viernes, abril 19, 2024

Malecón del Paseo

•200 años de “El Nigromante”
•Reportero y político honesto
•Los ideales nunca se negocian

Luis Velázquez

EMBARCADERO: Se cumplen doscientos años del nacimiento de Ignacio Ramírez, 1818/1879, el periodista y el político de la Reforma con Benito Juárez más honesto, más integro, más vertical, en la historia del país… Y lo insólito: nadie antes, nadie después, le ha pisado los talones… “El nigromante” fue maestro de Ignacio Manuel Altamirano, el otro reportero y escritor y diplomático renegado… También contemporáneo de Francisco Zarco, a quien por alguna razón el pueblo quería y admiraba más, mucho más que a “El nigromante”… Ignacio Ramírez significa la lucha firme y constante por la libertad, cierto, de prensa, pero más aún, por la libertad de expresión que es facultad constitucional de todos… También simboliza la lucha por un Estado Laico… Ministro de Cultos con Juárez, por ejemplo, le tocó embargar los bienes materiales de las elites eclesiásticas de entonces y todos tuvieron un destino social… Y “El Nigromante” ningún quinto se robó… Ni menos, mucho menos, dispuso de alguna casita de campo de los ministros de Dios para escriturarla a su nombre…

ROMPEOLAS: Su honestidad puede calibrarse con otros dos hechos y circunstancias… Benito Juárez se reeligió como presidente de la república durante catorce años… Y cuando por vez primera lo intentara, Ignacio Ramírez fue el más feroz opositor… Luego, le siguieron los otros hombres, hombres “que parecían gigantes” de la Reforma… Y cuando Juárez se encaprichó con la reelección, entonces, simple y llanamente, “El Nigromante” le renunció a un Ministerio en el gabinete federal… Murió pobre, en una casita que rentaba en las goteras de la Ciudad de México… Entonces, el presidente de la república, Porfirio Díaz, le envió al secretario de Hacienda, el fino y exquisito, José Ivés Limantour (vivía en el Castillo de Chapultepec) con un dinerito para los gastos del sepelio y con las escrituras de una casita que a nombre de la república, ajá, le regalaba el dictador… Y la viuda rechazó las dos ofertas tentadoras… Nunca, jamás, otro político y otro periodista a la altura de Ignacio Ramírez…

ASTILLEROS: A los 18, 19 años, ingresó a la Academia de Letras de la Ciudad de México… Y su discurso empezó con tres palabras que estremecieron al país… “No hay Dios”, dijo, con la firmeza del mundo, con todo y que Dostoievski le contestara desde Rusia, precisando que si Dios no existía, entonces “yo soy Dios”… Renunciado por voluntad propia al gabinete de Juárez se dedicó por completo al periodismo… Era en aquel entonces un periodismo opinativo, pues los periódicos estaban llenos de columnas y artículos en vez de noticias del día… Ricardo Flores Magón, el otro periodista renegado, dirigía “Regeneración” y que lo llevara 41 ocasiones a la cárcel enviado por Porfirio Díaz Mori, 33 años en la dictadura… Filomeno Mata dirigía “El Diario del Hogar”, impreso en su propia imprenta y en donde de gratis imprimía el periódico de los hermanos Flores Magón…
Ignacio Ramírez camino por varios periódicos… Siempre con el apostolado por delante… “El país puede cambiar” para bien de los pobres y de “los pobres entre los pobres”, se decían y todos lucharon…

ARRECIFES: Nadie pensaba en los bienes materiales como razón suprema de vida… Menos, en coleccionar bienes, terrenos, casas, departamentos, mansiones, ranchos, ganados, joyas, pinturas, viajes por el mundo… Habían vivido trescientos años de la conquista y el país estaba tan jodido como ahora en que tenemos la peor desigualdad social y económica de América Latina y estamos en los primeros lugares mundiales de corrupción política… Y en donde las campañas electorales en los días que corren solo sirven para conocer al político más corrupto, pues todos se descobijan… Y todos, claro, cínicos, obscenamente cínicos, se declaran ángeles de la pureza… Y si en el México de “El Nigromante”, en nombre de Dios las cúpulas eclesiásticas coleccionaban bienes materiales, ahora, la riqueza del país, por ejemplo, las minas, están en manos extranjeras… Y ni se digan los bancos y los ferrocarriles y la industria de la telecomunicación… Además, claro, de que si en aquel México, Porfirio Díaz enviaba a los reporteros disidentes a las mazmorras del castillo de San Juan de Ulúa, Javier Duarte dejó diecinueve reporteros asesinados y tres desaparecidos y en la yunicidad van cuatro periodistas ejecutados, los cuatro, y por desgracia, en la impunidad…

PLAZOLETA: Aquellos hombres de la Reforma eran incorruptibles porque tenían principios, sueños, ideales y utopías y padecían “indignación crónica” ante la miseria, la pobreza y la jodidez de la mayor parte de la población… Y porque igual que Benito Juárez con su reelección presidencial, su paisano Porfirio Díaz, quien fuera su alumno, también cayó seducido por el poder político… Y todos ellos se opusieron… Y lucharon… Y aun cuando 200 años después el país sigue igual de postrado, cada quien en su tiempo luchando… Incluso, y como la mayoría, padeciendo cárcel, como el caso de “El Nigromante” quien repetidas ocasiones fue enviado a prisión por sus escritos periodísticos y sometido a procesos judiciales… Y nunca, jamás, se doblegó ni se volvió sumiso ni sumido, pues, además, su esposa y sus hijos lo apoyaron sin reservas ni dudas, con todo y las tribulaciones económicas que padecían…

PALMERAS: Ignacio Ramírez nació en San Miguel de Allende… Y en su pueblo centrarán los festejos de los 200 años de su nacimiento… De entrada, la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia publicará un libro intitulado “Breve historia de Ignacio Ramírez”… En el parque Juárez (vaya paradoja) del pueblo expondrán treinta fotografías del archivo familiar… Ciclo de conferencias, con académicos de las universidades de Columbia y California… Un comic con su biografía… Una pieza teatral con Jesusa Rodríguez y Damián Alcázar… Político, periodista, poeta y escritor, la figura de Ignacio Ramírez se engrandece… Era cien por ciento radical… Los principios, decía, nunca, jamás, se negocian, ahora cuando la mayor parte de los políticos se declara pragmático… Su vida pública a tono con su vida privada, monástica, llena de carencias pero repleta de dignidad… Se distanció de Benito Juárez y nunca hubo reconciliación…

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