•Ridículo exfiscal

•“Estoy secuestrado”

•Locura política

Luis Velázquez

04 de febrero de 2019

UNO. “Me tienen secuestrado”

Nunca un político, a la sazón ex Fiscal de Veracruz, Luis Ángel Bravo Contreras, había llegado al ridículo. Preso en el penal de Pacho Viejo, acusado de desaparición forzada, su última locura bíblica es la siguiente:

“El Fiscal Jorge Wínckler me tiene secuestrado”.

¡Vaya ridiculez!

El abogado frívolo que llegó a la Fiscalía de Javier Duarte, el político exhibido por Enrique Peña Nieto como el corrupto más grande de aquel sexenio, gritando “a los cuatro vientos” que su antecesor, Felipe Amado Flores Espinoza, le había dejado una oficina llena de ratas.

El frívolo abogado que solía maquillarse como mujercita antes de conferencias de prensa.

El abogado frívolo con su reality-show cortejando al secretario de Educación, Adolfo Mota Hernández, en un acto público.

El frívolo abogado que desdeñó hasta donde quiso a los Colectivos, integrado con madres con hijos desaparecidos.

El abogado frívolo que tolerara la existencia de las fosas clandestinas de “Colinas de Santa Fe”, la más grande América Latina.

El frívolo abogado que cuando le denunciaron unos cadáveres en una fosa en un bar jarocho dijera que solo habían encontrado unos huesos de perros.

Ahora, oh Señor Todopoderoso, secuestrado por el Fiscal Wínckler.

Caray, ¡cuánta razón tiene el diputado José Manuel Pozos Castro!

Los demonios están sueltos, cierto, en el palacio de gobierno de la Cuitlamanía, pero han caminado al penal de Pacho Viejo.

DOS. 40 secuestrados

“Cosas veredes, mi querido Cid”, dijo aquel.

Por ejemplo:

En el mes de enero del año que corre, el número de personas secuestradas en Veracruz fue de cuarenta, más las tres personas secuestradas asesinadas en Playa Vicente en un tiroteo de policías y malandros, más una profesora levantada en Coatzacoalcos.

Los municipios con secuestros en el mes anterior fueron Rafael Lucio, Xalapa, Orizaba, Rafael Delgado, Atzacan, Ciudad Mendoza, Martínez de la Torre, Mariano Escobedo, Acatlán, Santiago Tuxtla y Córdoba.

Teocelo, Tomatlán, Misantla, Catemaco, Juan Díaz Covarrubias, Río Blanco, Coatepec, Alamo, Ixtaaczoquitlán, Cerro Azul, Xico, Nogales y Poza Rica.

Coatzacoalcos, Coatzintla y Castillo de Teayo.

En la lista, entonces, faltó anotar el secuestro de Luis Ángel Bravo Contreras, luego de que uno de sus abogados declarara que el Fiscal Wínckler lo tenía desaparecido estando él mismo ahí, de cuerpo presente, vivito y a todo color.

TRES. Locura política en Veracruz

El ex Fiscal Bravo Contreras está, dice, secuestrado en Pacho Viejo, cuando, ha de recordarse, ni modo, fue detenido en el bienio azul de la yunicidad acusado de “un delito de lesa humanidad”.

Entonces, se convirtió en uno más de los ochenta, más o menos, políticos, jefes policiacos y policías presos acusados del desvío de recursos y desaparición forzada, entre ellos, 68 policías rasos.

Un día, en la LXV Legislatura comenzaron las solicitudes de juicio político en contra del Fiscal, y de pronto, ¡zas!, el ex Fiscal, a través de sus abogados, interpuso una solicitud más.

Ahora, sigue tirando, digamos, gasolina al fuego declarándose secuestrado.

Y secuestrado por el Fiscal.

Bravo Contreras, todo indica, está alucinando. Se ignora si como abogado su pretexto, motivo, berrinche o argumento tendrá peso.

Sea como sea, expresa la desesperación humana en la que está atrapado y sin salida.

Pero si durante diez días en la LXV Legislatura vivieron las horas más intensas y frenéticas, huracanadas y tormentosas, la disputa ramplona y barata con el caso Wínckler, Cuitláhuac García y Éric Patrocinio Cisneros, entonces, el grito estentóreo del exfiscal gritando que está secuestrada manifiesta el grado de locura política en Veracruz.