viernes, abril 26, 2024

Expediente 2018

Un infierno llamado Veracruz

Luis Velázquez

30 de noviembre de 2018

En unas horas, en el primer minuto del nuevo día, primero de diciembre, Cuitláhuac García Jiménez rendirá protesta como el gobernador número 76 de Veracruz.

Por la silla embrujada del palacio principal de gobierno de Xalapa han pasado, entre otros, Guadalupe Victoria, Antonio López de Santa Anna, Miguel Alemán Valdés y Adolfo Ruiz Cortines, los cuatro que luego fueron presidentes de la república.

Pero 75 mandatarios después, la realidad social y económica, educativa y de salud, de seguridad y procuración de justicia y desarrollo humano está en la lona.

Descarrilada, por completo.

Será, entonces, el gran desafío para el primer gobernador de izquierda que llegará al trono imperial y faraónico luego de que Heberto Castillo, la profe Gloria Sánchez, Ignacio Morales Lechuga y Arturo Hérviz, fracasaron en el intento.

La izquierda, y la izquierda delirante, aquella que “se ha desgarrado las vestiduras” por los pobres y “los pobres entre los pobres”, ante la primera oportunidad en Veracruz para el rescate social.

6 de los 8 millones de habitantes de la tierra jarocha en la pobreza, la miseria y la jodidez según el INEGI y el CONEVAL.

Un millón de paisanos en Estados Unidos como migrantes indocumentados.

Uno de cada tres jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa con el ingreso derivado del changarro en la vía pública con la venta de tortas, tacos, tostadas, tlatayas, picadas, gordas y garnachas con refresco de cola.

Medio millón de personas sólo hacen dos comidas al día y mal comidas dada la precariedad vivida y padecida.

Veracruz, en el primer lugar nacional en producción y exportación de trabajadoras domésticas.

600 mil personas de 14 años de edad en adelante, analfabetas, sin saber leer y escribir.

Un millón de paisanos con la escuela primaria incompleta.

Otro millón con la secundaria a medias.

600 mil con el bachillerato inconcluso.

De cada cien niños egresados de la primaria únicamente diez llegan a la universidad y sólo uno se titula.

Las universidades públicas y privadas, convertidas en fábrica de desempleados.

Doscientas familias, dueñas de más del 60 por ciento de la riqueza estatal.

La peor desigualdad social, económica, educativa y de salud en la historia local.

CARTELES, DUEÑOS DE VERACRUZ

Un Estado Delincuencial frente al llamado Estado de Derecho.

Los carteles y carteles, imponiendo la agenda setting todos los días y noches.

Los malandros, entregados de lleno al secuestro, la desaparición, el asesinato, las fosas clandestinas, el feminicidio, el infanticidio, el secuestro exprés, el cobro del derecho de piso, el huachicoleo y el control de los migrantes sin papeles y la prostitución, entre otros negocitos jugosos.

La peor inseguridad pública en la historia local, y de igual modo, la peor procuración de justicia, pues el Fiscal Jorge Wínckler se redujo a encarcelar a políticos duartistas acusados de pillos y ladrones dando paso a las peores vejaciones de los derechos humanos.

Veracruz, en el primer lugar nacional en feminicidios y en donde cada asesinato de una mujer hace olvidar el anterior y el anterior y el anterior y la injusticia se multiplica en automático.

De hecho y derecho Estados de Sitio en un montón de municipios de Veracruz, pues apenas, apenitas, está anocheciendo las familias se centran y concentran en sus hogares temerosas del ruido de las motocicletas tripuladas por los sicarios y pistoleros de los malandros, los barones de la droga.

Y aun cuando el góber electo que esta madrugada tomará posesión se “ha lavado las manos” diciendo que el asunto del narcotráfico con su tsunami de violencia corresponde a la Federación, los gobernadores y los presidentes municipales son corresponsables.

Y más, cuando entre los trascendidos suele darse alianza entre políticos, jefes policiacos y policías con los señores de la droga.

DESCARRILADA LA ESPERANZA SOCIAL

Decenas, cientos de hogares enlutados por la desaparición de un familiar, una hija, un hijo, un padre, un hermano, un tío, un sobrino.

Y lo más grave, la intensa y frenética búsqueda de los padres por sus parientes ante el desdén y el menosprecio de dos Fiscalías, como son la de Javier Duarte (Luis Ángel Bravo Contreras) y de Miguel Ángel Yunes Linares (Jorge Wínckler).

Y de ñapa, la perversidad de la Fiscalía azul para dividir y fracturar a los Colectivos entre quienes lo han alabado sin cesar y lo han evidenciado.

Y la impunidad, galopando en el territorio jarocho con toda la libertad del mundo.

Por eso, incluso, el domingo 2 de diciembre, el ya presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, estará en Xalapa en su primera gira para declarar a Veracruz en crisis humanitaria por tantos agravios a la vida y a los derechos humanos, y con lo que se espera, luego enseguida sea aplicado un cambio sustancial entre Duarte y Yunes y el sexenio de Cuitláhuac García.

Lo peor de todo, Veracruz, un estado pródigo en recursos naturales, habitado por gente ultra contra súper jodida.

He ahí el Veracruz que el primer gobernador de la izquierda confrontará los próximos 6 años.

Y aun cuando los teóricos hablan de otorgar el llamado “beneficio de la duda”, caray, ni manteniendo la mejor voluntad del mundo para ser optimistas puede abrigarse la esperanza porque por el palacio de Xalapa han pasado 75 gobernadores y el resultado concreto y específico es un Veracruz jodido, espantosamente jodido.

Y lo peor, en todos los órdenes.

Cada día de Cuitláhuac dejará huella para enaltecer el destino social de los 8 millones de habitantes de Veracruz o, por el contrario, para descarrilar más, mucho más, la esperanza y la fe social.

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