viernes, abril 26, 2024

Escenarios

•Sublevación en la UV
•“Todos Unidos Contra Sara”
•Autoritarismo académico

Luis Velázquez
19 de julio de 2018
UNO. Una ley regresiva

Hay en la Universidad Veracruzana, UV, una sublevación magisterial. Los académicos se oponen al proyecto de ley en debate para ampliar el tiempo del rector de cuatro a seis años, pero sin derecho a reelegirse.
Es decir, en vez de ocho años de gobierno…, considerando, claro, la reelección, 6 años.
En contraparte, el 90 por ciento de los rectores de universidades públicas del país solo duran cuatro años en el trono.
En Veracruz, suenan, entonces, «los tambores de guerra» en contra de la rectora Sara Ladrón, autora de la iniciativa, y como dice el doctor en Finanzas y Ciencias Políticas, Alfonso Velázquez Trejo, con el único fin de encarnar en el Plutarco Elías Calles del viejo priismo para imponer al sucesor, Octavio Ochoa, y/o sucesora, María Magdalena Hernández Alarcón.
Y/o como ha publicado el investigador de la UV, el doctor Miguel Ángel Casillas, el anteproyecto de la Ley Orgánica «no puede mantener el statu quo y mucho menos propiciar una regresión académica o política».
Simplemente, el respetado y respetable maestro dice que la iniciativa es regresiva por todos lados.
Primero, no existe una exposición de motivos que explique las razones que provocan la reforma.
Segundo, se trata de una propuesta que concentra el poder político en la figura de la rectoría.
Y, por añadidura, quita descaradamente funciones y atribuciones a la Junta de Gobierno.
Y de postre, resta competencias a la máxima autoridad universitaria, el Consejo Universitario General, en diversos nombramientos.
Y de ñapa, elimina contrapesos fundamentales que requiere una institución tan importante como la UV.
Plutarco Elías Calles, quien impuso a cuatro presidentes de la república (Emilio Portes Gil, Abelardo L. Rodríguez, Pascual Ortiz Rubio y Lázaro Cárdenas del Río, y quien, por cierto, le salió rezongón y lo exilió a Los Angeles), se queda chiquito ante la rectora.
La vocación de poder de la doctora Sara Ladrón está fuera de duda.
El académico puro, esencialmente puro, dice Velásquez Trejo, solo vive para enaltecer la calidad de la educación, sin caer, nunca, en la tentación imperial y faraónico del poder.
Hubo un tiempo, por ejemplo (Fernando López Arias, Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa, y los dos años de Fernando Gutiérrez Barrios), cuando la UV significaba un contrapeso del poder gubernamental.
Tan fue así que el rector Roberto Bravo Garzón se soñó candidato priista a gobernador.

DOS. La Ley Sara y su madruguete

Tercero, el anteproyecto de reformas a Ley Orgánica de la UV también cancela el proceso de descentralización, cuando, caray, el virtual presidente de la república, AMLO, ha anunciado (y está en práctica) la descentralización de las secretarías del gobierno federal, con todo y que en el caso de la secretaría de Educación Pública, SEP, a reubicarse en Puebla ha originado la protesta popular advirtiendo que Puebla vive del turismo y por ninguna posibilidad desean convertirse en otra Oaxaca, donde a cada rato la inconformidad social altera y descarrila el diario vivir.
Así, y en el caso de la UV con la iniciativa de la «Ley Sara», las vicerrectorías pasan a ser figuras decorativas de igual manera como los Consejos Universitarios regionales.
Y frente a estas circunstancias, resulta evidente que la Rectora busca, a través de un madruguete y de espaldas a la comunidad universitaria porque se encuentra de vacaciones, una reforma que otorgue a la rectoría un poder omnímodo.
Se trata, pues, dice el académico, de un claro contubernio con el gobernador Yunes.
Una reforma, entonces, que desean aprobar a la brevedad posible en la actual Legislatura de Veracruz con mayoría panista, antes, mucho antes del cambio de poderes que se avecina, y en donde el gobernador electo es de MORENA y de AMLO y en donde la LXV Legislatura tendrá mayoría de diputados locales de MORENA.
Y aun cuando Cuitláhuac García Jiménez ha sido académico durante más de veinte años, y la Rectora ha alardeado que es hijo de la UV, la ideología y la filosofía política, social y académica de AMLO (ha anunciado la creación de cien universidades públicas) puede chocar, chocaría de hecho, con el sueño autoritaria de Ladrón de Guevara.

