•Karime, el gran trofeo

•Nueve familiares en la mira

•Los ricos y los jodidos

 Luis Velázquez

Uno. Karime Macías, el gran trofeo

 El 3 de abril del año 2016, Miguel Ángel Yunes Linares interpuso una denuncia penal en contra de Karime Macías y en contra de ocho familiares más de la esposa de Javier Duarte que en su diario (el diario que reclama) escribiera cincuenta veces su filosofía de vida resumida en tres palabras:

“Sí merezco abundancia”.

Y como el Yunes azul miraba que los días y las semanas transcurrían sin una acción mínima y básica del Fiscal elegido para nueve años, Luis Ángel Bravo Contreras (cuyo apodo “Fisculín” se volvió más famoso que su nombre), entonces Miguel Ángel dio el siguiente paso.

Y puso la denuncia penal en la Procuraduría General de Justicia, PGR.

Un año después de la yunicidad está costando “las perlas de la virgen” que el Fiscal Jorge Wínckler, cuyo antepasados rusos eran cirqueros de pueblo en pueblo, aplique la justicia, en ningún momento la venganza como agravante de lo que han llamado “persecución política” y “cacería de brujas”.

La denuncia es prioridad. Y lo es, porque se trata de la familia de Karime Macías, todos ellos trepados “en el pinche poder”, dueños únicos y absolutos que llegaron a creerse de Veracruz y del erario público, tanto estatal como federal.

Y, bueno, la llamada por los duartistas la “Fiscalía de la venganza” va cumpliendo en tiempo y forma, pues al momento once políticos han estado y están presos en el penal de Pacho Viejo.

Pero “la joya de la corona” es el clan de los Macías y que, bueno, si antes del primero de julio del año entrante cuando se celebren cinco elecciones, algunos de ellos fueran internados en Pacho Viejo, entonces, será la apoteosis electoral para los Yunes azules.

Dos. La familia imperial… que fue

En la lista negra de la Fiscalía están las siguientes personas:

Uno. María Eugenia Jazmín Tubillas Letayf, madre de Karime y suegra de Javier Duarte.

Dos. Antonio “Tony” Macías, a quien en el duartazgo llamaban “El suegro más famoso de Veracruz” y a quien el gabinete legal y ampliado, anexo, conexo y similar le rendía tributo y se le cuadraba a su paso.

Tres. Mónica Ghian Macías Tubillas, hermana de Karime.

Cuatro. José Armando Rodríguez Ayache.

Cinco. Córsica Alejandra Ramírez Tubilla, la gran operadora de los eventos artísticos.

Seis. Lucía Letayt Barroso.

Ocho. Jorge Fernando Ramírez Tjubilla.

Nueve. Oscar Millet Aguilar Galindo, cuñado de Javier Duarte, casado con su hermano y residentes en España.

Ellos integraron la familia imperial y faraónica.

Y aun cuando la población ya los juzgó, por ejemplo, con las tres derrotas infligidas al PRI con la gubernatura, el Congreso y las presidencias municipales, todavía hay grandes pendientes.

A: “Devolver el dinero robado”.

B: Ser llevados a un proceso penal.

Simple y llanamente, ellos con Karime y Duarte escalaron a la cúspide del poder, hicieron y deshicieron, se creyeron dueños del día y de la noche y de las vidas ajenas, y ni modo que la impunidad los favorezca.

Es Yunes Linares o es Duarte y Karime.

Tres. Los ricos y los jodidos

La vida pública fue y es así:

Javier Duarte, una lanchita de nueve millones de pesos para navegar en el Golfo de México y en el río Papaloapan…, y en la contraparte, la pobreza y la miseria. 6 de cada 10 habitantes de Veracruz en la jodidez total y absoluta.

Karime Macías, usufructuando con Duarte el rancho “El faunito”, en Fortín, y “Las mesas” en el estado de México, hasta con alberca y hospital para sus caballos… ante el montón de fosas clandestinas.

Duarte y Karime con sus empresas fantasmas operadas por sus amiguitos, Moisés Mansur y Jaime Porres y Veracruz convirtiéndose en un pueblo migrante al Valle de San Quintín en la frontera norte y a Estados Unidos.

Karime utilizando el avión oficial para hacerse manicure y pedicure en Polanco en la Ciudad de México y las madres con hijos desaparecidos instalando changarros de comida rápida en el carnaval jarocho y en la playa de Boca del Río en Semana Santa para avenirse de recursos con que seguir rastreando la pista de sus hijos.

Los familiares de Karime y Duarte (que trescientas concesiones de taxis para uno de sus hermanos) manejando las arcas oficiales como si se tratara de la tienda de raya de una hacienda porfirista y la entrega de agua destilada a los niños enfermos de cáncer.

Etcétera, etcétera, pues la población jarocha conoce al dedillo las tropelías y trastupijes cometidas en el duartazgo y que, por cierto, tiene a varios (ex) secretarios como prófugos de la justicia.

Por eso, el Fiscal Wínckler tiene un gravísimo pendiente con los 8 millones de habitantes de Veracruz, como es redoblar el trabajo para aplicar la ley en el caso de Karime y sus familiares privilegiados durante seis años.

Cuatro. Es Yunes o es Duarte

En el penal de Pacho Viejo estuvieron y están once duartistas presos, sometidos a un proceso penal, algunos de los cuales han cumplido mil días en el penal de Pacho Viejo.

Pero la población quiere tras las rejas a la familia imperial.

Karime, por ejemplo, en un gesto, digamos, de ternura, amplia ternura, envió una cartita al gobernador Yunes y a la Fiscalía exigiendo la entrega de sus bienes embargadas en la bodeguita de Córdoba, entre ellos, su diario espiritual que tan espiritual anotaba el manejo de los negocios a la sombra del poder.

La esposa de Duarte, que anunciara el divorcio, ha solicitado asilo político en la Gran Bretaña que porque es perseguida política.

Y del resto de las denuncias penales en contra de los familiares, nada se sabe.

Ni para adelante ni para atrás.

Justicia. Simple y llanamente, justicia.

Si la yunicidad llegara a su fin y ellos continuaran en libertad, tan campantes, significaría el peor desencanto penal, social, político y electoral.

Y de paso, se entendería que el gobernador habrá sido incompetente pues él mismo es su propio Fiscal, o por el contrario, que fue doblado en el altiplano.