jueves, abril 25, 2024

Expediente 2019

“Veracruz en su laberinto”

Luis Velázquez/Parte Una

24 de enero de 2019

Un libro, “Veracruz en su laberinto”, la vida en el sexenio de Javier Duarte, avasalla, tumba y descarrila varios mitos. Entre otros, el siguiente:

Más que los carteles y cartelitos, que nunca han sido ni serán “blancas palomas”, los presuntos agresores, incluso, asesinos, de reporteros en la tierra jarocha… son los políticos, los funcionarios, llamados también, oh populismo ramplón y barato, servidores públicos.

El libro, coordinado por el respetado maestro, investigador y articulista, Alberto J. Olvera (Xalapa, 1955) es un análisis con microscopio social, del duartazgo y que el corresponsal de Proceso, Noé Zavaleta, describiera como un sexenio fatídico.

Está escrito por diecisiete maestros e investigadores y significa el libro número once sobre los días huracanados de Duarte, anexos y conexos, declarado por el gobierno de Enrique Peña Nieto, su antiguo aliado, como el político más corrupto en la historia nacional.

Y quizá, por eso mismo, con once libros ya sobre su sexenio y lo que nunca antes se había dado en el país, ni siquiera, vaya, con Mario Villanueva, el ex gobernador de Quintana Roo, detenido en cárceles de México y de Estados Unidos, acusado de sus relaciones peligrosas con los barones de la droga.

“LA MUERTE, RONDANDO”

Editado por la Universidad Veracruzana, UV, el 30 de marzo del año 2018, apenas, apenitas, apenititas llegó a una librería (Mar adentro) en el puerto jarocho, y por tanto, una disculpa por el desfase en el tiempo y la ignorancia imperdonable sobre la existencia de un libro que estremece en las 461 páginas con una autopsia a fondo sobre el duartazgo y que recuerda, entre otras cositas, el tiempo huracanado de Manuel Parra, el cacique de la hacienda de Almolonga, que durante diez años, aliado, incluso, con gobernadores, asesinó a cuarenta mil campesinos en aquella enconada lucha agraria.

Por ahora, nos detenemos en un capítulo escrito por la maestra, investigadora, ensayista y novelista (sus novelas, una delicia literaria), Celia del Palacio Montiel, del Centro de Estudios de la Cultura y la Comunicación de la UV.

El capítulo se intitula, ¡vaya título estremecedor!, “Con la muerte rondando, periodismo y violencia en el Veracruz de Javier Duarte”, tiempo aquel cuando la tierra jarocha cabalgó en los cinco continentes como “el peor rincón del mundo para el gremio reporteril”, el asesinato de 19 reporteros, fotógrafos y editores, y la desaparición de cuatro colegas más, de quienes al momento, muchos años después, nada se sabe ni conoce, y lo que expresa, claro, el grado de impunidad de la administración pública.

POLÍTICOS, EJE DEL MAL

Se ha tenido, incluso, la certeza, quizá porque así lo gritoneaba Javier Duarte y los suyos, que los asesinos de los trabajadores de la información en Veracruz eran, o son, los malandros.

Pero…, de los años 2009 (Fidel Herrera Beltrán) a 2015 (Javier Duarte), la maestra Celia del Palacio Montiel documenta, con datos de la ong Artículo 19, la realidad avasallante.

El cuadro número 5 detalla la lista de los agresores:

Funcionarios, con 118 ataques a los medios.

Agresiones de particulares, 41.

Agresiones de una Fuerza Partidista (digamos, partidos políticos), 14.

Agresiones del Crimen organizado, 12.

Agresiones cuya autoría se desconoce, 55.

Total: 240 agresiones y que incluyen crímenes durante 6 años.

La maestra intitula el cuadro número 6, de la siguiente manera:

“Quién agrede. Veracruz, 2015, funcionarios:

Estatal: 32.

Municipal: 9.

Federal: 3.

Marina: uno.

Se desconocen: 10.

Escribe Celia del Palacio:

“Este panorama es preocupante, ya que muestra cómo los funcionarios estatales, en particular, los cuerpos policiacos estatales, son los que cometen la mayor cantidad de agresiones contra los comunicadores”.

Ha de referirse, sin embargo, que a menos que cada policía o cuerpo policiaco en Veracruz tenga independencia y autonomía y se mande solo, pero en términos generales, y como premisa universal, si los policías agreden a los medios, simple y llanamente se debe a una orden superior.

Una orden que en el caso del fidelato y el duartazgo habría provenido del secretario de Seguridad Pública.

Y el secretario de Seguridad Pública habría actuado, digamos, acatando una orden superior.

Y arriba del titular de la SSP siempre están, y en el caso de Veracruz, el secretario General de Gobierno y el gobernador en turno.

VERACRUZ LLENO DE CRUCES

Escribe la maestra:

“Resulta frustrante y alarmante que en 55 casos se desconozca quién fue el perpetrador de la agresión.

Esto habla no solo de la posible colusión de autoridades con el crimen, sino también de una gran ineficiencia en las investigaciones ministeriales y judiciales en Veracruz.

Y las agresiones más graves contra los periodistas son los homicidios.

Esta es la mayor violencia directa que puede ejercerse contra un ser humano y en el estado de Veracruz se encuentra el mayor número de periodistas asesinados en los últimos años”.

Más aún:

Lo grave, cierto, que de los años 2009 a 2015, el crimen organizado haya operado doce ataques a reporteros.

Pero más, mucho más grave, preocupante, pesadilla total, es que el mayor número de agresiones provinieran de funcionarios públicos.

118 en total.

Y si así fue, una cosita es la incapacidad de la secretaría de Seguridad Pública para garantizar la seguridad en la vida y los bienes (Estado de Derecho) y otra la indolencia de la Fiscalía para esclarecer los crímenes, con todo y que Cuitláhuac García Jiménez gritoneara en la revista Proceso que los aclararía en su sexenio… que apenas, cierto, inicia.

Y por añadidura, si los funcionarios públicos operaron las agresiones a los medios, lástima que la información sea limitada, ocultada mejor dicho, para identificar a los políticos autores de la pesadilla, digamos, incluso, asesinos intelectuales.

Y lo peor, nada, absolutamente nada, ni en nombre de la república amorosa y la Constitución Moral y la Cartilla Moral de Alfonso Reyes y los códigos de ética, y “del amor y paz”, garantiza que la Cuitlamanía sea, en verdad, mil años luz de distancia, diferente a la yunicidad y el duartazgo, etcétera.

El capítulo de la escritora Celia del Palacio en el libro “Veracruz en su laberinto” (en portada, el mapa de Veracruz lleno de cruces) estremece la vida social y cimbra el corazón humano.

El Estado de Derecho en los doce años de Fidel Herrera y Javier Duarte en manos de Lutero.

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