•10 días que estremecieron al Congreso
•Diputados, trenzados en la verdulería
•El temido y temible vocero del mal
Luis Velázquez
05 de febrero de 2019
ESCALERAS: Durante diez días la LXV Legislatura fue estremecida. La izquierda y la derecha se trenzaron en un pleito de verdulería. Todo, alrededor de un eje central, como es la posible destitución del Fiscal.
En diez días ocurrió todo. Hasta lo inverosímil. Por ejemplo, los diputados de MORENA, el ex priista, ex panista y ex perredista, José Manuel Pozos Castro, y el vendedor de automóviles en el sur de Veracruz, Juan Javier Gómez Cazarín, recibieron en el Palacio Legislativo al ex secretario de Seguridad Pública, el ex presidiario Arturo Bermúdez Zurita, con el siguiente saludito:
“¡Bienvenido a la casa del pueblo!
Todo, porque abonaría su solicitud de juicio político al Fiscal.
PASAMANOS: Durante diez días, ninguno de los 50 diputados locales (tampoco antes, claro) habló del millón de indígenas, los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros en la miseria, la pobreza, la jodidez y la estrechez.
La agenda pública, las redes sociales, la tuitorreada, las injurias y calumnias de los chairos, giraron alrededor del viejo pleitito entre la Cuitlamanía y la Fiscalía.
Días intensos, cuando los llamados “Conscriptos de la patria” en la antigua Roma sostuvieron sesiones de hasta 14 y 15 horas diarias y que, bueno, para sentirse salvadores de Veracruz les pagan, y bien.
CORREDORES: En el frenesí, y dadas tantas horas de calentar la curul y quedar atrapado y sin salida en la pasión política desaforada, el diputado de MORENA, Rubén Ríos, se creyó ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y aceptó pruebas del litigante Jorge Reyes Peralta y del abogado del exfiscal Luis Ángel Bravo Contreras.
También, claro, parte del reality-show, hubo acarreados para denostar al Fiscal y hasta el gremio reporteril se fracturó, cada uno en su ideología, la república amorosa, la honestidad valiente, la Cartilla Moral de Alfonso Reyes publicada hace 75 años, pero con vigencia en el siglo XXI.
BALCONES: De ñapa, un hecho insólito: los guaruras en el Palacio Legislativo están armados. Armas de grueso calibre, casi casi de uso exclusivo del ejército…, por si las dudas, el México de Damián Alcázar en la película “La ley de Herodes” se repite, tiempo aquel cuando los legisladores solucionaban las diferencias (pequeñas, medianas o gigantes) a punta de balazos.
En la pasión desaforada, el secretario General de Gobierno, dejó de llamarse Éric Patrocinio” y en las horas de debate legislativo filtraron que ahora se llama “Éric Patro/simio”.
VENTANAS: Y es que, ni hablar, “El Dos de Palacio” (con mayúscula, ultrajando la regla gramatical) dio pie y margen a su nuevo epíteto.
Por ejemplo, de pronto, ¡zas!, sin cordura ni mesura, tuitorreó (el nuevo verbo aplicado a Donald Trump) en el chat oficial donde participan, entre otros, las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, la Policía Federal, la PGR, la secretaría de Seguridad Pública local y el gobierno del Estado, la siguiente frasecita bíblica dirigida al Fiscal:
“Eres un inútil. Eres vocero del mal”.
Quedaba así a la altura, digamos, del diputado Pozos Castro cuando descubriera que en el palacio de Cuitláhuac hay demonios, traidores y desleales.
PUERTAS: Durante diez días que estremecieron el Congreso, la (presunta) caída del Fiscal siguió echando lumbre.
Incluso, y cuando en las sesiones tan largas y estresantes, los diputados de MORENA perdían el control sin saber el siguiente paso, quedó claro que Pozos Castro hablaba por teléfono con “La chucha cuerera”, Fidel Herrera Beltrán, y lo iluminaba, San Pablo camino a Damasco.
Pero más aún. El tuxpeño le pasaba el celular, con Fidel en la línea, a otros diputados, para alumbrar la oscuridad.
CERRADURA: En la pasión desbocada, unos diputados se le fueron a la yugular a la diputada de MORENA, Rosalinda Galindo Silva, la Mata Hari del góber en la LXV Legislatura, tiempo de ventilar “los trapitos al sol”.
Por ejemplo, Erik Iván Aguilar López se lo restregó en su cara:
“Le invito a que nos tome en cuenta en la Comisión. No vamos a seguir firmando dictámenes sin sesiones”.
En tanto, Brianda Kristell Hernández Copete, con su sello de Jazmín Copete, le reprochó:
“No nos llama a las sesiones de la Comisión. Incluso, no llama a nadie”.
Y blindada, según ella, con el buen karma del góber, le vale.
El Congreso es suyo. De su propiedad. Escriturado desde el primero de julio del año anterior.
PATIO: Diez días estremecedores y que sirvieron, entre otras cositas, para el tendedero público.
Desde hace tres meses, por ejemplo (tres meses del fallido operativo de los 29 diputados de MORENA para tumbar al Fiscal), hay Comisiones presididas por los diputados de MORENA, donde nunca, jamás, han sesionado.
Es más, si han sesionado es en lo oscurito, excluyendo a la gente de MORENA incómoda e indeseable, por ejemplo, a los diputados amigos de Amado Cruz Malpica, el único gran operador político de la izquierda en Veracruz.
BALAUSTRES: Perdida la causa superior de tumbar al Fiscal, perdida la serenidad y el control, incapaces de cumplir las órdenes superiores, los diputados de izquierda lanzaron en el transcurso de los diez días relampagueantes y las sesiones maratónicas una iniciativa de ley para rasurar la libertad.
Y fue la siguiente:
A partir del momento, en cada sesión del pleno, cada bancada de diputados solo tiene el derecho de presentar dos iniciativas y un pronunciamiento, entre otros pretextos o berrinches alegados para evitar que las sesiones se alarguen tanto.
Lo más indicativo, en los diez días estremecedores fue que los diputados de Amado Cruz Malpica y de Gonzalo Guízar Valladares empezaron a sublevarse al fario de MORENA y que de continuar significará un contrapeso a los morenistas de la Cuitlamanía.
En los últimos días, por ejemplo, a la hora de la votación, la bancada de MORENA perdió votos y hasta se registraron votos en contra.
Bien escribió Morris West en “El arlequín”, los grandes imperios y emporios truenan desde adentro.
