miércoles, abril 24, 2024

Malecón del Paseo

La muerte de una reportera
Dura batalla contra el cáncer
Arlet Montejo, 28 años

Luis Velázquez

EMBARCADERO: Una reportera ha muerto. Arlet Guerrero Montejo, 28 años, más de 6 años como periodista, dos años enferma de cáncer… Falleció el lunes en la noche, luego de la batalla más importante… Su lucha, su gran lucha por la vida… Don Manuel Buendía, el columnista de «Red Privada» asesinado por la espalda en el segundo año del presidente Miguel de la Madrid, siempre decía que un segundo antes de morir, un reportero ha de seguir contando la última noticia… Un día, año y medio, dos años quizá, Arlet dejó de contar al lector la historia de cada día y cada noche y luego enseguida empezó a reportearse a sí misma y a contar la historia de su cáncer… Insólito: renació, reencarnó en otra persona, se reinventó… Y abrió su blog en Internet… Se llama «Siguiendo mis pasos»… La historia de sus historias… «Desde aquí documentaré una especie de diario donde hablaré de mi vida, los cambios que he sufrido y los retos que enfrenta en el camino para vencer el cáncer» escribió… Tarea titánica, difícil, proeza insuperable… Pocas, poquísimas, excepcionales ocasiones, quizá nunca, se gana la lucha contra el cáncer… De entrada, la ciencia médica ha fracasado, aun cuando los científicos tienen listo el operativo para vivir en el planeta Marte y, caray, hasta lunas de miel ofrecen las agencias turísticas… Podrá, quizá, prolongarse el tiempo de vida… Pero tarde o temprano, el cáncer vuelve… Y más, mucho más, como en el caso de Arlet, se carece de seguridad social… Un día, por ejemplo, publicó un correo estrujante, solicitando el apoyo de los amigos y conocidos para comprar un par de medicinas que costaban más de treinta mil pesos…

ROMPEOLAS: Siempre, con una sonrisa más grande que la sandía de Diego Rivera…  Siempre, corriendo atrás de la noticia por la noticia misma, lejos de ideologías, pasiones desbocadas, confrontaciones innecesarias… Caminó en diferentes medios, porque tal cual es el destino de un trabajador de la información… Y más, mucho más, cuando se sueña con un ideal, la utopía, el mundo imaginario, el ejercicio diario de la libertad, la dignidad humana… Un día dejó de apresurar el paso atrás de la noticia y, entonces, pasó de una cama a otra en hospitales de Veracruz, Puebla y la Ciudad de México, soñando con la utopía más grande de su vida… Su historia contada en el blog… En un hospital de Puebla escribió que todas las mañanas miraba un árbol a través de la ventana, pero que extrañaba el mar, la bahía, el Golfo de México, el vuelo de las gaviotas, la arena, los peces brincando en altamar, los pescadores, el viento, la brisa, el sol, la noche, el cielo con estrellas… Pero, al mismo tiempo, mirar un árbol, escribió, significa la felicidad, pues, qué caray, simboliza el misterio de la creación… Tiempo atrás de su última travesía se integró con unas amigas reporteras y lanzaron una página web… Se llama «Testigo Púrpura», donde expresaban con toda la libertad del mundo sus creencias… Los derechos humanos, la igualdad social y económica, la alegría de vivir, la cuota de género, los desaparecidos, etcétera… Los amigos, decía don Julio Scherer García, son piedras que rodando en la ladera se encuentran y se aproximan… Y con sus amigas, Arlet soñaron con su página web, sin que ninguna de ellas pensara en un ingreso económico extra… La pasión periodística, la pasión noticiosa, la pasión por informar y dar sentido a sus vidas como eje rector y punta y final del iceberg, la pasión por ganar una exclusiva, lograr mejor entrevista, escribir una crónica singular…

