
Cosas de la vida, la fosa fue exhumada por la Fiscalía Especializada en Desaparecidos del Estado de Veracruz, la misma, digamos, que en el año 2018 era la encargada de procurar justicia.
Los cadáveres, en avanzado estado de descomposición.
Además, cercenados como describió el cronista Ignacio Carvajal García.
El secuestro y desaparición y asesinato de la pareja fue en la yunicidad y con lo que, digamos, se confirma la versión antes divulgada por el Solecito de que en el bienio azul también hubo desaparecidos.

DOS. De malandros a civiles asesinados

La fosa está ubicada en un terreno de la carretera a Naolinco, de por sí tierra accidentada, de difícil acceso.
Y, bueno, sirve para referir que todo Veracruz es un fosario como siempre ha dicho el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, director fundador de «Los hermanos en el camino», el refugio de los migrantes de América Central, con una filial en Acayucan.
Los estragos de la violencia, entonces, se remontan hacia atrás.
Por ejemplo, cuando la yunicidad ascendió al poder gubernamental el duartazgo estaba demasiado salpicado y enlodado por la ola de violencia.
Incluso, y con bajo perfil venía desde el Fidelismo, el Alemanismo y el Chirinismo, tiempo cuando los carteles y cartelitos se asentaron en Vercruz como en tierra fértil, aun cuando con bajo perfil.
Entonces, cierto, había muertos, pero todo indica, ajustes de cuentas entre ellos mismos.
Años después, y por desgracia, el tsunami de la violencia alcanzó a la población civil.
Una pareja, Lourdes Ortega y Ramón Hernández, de Naolinco, soñando con un negocito para mejorar la calidad de vida terminaron en una fosa clandestina.

TRES. Jugosa plaza Veracruz

La violencia, los narcos, las desapariciones, los asesinatos, las fosas clandestinas y los cadáveres flotando en los ríos están vueltos una constante, cierto en el país, pero también en Veracruz, la jugosa plaza que incluye la autopista de sur a norte, tres puertos marítimos para embarcar y desembarcar droga del extranjero, pistas clandestinas, el cobro del llamado derecho de piso, la prostitución y el negocio de los migrantes, y la posible relación peligrosa entre policías y malandros.
La inseguridad, como una constante a la vuelta de la esquina.
Y a su lado, la hermana gemela, la impunidad.
Una y otra, en un cóctel riesgoso para la población civil.

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