domingo, mayo 19, 2024

Diario de un reportero

•Descuartizado Javier Duarte

•Embarrados siete exsecretarios

•Inconclusas 692 obras de salud

Luis Velázquez

Javier Duarte, descuartizado

Los secretarios del gabinete legal de la yunicidad han comparecido en la LXIV Legislatura. Más que rendición de cuentas, la filosofía azul es una sola: descuartizar por completo a Javier Duarte y duartistas. Incluso, y de paso, a la peligrosa banda de “Las despensas, las láminas y las cobijas”.

Todos, sin excepción, han vuelto a dibujar el peor de los mundos en el sexenio anterior. Todos merecerían el Oscar de “La lengua de oro”.

Se busca así descarrillar al partido tricolor de cara a las 5 elecciones del primero de julio del año entrante.

Y en la orgía de denuncias el campeón invicto es el secretario de Salud, el doctor Arturo Irán Suárez Villa, originario de Perote, médico de cabecera del gobernador y su director médico en el ISSSTE felipista, famoso en el carril rojo, porque tanto en la SS como en el DIF hay una invasión de poblanos, quizá porque con su esposa trabajaron un tiempo al lado del ex gobernador Rafael Moreno Valle, el amigo “a prueba de bomba” de la profe Elba Esther Gordillo, la presa política de Enrique Peña Nieto.

LUNES

Denunciados siete exsecretarios

El secretario de Salud embarró a sus antecesores tanto en el duartazgo como en el sexenio de Fidel Herrera Beltrán, la obsesión número uno del gobernador panista.

Todos ellos fueron denunciados.

Todos son investigados.

Todos, dice el funcionario, “ordeñaron la vaca”.

Y si el góber tiene el expediente negro de Andrés Manuel López Obrador y el mundo quedó con las ganas de cimbrarse el primero de diciembre del año 2016 como era su promesa, entonces, el titular de la SS sueña con arrodillar a sus antecesores.

Jon Rementería. El primer secretario de Salud con el fogoso, quien también lo encumbrará como presidente municipal de Veracruz, más ligado que nunca a Javier Duarte a través de su hija Ainara, diputada local que fuera.

Rodolfo Oviedo, el cardiólogo que pasara un ratito por la SS.

Manuel Lila de Arce, quien soñó, además, con un cargo de elección popular y fue derrotado en las urnas.

Francisco Antiga Tinoco, a quien según la fama pública “doña Beba”, concesionaria del restaurante del Hospital Serdán en el puerto jarocho, le obsequiara una casita en fraccionamiento boqueño, además de terminar sus días en la SS con un yatecito, o lanchita, parece.

MARTES

Inconclusas 692 obras públicas

Pablo Anaya Rivera. Veinte días como diputado local, el primer secretario de Salud de Javier Duarte, a quien el sucesor, Juan Antonio Nemi Dib, acusaba de todos los males de la caja de Pandora en materia de salud pública.

Juan Antonio Nemi Dib. Aquel que casi casi le mentara la madre a su sucesor, Fernando Benítez Obeso, y lo desafiara a madrazos en un acto público. Ahora, según las versiones, prófugo de la justicia.

Fernando Benítez Obeso. El último titular duartiano de la SS. Respetado y respetable director del Centro de Especialidades Médicas de Xalapa, miembro de una familia de abolengo santificada por el Arzobispo emérito, Sergio Obeso Rivera, ahora, en la mira yunista.

Todos ellos, dice el doctor Suárez Villa, dejaron inconclusas, ni más ni menos, 692 (seiscientas noventa y dos) obras relacionadas con la salud de los pobres y los jodidos, y de “los pobres entre los pobres”.

Por eso, si el resto de los secretarios del gabinete legal del gobierno de Veracruz han desmembrado el nombre, el crédito y el prestigio de sus antecesores en el duartazgo, el titular de la SS es el único que ha respondido a la expectativa del jefe máximo de la revolución azul, simple y llanamente, porque enlodó a Fidel Herrera.