ASTILLEROS: Una mañana, en el salón de clases en la facultad de Comunicación de la Universidad Veracruzana, FACICO, en la materia de «Crónica periodística», el profesor le devolvió una crónica… Le hacía anotaciones de hechos que faltaban… Y le pedía la reescribiera… Arlet, con la sonrisa de sandía, leyó las anotaciones y dijo que para mañana… Y al día siguiente la llevó… Y durante cinco ocasiones el maestro se la devolvió, nomás, nomás, nomás, para calibrar (quizá fortalecer) su extraordinaria fuerza de voluntad… Pero más aún, para mejorar la creatividad… Tozuda, tenaz, parece que desde estudiante un día olió la tinta del papel periódico y respiró el ambiente en una sala de redacción y, desde entonces, se metió de lleno, sin tregua, al ejercicio reporteril… En su blog escribió sobre el cáncer… «Nunca me gustaron las cosas a medias… Conmigo siempre había sido todo o nada… Pero me di cuenta que estaba medio viviendo, medio queriendo, medio trabajando, medio, medio, medio, medio todo a la mitad, que me estaba conformando porque sentía que así estaba bien, porque había encontrado mi zona de confort, ahí me sentía bien, estaba muy cómoda sin darme cuenta que estaba a la mitad o menos de la mitad en todo»… Luego, remata su renacer: «Hoy puedo decir que vivo bien y como quiero y lo más importante, estoy lista para partir en cualquier momento»… Amadeo Nervo, el poeta que fue modelo de otro gran poeta, Juan José Tablada, lo escribió de la siguiente manera: «Vida, nada me debes… Nada, estamos en paz»… En el relato bíblico nada conforta más como estar listo «para partir en cualquier momento»…

ARRECIFES: A los 17 años de edad, Arthur Rimbaud había publicado su obra literaria estelar en dos libros y se alejó del mundo y trashumante terminó en el otro confín… Juan Rulfo únicamente publicó dos libros en vida (El llano en llamas y Pedro Páramo) y entró a la gloria literaria… Juan José Tablada también sólo publicó dos libros en vida, aun cuando los familiares y amigos integraron textos sueltos en tres libros… Morir a los 28 años de edad es triste, porque simple y llanamente, apenas se comienza a vivir… Arlet, sin embargo, lo miraba de la siguiente manera: «Me siento feliz… En todos los aspectos de mi vida he dado todo… Así que estoy bien»… He ahí una fuerza espiritual, emocional, fuera de serie… Vivir a plenitud cada instante… Y una fuerza telúrica así sólo proviene desde adentro, pues, dice el proverbio, la fuerza interior es la fuerza exterior… Arlet cuidaba su periodismo, también se fortalecía a sí mismo… Fortaleza admirable… Paul Eluard lo escribió así: «Nadie, pocos pueden saltar los puentes que nos conducían al sueño/ y del sueño a nuestros sueños/ y de nuestros sueños a la eternidad»… Arlet los saltó… Vivió «su victoria sobre la muerte», pues la enfrentó con alegría, reinventada, vuelta a nacer… Ella escribió en su blog: «He tenido la fortuna enorme de conocer y hacer grandes amigas por la hermosa sintonía de vivir»… Vivió… Y vivió a partir del cáncer, pues antes, dijo, simple y llanamente, «no estaba viviendo»…

PLAZOLETA: En las páginas de AVC Noticias y Testigo Púrpura ha quedado su paso por el periodismo… Quizá por su contenido universal, el profundo, inalterable humanismo, la limpieza prosística, las vivencias y las experiencias, los días y noches vividas, la amistad como vaso comunicante, etcétera, su diario/blog en Internet podría, digamos, editarse como un libro… Y más, por la historia desgarradora que significa el cáncer… Y más, cuando los vientos borrascosos son en contra…  Julio Scherer, por ejemplo, siempre insistía en un tema central con los reporteros… «Escriban un libro» sugería… El mismo publicó unos veinte libros… En unos, la historia del país… Y en otros, su historia reporteril como testigo de los acontecimientos, los viajes por el mundo, la relación personal con los políticos encumbrados, su feroz lucha por la libertad y la dignidad, la solidaridad… La vida de Arlet en varios tiempos… El viaje a la vida y el viaje al infierno, con todo y que el infierno fue alegría de vivir… Incluso, sus crónicas en «Testigo púrpura», acaso en AVC, podrían, digamos, rescatarse…

PALMERAS: Arlet celebró la amistad, a tono, digamos, con el proverbio bíblico de que «el único patrimonio de los seres humanos es la amistad»… Y más, en el caso de las amigas que, digamos, también sufrieron cáncer… Escribió: «Podemos estar listas para partir en cualquier momento… Por eso mismo vivimos y amamos al máximo y eso lo que nos une, no el cáncer… El cáncer fue el medio solamente para un motivo más grande»… Honró la amistad y las amigas la honraron… «Todos los días despierto con el miedo de tener noticias que alguna amiga partió… De sentir que una vez más se me desprende un pedazo de alma porque ella ya no estará… Me da mucho miedo pero con sus palabras me dicen que estará bien si sucede pues están preparadas»… Emerson aseguraba que cuando enseñemos y preparemos a los hijos para amar la muerte estarán listos para amar la vida…

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