viernes, abril 19, 2024

Muere el último dictador militar de Argentina

El general Reynaldo Bignone, último dictador de Argentina, quien fue condenado en cinco juicios por crímenes de lesa humanidad, murió a los 90 años de edad.

Bignone fue el último presidente de facto del régimen militar que, a través de un golpe, gobernó el país sudamericano de 1976 a 1983.

La víspera, el represor fue internado de urgencia en el Hospital Militar para ser operado por una fractura de cadera y fémur, pero una insuficiencia cardíaca y respiratoria lo dejó sin vida antes de la intervención.

Bignone asumió como presidente el 1 de julio de 1982, luego de que su antecesor, Leopoldo Galtieri, fracasara en la Guerra de Malvinas que Argentina perdió frente a Gran Bretaña.

En esos momentos, la dictadura agonizaba y meses después se realizaron elecciones democráticas que ganó Raúl Alfonsín, a quien Bignone le entregó la banda presidencial el 10 de diciembre de 1983.

Antes de dejar el poder, el general dictó una autoamnistía para evitar que fueran juzgados los responsables de las torturas, secuestros, desapariciones, asesinatos y robo de niños cometidos durante la dictadura.

Sin embargo, la lucha de los organismos de derechos humanos impidió la impunidad y logró que durante la última década Bignone fuera juzgado en cinco juicios por crímenes de lesa humanidad, es decir, que no prescriben.

En uno de los procesos, Bignone fue condenado junto con el dictador Jorge Rafael Videla por el robo de hijos de desaparecidos, a quienes fueron entregados a otras familias de manera ilegal y se les cambió su identidad.

En otro juicio histórico, el represor fue condenado por los crímenes cometidos en el marco del Plan Cóndor que aplicaron Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Paraguay y Uruguay en los años 1970 para exterminar a opositores políticos.

En un fallo inédito, el Tribunal Oral Federal 1 reconoció por primera vez que la Operación Cóndor fue una asociación ilícita que permitió secuestros, torturas y desapariciones forzadas de personas.

Argentina se convirtió así en el primer país del Cono Sur que condena a los jefes responsables de la represión que incluyó espionaje ilegal, intercambio de prisioneros y asesinatos en otros países.

En ese momento, Bignone fue condenado a 20 años de prisión por crímenes de lesa humanidad en contra de cuatro víctimas.

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