sábado, abril 27, 2024

Barandal

•Diputada linchada
•Sordidez legislativa
•Plumaje diazmironiano

Luis Velázquez

04 de febrero de 2019

ESCALERAS: La lucha intestina entre la izquierda (MORENA, PT y PES) y la derecha (PAN) en Veracruz ha aflorado lo peor de la naturaleza humana. El linchamiento político, social y mediático para una mujer. La diputada local por segunda ocasión, Marijose Gamboa Torales.
Ni siquiera, vaya, en los días más crispados de Miguel Ángel Yunes Márquez como presidente municipal de Boca del Río con Fidel Herrera Beltrán y Javier Duarte, las pasiones tan revolcadas.
Peor: nunca antes la la polarización total entre partidos políticos y elites políticas que desearían ellos fragmentar a la población electoral para que cada ciudadano, cada familia se pusiera con unos o con otros.
De todo, absolutamente de todo, culpaba Miguel Ángel Yunes Linares a Javier Duarte. Ahora, la Cuitlamanía, encarnada en la LXV Legislatura, culpando de todo al PAN.
El PAN encarnado en Marijose.
Es más:
Parte de los medios tomando partido. En contra y a favor de Marijose.
Incluso, exhibiendo con escarnio y saña a la diputada local.
«Otra vez borracha» le endilgaron el jueves 31 de enero cuando el desaguisado en el Palacio Legislativo, cuando, caray, el reportero Noé Zavaleta, corresponsal de Proceso, habló con ella diez, quince minutos después de…y ningún aliento alcohólico.
Es más:
Desde el anonimato, y también desde el boletín, decretando que ahora ser borracha es peor que ser infiel, que vivir un amor en secreto.

PASAMANOS: Ni siquiera el desliz de la ex panista y ahora, paradojas de la vida, morenista, diputada Míriam Ferráez con su «Toque de queda», sirvió para revolcar la naturaleza humana en el fango de la sordidez.
Nadie se acordó, por ejemplo, del reality-show del ex diputado local, ex priista y ahora panita, Renato Tronco, trepado en su caballo llegando al Palacio Legislativo.
O de Arturo Bermúdez Zurita, secretario de Seguridad Pública del duartazgo, llamando «¡Pinches medios!» a la fuente informativa.
O de Sergio Hernández Hernández, panista, ex presidente de la Junta de Coordinación Política, denunciado por utilizar el gasto público para «borracheras, drogas, mujeres y orgías».
El caso del Fiscal Jorge Wínckler y el fracaso de la LXV Legislatura con sus diputados de izquierda soñando con su destitución fueron olvidados durante las horas del jueves 31 de enero en que la mitad de las cúpulas políticas y la otra mitad y la mitad de los medios se ocuparon de Marijose.
En el fondo, una sola realidad:
Desplumado el PRI que a punto estuvo de desaparecer como bancada local en el Congreso, descarrillado el PRD convertido en un cadáver viviente, la obsesión de MORENA es desplumar al PAN, de cara, digamos, al año 2021 (que está lejos, pero cerca) cuando sean elegidos los diputados locales y federales y los 212 presidentes municipales.
Además, claro, lucha sórdida para tumbar al Fiscal Wínckler e imponer a un Fiscal carnal de la Cuitlamanía.
Los grupos políticos disputando el poder teniendo como rehén a Marijose Gamboa, quien, claro, de por sí tiene un carácter y un temperamento y una personalidad intensa… y que no se deja.

CORREDORES: Como en todo en la vida según afirmaba el topo de Carlos Marx, dos versiones de un mismo hecho fueron manejadas en el Congreso, en los medios y en las redes sociales.
Y en el chismerío social, reproduciendo la verbena en el mercado popular, en el salón de belleza y en el molino de nixtamal a las 4, 5 de la mañana, cuando las mujeres solían llevar la cubetita de maíz para ser molido.
Y la pasión política, de por medio, atizando el fuego.
El yunismo contra o ante el obradorismo.
La derecha y la izquierda.
Los graves pendientes sociales como la miseria, la pobreza y la jodidez y el desempleo, el subempleo y los salarios de hambre, archivados por la comidilla del día.
Las redes sociales operando a mil años luz circulando el video de Marijose a la entrada del Palacio Legislativo y que, incluso, rebotara en una parte de la prensa de la Ciudad de México.
Simple y llanamente, restar autoridad moral, social y política a la diputada panista ante la población electoral.
Marijose, apedreada. Lapidada. Exhibida, como en los peores tiempos del duartazgo.
«Crucíficadle, crucíficadle» gritaban los fariseos.
«Pleito de perros rabiosos» diría el politólogo Ramón Benítez.

