Primera alcaldesa del pueblo
Luis Velázquez
Viridiana Bretón regresó a Ixhuatlán del Café, su pueblo (a veinte minutos de Córdoba) para seguir la huella de su abuelo, dos veces presidente municipal y una vez síndico. Ahora ella es alcaldesa electa. Y es una de los 106 alcaldes del PAN y PRD que gobernarán Veracruz los próximos cuatro años.
En la cancha azul, treinta y ocho mujeres ganaron en las urnas. Viridiana es una de ellas. Ganó por el PAN, pero como candidata ciudadana, invitada por el dirigente estatal, el tuxpeño Pepe Mancha.
Y aun cuando a su lanzamiento electoral las huestes azules de Ixhuatlán se opusieron, ella se mantuvo. Firme, de igual manera como antes en su vida, en que siempre ha luchado, digamos, contracorriente.
Y luchando, ha conocido varios oficios. De entrada, es pedagoga y fue maestra en escuela oficial y también privada. Y maestra de aerobics. Y vendedora de productos de belleza. Y reportera. Y directora editorial de dos medios. Y ahora es política, una de sus otras vocaciones donde sólo busca, dice, servir a los demás.
El 1 de enero tomará posesión para gobernar y conducir a su pueblo, pueblo indígena, con el 85 por ciento de la población en la miseria, la pobreza y la jodidez, a un destino mejor.
Incluso, en Veracruz hay tres Ixhuatlanes. Ixhuatlán de Madero, donde por cierto naciera el ingeniero Heberto Castillo, el gran líder moral del movimiento estudiantil del 68, perseguido por Gustavo Díaz Ordaz. Ixhuatlán del Sureste, en el sur de Veracruz, allí donde la población étnica se indigna a cada rato por la presa Yuribia. Y el tercero, Ixhuatlán del Café.
Viridiana será, entonces, la primera mujer que ascenderá al trono imperial y faraónico del pueblo como presidenta municipal.
Y a los 40 años de edad, con tres hijas, la mayor estudiante en la facultad de Sicología en la UV, sólo mira hacia delante y sueña con dignificar el diario vivir en su pueblo, donde aun cuando anduviera por ahí de ciudad en ciudad en otros menesteres, cada 8 días viajaba a Ixhuatlán, sus raíces.
TRÁFICO DE INFLUENCIAS
Quizá los 212 alcaldes electos de Veracruz estarán viviendo la misma transición política que Viridiana Bretón.
Por ejemplo, hay quienes, sin conocerla, ya levantaron la mano para ofrecer su compañía constructora, incluso, con un trato preferencial, pero que los contrate.
Otros más, reportera conocida en el medio, han llamado a su puerta solicitando un convenio mensual a cambio, digamos, de manejar su imagen.
Otros más, profesionales en varias ramas del quehacer humano, le han buscado para ofrecer sus servicios de ingenieros, arquitectos y contadores, por ejemplo.
Lo peor: cuando todavía faltan dos meses y once días para tomar posesión, ella siente y presiente, huele y olfatea… que los malandros le andan siguiendo, como aquella ocasión cuando jefa de Información de un periódico en Córdoba la amenazaron de muerte por publicar la foto de una narcomanta con la lista de policías corruptos.
Y es que aun cuando Ixhuatlán del Café es un pueblo de veinte mil habitantes, la mayoría indígenas, y todos pobres, los malosos también andan por ahí y merodean y siembran el terror y el miedo y “el miedo al miedo”.
Así, hay robos de automóviles y camionetas, y secuestros exprés y el cobro del llamado “derecho de piso”.
Y nada fácil sería, por ejemplo, que los carteles y cartelitos busquen en Ixhuatlán el manejo de la policía municipal.
Con todo, la alcaldesa electa sueña con tocar puertas en el gobierno del estado y en la Federación para enaltecer a su pueblo.
LA RIQUEZA NATURAL DEL PUEBLO
Un tiempo de su vida, Viridiana vivió en Chiapas dirigiendo un periódico.
Entonces, conoció la riqueza natural de la entidad y la forma asombrosa como explotan el turismo con un gran sentido social.
Ella dice que Ixhuatlán del Café tiene los mismos y mejores paisajes naturales que Chiapas, y los que, y por desgracia, nunca han sido explorados.
Además, en Chiapas enaltecen la industria del café que también existe en Ixhuatlán y que tanto significado económico y social alcanza.
Y por ahí está trabajando ya para integrar proyectos aterrizables y entrar desde el primer momento al palacio municipal con el acelerador a mil por hora.
“En la campaña electoral, dice, conocí de casos dramáticos de pobreza y miseria en un pueblo rico en sus recursos naturales”.
Además, pedagoga, también lanzará un gran programa de alfabetización y educación integral que pudiera dignificar el diario vivir.
Delgadita y menudita, con apenas, apenitas el maquillaje necesario y discreto, sencilla bolsa de mano, la alcaldesa electa de Ixhuatlán del Café sigue recordando a su abuelo como presidente municipal hacia mediados del siglo pasado, quien ejerció el poder y gobernó con la más absoluta honestidad.
Es mi brújula, dice.