Cuitlalazo mediático

Luis Velázquez

23 de enero de 2019

La política de comunicación social de la Cuitlamanía ha derivado en un Cuitlalazo. Por ejemplo, están expidiendo boletines esotéricos que solo ellos, digamos, entienden.

Quizá creen que así agigantarán el buen karma, la mejor percepción ciudadana del gobernador. Acaso pensarán que el góber derivaría en un Estadista con boletines así.

El viernes 18 de enero, Cuitláhuac García Jiménez se reunió con los funcionarios del gabinete ligados con la violencia de género, ONG, académicos, quizá investigadores, y Colectivos.

Y el boletín que los genios de la comunicación (Iván Luna, Benita González, Mónica Mendoza y Estefanía Yépez, anexos y conexos) habrían enviado a los medios fue reproducido tal cual, en unos párrafos sin ningún maquillaje, digamos, una reescritura para convertir en cosas mundanas las cosas celestiales y que solo, digamos, entenderían y comprenderían los semióticos o semiólogos, teóricos herederos de Umberto Eco.

Y, bueno, si para un lector medio un boletín así se vuelve complicado, oscuro, nebuloso, peor aún, por ejemplo, para los familiares indígenas de la niña de doce años asesinada junto con sus padres en Santa Ana Atzacan.

GREGORIO SAMSA CONVERTIDO EN INSECTO

Algunos medios publicaron una nota informativa y la redacción casi era uniforme. Las mismas palabras, los mismos conceptos, el mismo entramado, la misma oscuridad.

En primera instancia se trata de un boletín, aun cuando, claro, se consideraría mucha coincidencia que los reporteros en turno para “dar la vuelta a los boletines” coincidieran.

Por ejemplo, en un párrafo, el góber anuncia y enuncia al mundo que “el Poder Ejecutivo y su Gabinete (gabinete con mayúscula, porque es grande y universal) realizan acciones para transversalizar la perspectiva de género en las políticas públicas del Estado”.

La mera verdad, entender que aquella mañana al despertar Gregorio Samsa estaba convertido en un insecto según el famoso cuento de Kafka y comprender que “al despertar el dinosaurio seguía ahí” de acuerdo con el cuento más corto del mundo escrito por Tito Monterroso resulta mil años luz más fácil de explicarse el boletín de la Cuitlamanía sobre la decisión, 27 feminicidios después, de “atender la violencia de género”.

Ojalá, y por ejemplo, fuera posible que alguien por ahí, el vecino en el café, por ejemplo, hiciera más sencillo el párrafo explicando el significado de “las acciones para transversalizar la perspectiva de género”.

Preguntita, y disculpa. ¿La palabra y el concepto “Transversalizar” tendrá sus raíces griegas en transgénero?

Perdón por la ignorancia, pero un boletín redactado así pareciera que es para proyectar al góber como miembro honorario de la Real Academia Española.

Y, bueno, la prensa evitó complicarse la vida y tal cual lo publicó.

¡Pobres, entonces, de los lectores!

VIAJE A LA DEMAGOGIA BOLETINERA

El resto del boletín es un viaje esotérico a la demagogia y al populismo ramplón y barato, además, con palabras y frases manoseadas y que evidencian la consistencia argumentativa del discurso oficial.

Por ejemplo, la siguiente perla literaria y política del góber, luego de 27 feminicidios:

“Tenemos que iniciar ya (ya, ya) algunas estrategias para que empecemos a disminuir los casos de feminicidios.

“Estamos obligados a hacerlo, pues es deber del Estado garantizar la seguridad a todas y todos los veracruzanos”.

Caray, si el góber habla así que flojera escucharlo y desde luego se necesita mucha, demasiada, excesiva paciencia, tolerancia y prudencia para aguantar la tempestad de palabras y frases.

Peor aún, si se considera la realidad avasallante donde los malandros, incluidas las parejas de las mujeres, han cometido veintisiete feminicidios.

Y la desfachatez, claro, de hablar de estrategias (nunca están detalladas en el boletín) para disminuir (está por verse) la muerte de mujeres.

El góber estaría buscando crear y recrear su mundo color de rosa, igual que fuera la filosofía política de Javier Duarte.

UN GOBERNADOR FUERA DE LA REALIDAD

En otro apartado del boletín, el góber resbala en el peor tobogán, ruleta rusa de su exposición.

“Queremos prevenir y actuar antes de que sucedan los casos.

Es muy difícil adivinar cuando va a haber un feminicidio, pero tenemos que generar toda una cultura de reconocimiento a los derechos íntegros de las mujeres”.

Caray, pareciera que el góber se está burlando de la dignidad de las familias con hijas, tías y hermanas asesinadas.

De entrada, “las cosas”, o sea, los feminicidios están sucediendo en Veracruz desde hace unos ocho años, pero también, se han multiplicado desde el primero de diciembre del año 2018.

Segundo, pareciera que apenas, apenitas, el góber estaría reaccionando a los feminicidios que van y por eso habla, ¡vaya desfase, negligencia, principio de Peter!, “de actuar antes de que sucedan los casos”.

Tercero, el góber habla de “generar toda una cultura de reconocimiento a los derechos íntegros de las mujeres”, cuando en el relato bíblico, por ejemplo, las mujeres son canonizadas porque, unas, salvaron a los pueblos de Jehová, otras, garantizaron la vida de los enviados del Señor ante los fariseos, y otras, fueron perdonadas y se volvieron cabilderas en la población del hijo de Dios.

Además, “los derechos íntegros de las mujeres” fueron elevados a categoría universal en la revolución francesa con los principios de libertad, igualdad y fraternidad.

Y desde la primera mitad del siglo pasado, la mayor parte de las Constituciones del mundo, salvo las dictaduras militares, garantizan los derechos de las mujeres.

El desfase histórico del góber y del boletín repitiendo al góber resulta insólito.

LA IGLESIA, INDIGNADA

Más insólito cuando Cuitláhuac habla de una dirección de la secretaría General de Gobierno creada en el primer sexenio de izquierda en Veracruz para “supervisar los avances de la (llamada de forma pomposa) Declaratoria del Programa Emergente por Crisis de Violaciones Graves de Derechos Humanos en Materia de Desaparición de Personas”.

De seguro, la titular de tal dirección percibirá un sueldo jugoso a partir del nombre kilométrico endilgado a su tarea superior y cuya esencia es empujar la carreta para favorecer la procuración de la justicia.

Pero, bueno, cada quien gusta de complicarse la vida, de por sí tan difícil.

El pendiente es que con tantos rollos, las familias de las mujeres secuestradas, desaparecidas y asesinadas solo multiplican la desconfianza en los políticos y los funcionarios públicos.

Demasiado rollo demagógico para resultados tan escalofriantes. 27 feminicidios en los días que caminan del Cuitlalazo.

Pero además, “con tomaduras de pelo” diciendo que el gobierno de Veracruz busca “construir la paz y dar tranquilidad” a los 8 millones de habitantes.

En contraparte, el obispo auxiliar de Xalapa, José Rafael Palma Capetillo, estuvo en el puerto jarocho y en la Catedral dijo que la iglesia y la feligresía están indignados por tantos asesinatos de mujeres “porque se ha perdido el respeto a la vida”.

Y a tono con AMLO, quizá congruente con la filosofía católica, recordó en su homilía el quitno mandamiento de “No matarás” en un Veracruz donde en 48 días de la Cuitlamanía van 210 asesinatos.