miércoles, mayo 8, 2024

Diario de un reportero

•Un dolor imborrable

•Desaparecidos en Veracruz

•Les vale a los candidatos

Luis Velázquez

DOMINGO

Un dolor imborrable

Casi catorce meses después, la yunicidad sigue reprobando el examen de derechos humanos, “el delito de lesa humanidad” que nunca prescribe.

El delito que implica la inseguridad y la impunidad, hermanitas gemelas escapadas de la caja de Pandora.

El delito que todos los países del mundo definen como la agenda número uno, por más y más que sus presidentes y gobernadores ultrajen.

Ningún dolor, ningún sufrimiento, están por encima de la más espantosa tortura familiar (tortura interior y exterior) de cuando los padres y los hermanos y los tíos y los primos y los abuelos desconozcan el paradero de los hijos desaparecidos.

Y más, cuando como en el caso de Veracruz, la diputada local, Marijose Gamboa, sostiene que el número de desaparecidos podría llegar, llega, a más de quince mil.

Y más, porque la ausencia de un familiar y la búsqueda frenética de un desaparecido significa el más canijo desgaste, físico, cierto, pero más, mucho más, emocional, sicológico, siquiátrico y neurológico.

Y lo peor, la indiferencia de la elite gobernante, ocupada, como está con heredar la gubernatura de seis años al primogénito.

LUNES

Desaparecidos, vivos o muertos

En catorce meses, en la Fiscalía han construido una dependencia del resentimiento, el odio y la venganza, revoloteada con la aplicación de la justicia en contra de los duartistas pillos y ladrones.

Y lo más insólito: todo indica que los señores fiscales parecieran más ocupados por el trato, digamos, humanitario a los animalitos, entre ellos, los gallos, como ha quedado mostrado con Andrés de la Parra.

Tal cual sólo quedaría reproducir en Veracruz la decisión de un par de familias de Sinaloa, con dos hijos secuestrados por comandos armados en el mes de enero de 2017 y que ante la negligencia oficial han solicitado ayuda al Cartel de Sinaloa para ver si los pueden, primero, rescatar, y si están muertos, ubicar el paradero para la cristiana sepultura.

“No buscamos culpables” dicen al cartel en una carta pública. “Ni tampoco acusamos a nadie. No sabemos si ustedes (el cartel de Sinaloa) lo hicieron o si no lo hicieron. Sólo estamos pidiendo ayuda” para su identificación.

Las ONG de desaparecidos podrían, entonces, lanzar un SOS a alguno de los seis carteles operando en la tierra jarocha con la esperanza de encontrar a los suyos.

Vivos o muertos.

MARTES

Cicatrizar heridas

Los familiares de los desaparecidos llevan muchos años alimentando la esperanza y arrastrando un dolor que continuará en sus corazones ya conozcan el desenlace, o de plano, hasta que el tiempo pudiera, digamos como una posibilidad remota, inverosímil, cicatrizar heridas.

Y es que ninguno sabe si los suyos están vivos, y si están vivos las condiciones en qué vivirán, y si están muertos, el lugar, y si perdieron la vida la forma en que la habrían perdido.

Y más, como en el caso, cuando se atraviesan desapariciones forzadas, donde los mandos policiacos de varios niveles terminaron aliados en el duartazgo con los carteles y cartelitos.

Y más, cuando el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, está preso en el penal de Pacho Viejo, sometido a un proceso penal por otros delitos, menos por desaparición forzada, como el caso documentado por el padre de Gibrán, el cantante de “La voz México”.

Y si en el duartazgo se vivió el infierno, también hoy, por ejemplo, con el caso de las tres edecanes de Amatlán y Córdoba desaparecidas, sin una pista hasta el día de hoy.

MIÉRCOLES

Candidatos, en el limbo

Estamos en la penúltima semana de las precampañas de los candidatos a la gubernatura de Veracruz.

Y ninguno del cuarteto de aspirantes (Miriam Judith González Sheridan, Cuitláhuac García Jiménez, Miguel Ángel Yunes Márquez y Pepe Yunes Zorrilla) ha tenido un minuto del día para ocuparse de los desaparecidos.

Sabrá el dios de cada quien si es un acuerdo entre los suspirantes.

Y/o de las elites partidistas para soslayar temas calientes.

O si el cuarteto tiene miedo y terror a los carteles y cartelitos y eluden el tema, de igual manera, como por ejemplo, los grandes temas sociales del aborto, el matrimonio gay y la adopción de niños por parte de parejas de la diversidad sexual.

El caso es que tres semanas después, ninguno de los cuatro ha tenido la voluntad social de reunirse con las ONG de familiares de víctimas ni tampoco revelar (si la tienen) y fijar su política ante los delitos de lesa humanidad.

Todo indica que ni siquiera conocen el número de ONG de desaparecidos en Veracruz ni menos el número de las víctimas.

JUEVES

Quince mil desaparecidos

Hay dolores indescifrables.

Son aquellos sufrimientos que provienen del corazón y del alma.

Y del recuerdo y de la memoria.

Y de los días y noches en la incertidumbre y la zozobra escombrando las horas con la esperanza de encontrar, algún día, al hijo desaparecido.

El dolor de una madre, de un padre, de unos hermanos, etcétera, que sólo puede quizá curarse cuando el corazón descanse aclarada la incertidumbre sobre el destino del familiar ausente.

Meses así, años incluso, todos ellos han vivido, y si los Fiscales de Javier Duarte arruinaron más sus vidas con la negligencia oficial, ahora, en la yunicidad, los vientos huracanados se multiplican.

Y nada, absolutamente indica que gane quien gane la gubernatura, la silla embrujada de palacio, el trono imperial y faraónico, consuele sus heridas a partir de una política de Estado para buscar a los desaparecidos.

Treinta mil en el país víctimas de desaparición forzada.

Quince mil en Veracruz en el sexenio duartista y en el que camina, catorce meses después.

VIERNES

Alumbrados con la esperanza

En el puerto de Veracruz se ubica la fosa clandestina, en el terreno anexo al Frac. “Colinas de Santa Fe”, más grande de América Latina.

A cada rato, el Solecito de la señora Lucía de los Ángeles Díaz Genao, integrado por un centenar de madres de familia, salen con palas y picos para escarbar la tierra alumbrados con la esperanza de hallar a los suyos.

Hay resultados. Pero al mismo tiempo, cada vez aparecen más fosas, sin que ellas encuentren a sus hijos.

Han tenido horas escalofriantes cuando, por ejemplo, descubren un retazo de ropa, el cachito de una blusa, un zapato, en el terreno baldío de “Colinas” y que suman unos diez mil metros cuadrados.

Ellas llegaron a “Colinas” porque en una marcha pacífica un tipo se les acercó y así nomás les entregó un mapa que luego sabrían era el mapa de la muerte, quizá, porque él mismo habría participado y era un sicario redimido a sí mismo.

Pero en el otro lado de la cancha, tanto en el duartazgo como la yunicidad han sido indolentes.

Antes, se entendería, porque sus mandos policiacos tenían las manos manchadas de sangre. Y ahora porque la prioridad es ganar la gubernatura.

En todas las madres duele el recuerdo, duele la memoria, duele el dolor, duele el alma.

Y a los políticos les vale.

Los políticos del pasado inmediato. Los políticos de hoy. Y los políticos suspirantes a la silla.

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