El día cuando Miguel Ángel Yunes Linares refunda en el penal de Pacho Viejo a Fidel alcanzará la felicidad absoluta.

Mientras, ha de vivir frustrado.

MIÉRCOLES

Desastre administrativo

El día cuando los yunistas aterrizaron en el gobierno de Veracruz todos, sin excepción, se toparon con el peor infierno.

Por ejemplo, dice el titular de la SS, el Seguro Popular “era un desastre administrativo”.

Entonces, la población leería en los medios que todo, absolutamente todo el aparato gubernamental era un desastre.

En total, y en el caso, el Seguro Popular fue bombardeado con las manos metidas en el cajón:

A: 8 mil 332 millones de pesos desviados y que, bueno, tienen ahora a su titular, Leonel Bustos, luego de su paso efímero en Pacho Viejo, convertido en un prófugo de la justicia.

B: Desvíos en once programas federales y lo que fue traducido en trece denuncias penales por un daño patrimonial de once mil 163 millones de pesos.

C: El desvío incluye (oh felicidad suprema del gobernador) desde el año 2004 al año 2016, es decir, de Fidel Herrera a Javier Duarte, y lo que el politólogo Carlos Ronzón Verónica, ha denominado “La Década Perdida de Veracruz”.

Tal cual, atónitos y sorprendidos los ciudadanos se preguntan el grado de rapiña a la que se llegó.

Suárez Villa, el paladín inmaculado de la justicia. Uno de los más honestos entre los honestos de la yunicidad.

Además, implacable, porque sigue rastreando pistas negras al fogoso.

JUEVES

El estercolero

Si por curiosidad se leyeran las notas de la comparecencia del titular de la SS en el Congreso local, la imaginación resulta insuficiente para visualizar la corrupción de los duartistas y los fidelistas.

Y entonces brinca una sola duda alrededor del trabajo fiscalizador de las siguientes dependencias:

Uno. La Comisión de Vigilancia del Congreso desde el diputado Héctor Yunes Landa hasta Juan Nicolás Callejas Arroyo, qepd.

Dos. El ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, desde Mauricio Audirac Murillo (preso en Pacho Viejo) hasta Antonio Lorenzo Portilla Vázquez.

Tres. Los Contralores, desde otra vez Mauricio Audirac hasta Ricardo García Guzmán.

Cuatro. Los secretarios de Finanzas y Planeación, desde Rafael Murillo Pérez hasta Antonio Gómez Pelegrín.

Cinco. Los directores administrativos de la secretaría de Salud desde el fogoso hasta Duarte.

Seis. Los contralores de la secretaría de Salud en los últimos doce años.

Siete. Y la responsabilidad de Fidel Herrera y Javier Duarte como capitanes del barco.

Todos ellos serían corresponsables de los (presuntos) trastupijes a que llegaron administrando como propios los recursos públicos.

El cochinero. El lodazal. El estercolero total y absoluto… que sigue sorprendiendo.

VIERNES

Insaciable ambición

De acuerdo con el secretario de Salud, las denuncias contra sus siete antecesores incluyen los siguientes delitos:

Corrupción, abuso de autoridad, uso ilícito de facultades, peculado y simulación.

El colmo: también se habrían fregado el Fondo de Comunidades Saludables.

Otro colmo: las 42 camionetas del programa Caravanas Médicas inservibles y desarticuladas.

Lo insólito es que “ordeñaron” los fondos federales” y lo que significa una temeridad fuera de lo común.

Y si eran fondos federales, Javier Duarte tenía vasos comunicantes con el altiplano, pues sólo así se entiende la rapiña.

La ambición fue insaciable.

Un día, cuando la alianza del PAN y PRD lanzó del palacio de Xalapa a la generación priista en el poder, la caja de Pandora fue abierta y el altiplano dejó solo a Javier Duarte.

Y por eso está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México y parte de los suyos en Pacho Viejo.

Ya se verá si la lección histórica cuaja en las nuevas elites encumbradas en el poder efímero.

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