TRES. Reforma al vapor

Muy democrática, socialista y de izquierda que siempre se ha proclamado la rectora lanzó, dice el académico, y en periodo vacacional, una consulta popular para dilucidar el anteproyecto de Ley Orgánica para después someterse al Consejo Universitario (donde tiene mayoría) y enviarse al Congreso local panista.
Incluso, ha convocado a través de las redes sociales a la comunidad universitaria (maestros, alumnos y burócratas) a expresarse sin cortapisas.
Pero en realidad, se trata de una caricatura de consulta puesta en marcha por la actual gestión universitaria alrededor de una reforma ridícula que violenta los mínimos principios de convivencia de la Máxima Casa de Estudios de la entidad, y de paso, ofende la inteligencia de los universitarios.
Diversos grupos de académicos preparan una sentida protesta por estos procedimientos de sacar al vapor una reforma que lesiona el futuro de la UV.
Se habla de construir un TUCSA (Todos Unidos Contra Sara).
Sin embargo, la oportunidad puede significar un momento propicio para debatir realmente los cambios que requiere la Ley Orgánica y que fortalezcan los contrapesos institucionales y reduzcan el poder de la rectoría y nutran la descentralización y una mayor participación de la comunidad universitaria.
Más todavía, una ley que sirva, como rebote, para exigir explicaciones sobre el llamado repentino enriquecimiento de la rectora con su mansión de unos veintidós millones de pesos con tres mil metros cuadrados y que antes fue residencia de un gobernador de Veracruz.

CUATRO. Síndrome autoritario

En la cancha académica de la UV se multiplica la versión de que la rectora padece el Síndrome del Autoritarismo, caracterizado, entre otras cositas, porque solo escucha, si escucha, a los suyos, palacio de cristal, castillito de arena, mundo color de rosa, mundo a la medida.
Y ,por el contrario, su incapacidad para escuchar a la comunidad universitaria es creciente y se multiplica como la humedad y los ácaros.
Además, en el segundo reinado resulta manifiesta, alarmante incluso, su incapacidad para impulsar un proyecto académico.
Nadie, por ejemplo, ha olvidado su gran transformación tipo Gregorio Samsa cuando en el duartazgo era una revolucionaria en las calles y avenidas ante Javier Duarte y sus atropellos y ahora, en la yunicidad, se volvió una corderita.
Y de pronto, zas, cuando el candidato de AMLO ganara la gubernatura otra vez mostrando el puño y el músculo, digamos, para impactar, para impresionar, para avasallar, creyendo que así, como peleadora callejera, ganará posiciones.

CINCO. Plutarco Elías Calles en la UV

La LXIV Legislatura, con mayoría panista, tiene varios pendientes encima para debatir y aprobar, de aquí a los días finales del mes de octubre.
A: El Fiscal Anticorrupción como fiscal a modo azul.
B: Los doce magistrados del Tribunal Superior de Justicia.
C: Aprobar, incluso, y si fuera posible en tiempo y forma, la Cuenta Pública del año 2018.
D: Asear, desde la Comisión de Vigilancia del Congreso y el Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, el carril contable en todas las dependencias del gobierno del estado y de los alcaldes panistas y perredistas.
Y todavía, encima, debatir y aprobar, si procediera, la nueva Ley Orgánica de la UV para crear y recrear una UV a la medida de la rectora en funciones.
Ya se verá, primero, si procede, y segundo, si cuando los diputados locales de MORENA tomen el Palacio Legislativa, la revisan y la echan para abajo.
Algunas voces académicas se están expresando en contra, pero una cosita es la litigada mediática y otra las acciones específicas a tomar para evitar el asalto legaloide a la UV.
La rectora, la Plutarco Elías Calles del siglo XXI en el Golfo de México.

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