BALCONES: Ella lo precisó en comunicado.
A: «Es constante el acoso que mantienen los elementos de Seguridad Pública del Congreso contra el Grupo Legislativo del PAN».
B: El video consabido fue «difundido desde la misma estructura orgánica del Congreso local».
C: Y mostró «de manera sesgada los hechos ocurridos».
D: Una calumnia encima de la otra, una difamación ensortijada con la otra, como cuando, y por ejemplo, la diputada panista fue acusada, háganos favor, de «morder» a una persona.
E: «El personal que se acredita como jefe de Seguridad del Congreso asistió armado a la comparecencia» del Fiscal Jorge Wínckler.
F: «Todo indica que se trata de un frente oficial para  dañar mi imagen pública por representar una oposición firme ante las irregularidades que comete el partido en el poder (MORENA) y con mayoría en el Congreso local».

VENTANAS: La yunicidad azul mantiene un trío de reductos políticos en la Cuitlamanía.
Uno. La Fiscalía con Jorge Wínckler.
Dos. Pepe Mancha en el CDE del PAN, con todo y esté impugnado por su adversario, Joaquín Guzmán Avilés.
Y tres. Los diputados locales del PAN, aun cuando algunos han comenzado a escuchar el cántico de las sirenas y por ejemplo, votaron a favor de la Ley Antiwínckler, como son María Graciela Hernández Iñiguez y Nora Jéssica Lagunes Jáuregui.
En el Congreso, Marijose  es la más intensa.
Y en la Cuitlamanía lo saben.
Por eso, la saña con que las elites de izquierda y parte de los medios y las redes sociales se lanzaron contra ella.
Una lapidación en el Medio Oriente a una mujer infiel sería apenas, apenitas, una caricatura, de risa.
De los dos años con vientos favorables en el bienio azul, ahora, ni modo, las huestes panistas tienen enfrente vientos huracanados y cualquier tropezón servirá para la hoguera pública.

PUERTAS: En nada, claro, abonan tales desaguisados a la vida democrática en Veracruz ni menos, mucho menos a mejorar y enaltecer la calidad de vida de los 6 de los 8 millones de habitantes en la jodidez.
Peor tantito:
El rafagueo solo llega y fermenta quizá en las cúpulas políticas, pero el millón de indígenas y los dos millones de campesinos y los tres millones de obreros que todos los días viven con modestia y sencillez, angustiados por llegar a la quincena, son indiferentes, lejanos, a las perturbaciones de la vida pública.
Los ladridos de los perros rabiosos, escribió Juan Rulfo, solo se escuchan un ratito en la noche, además de que de todos los perros ladrando el único que sabe las razones de su ladrido es el primero que comenzó, pues los demás, todos, simplemente lo siguen.
«Una mano meciendo la cuna».

CERRADURA: La polarización de la vida pública alcanza la siguiente dimensión:
En el palacio de gobierno de Xalapa hay desde el duartazgo un llamado Cartel del Palacio, integrado por reporteros afines al gobernador en turno que lo defienden con todo y con todo.
Así, el Cartel del Palacio si antes fue duartista y luego yunista, ahora es de la Cuitlamanía.
Y en el Palacio legislativo hay un Cartel del Congreso que antes fue panista y ahora, quizá, depende como lo maneje el vocero Aldo Valerio Escobar, será morenista.
El abuelo decía, nomás para que Marijose Gamboa, anexos y conexos lo reafirmen, «no te metas a las patas de los caballos… porque te arrastrarán».

PATIO: En «este ir y venir» (Fermina a Florentino en «El amor en los tiempos de cólera» del Gabo), todavía faltan muchas injurias y diatribas, calumnias y difamaciones, intrigas y descréditos donde de plano solo quedará cobijarse en el axioma bíblico de «amarrarse la lengua» para evitar ser consumido por la cizaña.
Y es que lo único importante, la pasión más encendida, desbordada y fuera de control, es la disputa por el poder político y que lleva al poder económico y al poder social, con todo y «la honestidad valiente» y la austeridad republicana y la Cartilla Moral.
Se ignora si la diputada Marijose Gamboa, por ejemplo, cayó en manos de «los chairos» y que constituyen, ajá, el máximo tribunal moral del momento vivido.
Pero igual que en «El coronel no tiene quien le escriba» solo falta que llueva mierda y sea lo único que pueda comerse con una sonrisa feliz.

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