Carta Abierta

1769

•El erario, sudando

•Cero obra pública

•Duda sembrada

Luis Velázquez

DESTINATARIO: Los calenturientos han dado vuelo a la imaginación tropical y refieren que diez semanas después de que la Cuitlamanía ninguna obra pública ha anunciado significa que el dinero público está sudando en el mundo bursátil.

Parten de un par de ejes rectores:

El primero, en el sexenio fatídico del ex priista Javier Duarte, el político preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, cuando, insólito, quizá pocos, excepcionales priistas, ningún partido de oposición, tampoco ningún empresario, menos mucho menos, un medio, olfateó, supo detectar, evidenció los negocios millonarios con el erario.

REMITENTE: Por ejemplo, resulta asombro que Duarte haya creado 400 (cuatrocientas) empresas fantasmas para desviar el recurso público tanto federal como estatal y nadie en Veracruz lo haya olido en tiempo y forma.

Y quienes, en todo caso, lo supieron lo callaron, a excepción, claro, de la Auditoría Superior de la Federación, Juan Manuel del Portal titular, quien lo reportó a la Procuraduría General de Justicia y a la secretaría de Hacienda y Crédito Público (Luis Videgaray) y en ambos lados y por instrucciones de más arriba callaron, guardaron silencio, se hicieron patos.

ENTREGA INMEDIATA: El segundo hecho ocurrió en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes cuando los dos primeros años ningún centavo de las participaciones federales llegó a los presidentes municipales.

El trasfondo fue uno solo: el dinero público estaba sudando en el mundo bursátil.

Entonces, cuando hacia los dos años los alcaldes protestaron el dinero oficial comenzó a fluir, claro, completito en el monto oficial, pero sin los intereses consabidos.

Así, durante 24 meses, en aquel sexenio la oficialidad metió las manos al presupuesto y nada pasó.

ACUSE DE RECIBO: Por eso, cuando han transcurrido dos meses y medio y ninguna obra pública ha sido anunciada, la sospecha comienza a brotar en el corazón social.

Claro, por ahí, en dos, tres municipios, la Cuitlamanía cortó el listón de unas callecitas mamonas reencarpetadas festinando que se trataba de la gran obra pública, pobrecitos ilusos creyendo que la población les creería.

Nadie dudaría de que las participaciones federales a los Ayuntamientos son entregadas como establece la ley.

Pero a partir de las 10 semanas de silencio en la obra pública, la mitad de la población política local y una parte significativa de la otra mitad está dejando que la imaginación haga travesuras.

CARTA EXTRAVIADA: Y más, cuando de pronto, en la cancha política, social y mediática fue manejado el préstamo millonario donde la Cluitlamanía anunció una cantidad del empréstito y la secretaría de Hacienda otra, de tal forma que las cuentas descuadraron.

Y más, luego de tanto “curarse en salud” gritoneando que por ningún concepto endrogarían más las arcas.

Los días y las semanas han transcurrido y el gobierno de Veracruz ha pasado cacareando los programas sociales de AMLO y que incluyen hasta un dinerito mensual para los abuelos que cuiden a los nietos, pero de obra pública local nada de nada.

Pareciera que el secretario y el subsecretario de Infraestructura y Obra Pública levitan en el limbo político.