•50 días de Cuitlamanía
•Derivó en Cuitlamiña
•El Cuitlalazo
Luis Velázquez
22 de enero de 2019
UNO. El Gregorio Samsa de Veracruz
El sábado 19 de marzo se cumplieron 50 días de Cuitláhuac García en el mando estatal, la silla embrujada del palacio, el trono imperial y faraónico, el Veracruz “de un solo hombre”, el jefe máximo, el gurú, el tlatoani, el chamán, el político más poderoso en una entidad federativa.
Y en 50 días, la mitad de los famosos primeros Cien Días, en el carril político han creado y recreado tres tiempos como característica superior en la tarea de gobernar:
Cuitlamanía, el estilo personal de ejercer el poder a partir de los siguientes vasos comunicantes. A, el góber salsero. B, el góber sabadaba. Y C, el góber fifí.
Cuitlamiña, el fracaso político y social de la Cuitlamanía. A, el caso Actopan, 7 vecinos nacionalizados norteamericanos vejados en sus derechos humanos por la Fuerza Civil. B, el caso Chinameca, la marcha atrás al proyecto del relleno sanitario a partir de la indignación social. C, el caso Isla-Rodríguez Clara, con la emboscada a unos migrantes guatemaltecos, una mujer asesinada. Y D, el caso Veracruz, con el asesinato de un migrante hondureño que con su esposa pedían limosna.
Y Cuitlalazo, para definir el primer manotazo del góber encarcelando al primer cacique de Veracruz, ex diputado local, Manuel Francisco Martínez, huésped por catorce meses en prisión preventiva en el penal de Pacho Viejo, acusado del secuestro de una pareja matrimonial miembros de MORENA, la esposa, secretaria de Trabajo y Previsión Social, María Guadalupe Arguelles Lozano.
DOS. La derrota mayor
En 50 días, doscientos doce asesinatos, de los cuales, 28 son feminicidios y dos infanticidios.
Además, ninguna obra pública anunciada, quizá porque siguen puliendo y volviendo a pulir el Plan Estatal de Obra Pública.
Y de ñapa, el presupuesto estatal del año sujeto a una tregua de tres meses para modificarse respecto del año anterior.
El góber, cortando el listón de callecitas reencarpetadas anunciadas como la gran infraestructura del sexenio, vendiendo la esperanza de que “vendrán tiempos bonitos, bonitos, bonitos”.
Y en contraparte, la Cuitlamiña anunciando cada vez que papá AMLO rescatará a Veracruz, al grado, incluso, de cacarear programas federales como el logro social.
La derrota mayor ha sido el operativo fallido, con todo el aparato gubernamental, para destituir al Fiscal Jorge Wínckler Ortiz.
Lo peor: si en tres meses, la LXV Legislatura con mayoría simple de MORENA, el PT y el PES ha sido incapaz de tumbar al Fiscal, el consuelo es que le quitaron par de helicópteros que el ex gobernador Miguel Àngel Yunes Linares le asignara.
TRES. Soy sabadaba. Soy fifí
El gabinete legal parece estar embebido de Cuitlicidad, la corriente política para definir la vida sexenal.
Y si el góber se ha achicado a sí mismo, parte del gabinete ha apostado, igual que en la yunicidad, al más bajo perfil.
A: Nunca han aparecido aterrizando hechos de gobierno.
B: Ni siquiera la dirección de Comunicación Social les da juego mediático, se ignora si por falta de acciones o porque están congelados o porque la orden es reproducir “al pie de la letra” la parábola de Blanca Nieves y los 9 enanos.
C: Un errático mandato sexenal donde los malandros siguen ganando la batalla.
D: La llamada ola guinda iniciada el primero de julio con el triunfo de Cuitláhuac en las urnas, diluída por completo, dejando pasar el momento histórico político social en que la izquierda destituyó a la derecha (la yunicidad) y al priismo histórico del palacio.
En vez de gobernar, la extravagancia del poder representada por la ocurrencia que más ha impactado en el corazón social. Soy salsero. Soy sabadaba. Soy fifí.
