CIUDAD DE MÉXICO.
“Durante décadas muchas personas han hablado de mi vida, pero ha llegado el momento de que mi verdad salga a la luz”, advirtió Luis Miguel hace unos meses cuando se presentó el primer tráiler de la serie, ésa en la que decidió contar su historia.
Y a lo largo de 13 semanas, este proyecto se convirtió en el tema de conversación no sólo en los medios de comunicación, sino también en escuelas, oficinas e incluso los hogares y grupos de Whatsapp.
Pero eso no fue exclusivo de México. La serie de Gato Grande Productions, Netflix y Telemundo, poco a poco se convirtió en un fenómeno en Latinoamérica y España, según versiones de periodistas de distintas partes del continente.
“Luis Miguel es muy conocido y querido acá, pero siento que la serie se ha encargado de ofrecer matices grises de una vida que parecía de ensueño. La gente habló de la serie todo el tiempo. Se ruboriza con el retrato que se da de Luisito Rey y se emocionaron al ver cómo Luis Miguel va lidiando con cada batalla en lo que fue su vida diaria. En Colombia se convirtió en un fenómeno con una voz que fue creciendo poco a poco, y que en ningún momento perdió fuerza”, dijo Andrés Hoyos Vargas, periodista de televisión del periódico El Tiempo de Colombia.
En Chile, el fenómeno fue similar. De acuerdo con Romina Raglianti, periodista de espectáculos de El Mercurio, la serie tuvo éxito porque no se asemejó al modelo de producción que se maneja en una telenovela.
“La serie ha servido para humanizar a Luis Miguel. Aunque muchos sabían de su infancia difícil, la gente se ha sorprendido al ver la relación con su papá. Luisito Rey generó mucho rechazo y por consecuencia, la historia de Luis Miguel conmovió. Para mí fue un acierto tener la relación con el padre como uno de los puntales de la temporada, es mucho más interesante que el lado más telenovelesco de las relaciones amorosas”, destacó.
Bernardita Villa, periodista de espectáculos en BioBioChile, concuerda con Raglianti al señalar a Luisito Rey, que interpretó Óscar Jaenada, como uno de los motores del éxito.
“Desde los primeros capítulos se causó una gran expectación, sobre todo por el misterio de la desaparición de su madre y los malos tratos de su padre. Durante varios días, los programas matinales dedicaron segmentos completos a comentar algunos capítulos y episodios de la juventud de Luis Miguel y esto se repitió durante toda la serie”, destacó.
La emisión también ha tocado a Paraguay, en especial Diego Boneta, quien de acuerdo con Lucía Sapena, periodista de espectáculos y conductora de radio y televisión en dicha nación, ha logrado un gran trabajo.
“Me sorprende gratamente lo que ha logrado Diego Boneta, porque en algunos momentos de la serie parecía que estábamos viendo realmente a Luis Miguel. Se nota que hizo un trabajo muy intenso para lograr los gestos, la voz al hablar y al cantar.
“El hecho de que las canciones fueran interpretadas por Diego, fue un gran riesgo pero creo que fue una decisión positiva. Saber que Luis Miguel dio el visto bueno y sea uno de los productores de la serie también fue un buen punto a favor para que muchos se quedaran enganchados”, destacó.
Para Lucía Barja, periodista de RPP Noticias de Perú, el fenómeno es interesante, porque asegura, que en su nación no todos son fans.
“He podido notar que las personas que conversaban sobre la serie no necesariamente eran fanáticos del cantante. Pero el público en Perú ha regresado a la música de Luismi. La serie fue atractiva por el hecho de que revelan secretos de la historia del cantante de los que se puede hablar mucho. La audiencia ya dejó de ser un público pasivo, que sólo consume la producción audiovisual. Ahora se genera conversación en torno a ella”, destacó.
Noelia Fariña escribió para El País de España que “la serie tuvo todos los elementos para engancharse a ella al hablar de un padre controlador, una madre desaparecida y un éxito precoz aderezado con romances, adicciones y alguna que otra balada”.