domingo, mayo 5, 2024

Escenarios

•“La comidilla del día”

•Escándalo mata escándalo

•Duarte, elemento distractor

Luis Velázquez

Uno. Escándalo mata escándalo

Cierto, si en la vida “dinero mata carita”, en política, un escándalo mata a otro escándalo.

El chiste es tener siempre escándalos, como en el pueblo, donde cada mañana, en el mercado, en el molino de nixtamal y en el café, los cinco minutos de fama de una persona está en que lleve el mejor chisme.

Por ejemplo:

Ahora, el mundo habla de que la PGR demostró a Javier Duarte (y por lo pronto) el desvío de tres mil 148 millones de pesos federales, y ni modo, seguirá preso.

Pero si el reality-show giró alrededor de la lanita robada, las trece horas que durara su interrogatorio alcanzó su dimensión estelar cuando el nombre de una de sus barbies, Dominga Xóchilt, fue deslizado en la audiencia.

“Fue su amante”, dijo el agente del Ministerio Público, y la frasecita de apenas, apenitas tres palabritas fue la comidilla del día.

Incluso, en un periódico intitularon la nota como “la viuda alegre” salió a relucir. Y viuda, porque Duarte está preso.

A estas alturas, ya nadie se acuerda de que la diputada panista, Cinthya Lobato Calderón, denunció que el coordinador de la bancada azul, He Man Sergio Hernández Hernández, ocupa el erario en “borracheras, drogas, mujeres y orgías”.

Tampoco, claro, nadie habla de los cuatro niños asesinados en una colonia popular de Coatzacoalcos, a cuyos padres también ejecutaron… que porque, dijo el góber azul, era sicario.

Un escándalo mata otro escándalo dirán los teóricos de la tenebra para referirse, digamos, al show del diputado local, Sergio Rodríguez, acusando que en SEFIPLAN sigue reproduciéndose la “Operación licuadora” y que le valiera ser lanzado, así nomás, de la Comisión de Hacienda de la LXIV Legislatura.

Dos. “La comidilla del día”

Gracias a Duarte, hasta la iglesia se ha beneficiado, porque ya nadie habla que el sacerdote Tomás Herrera Seco, de la arquidiócesis de Hermosillo, Sonora, confesó en una entrevista periodística que él siempre anda preparado y “siempre lleva un condón en la cartera”, porque, ni modo, es un curita calenturiento y lujuriento y si tiene una oportunidad, pues la aprovecha y punto.

De rebote el caso Duarte también ha amainado el impacto político y social originado cuando el sacerdote José Alejandro Solalinde anunciara que pondrá en Veracruz una sucursal de su albergue, “Los hermanos en el camino” y que cobija a los migrantes de América Central.

Duarte también diluyó la renuncia de Clementina Guerrero a la secretaría de Finanzas y Planeación, y de paso, hasta la embestida en contra de la diputada Marijose Gamboa de que renunciaba, harta, a la bancada panista en la LXIV Legislatura y se declaraba independiente.

Y, bueno, el hecho de que la PGR confirmara que tres amigos, socios, aliados, cómplices y prestanombres de Duarte (Moisés Mansur Cisneyros, Juan José Janeiro Rodríguez y Alfonso Ortega López) se volvieran la versión moderna de Judas, hizo borrar por completo el secuestro y asesinato del trío de edecanes de Amatlán y Córdoba.

Más aún: la comidilla de Dominga Xóchilt en el juicio penal a Duarte ha originado que las otras barbies “pongan sus barbas a remojar”, pues, igual que ellas, está claro que recibieron cargos públicos y si les regalaron, con cargo al erario, una casita, un departamento, una camionetita lujosa, joyas, terrenos, ranchos, etcétera, estarán con la piel arrugada del sobresalto y el temor.

Es más, ya nadie se acuerda si Flavino Ríos Alvarado sigue en prisión domiciliaria y si continúa con su notaría en Minatitlán y si César del Ángel está en el penal de Pacho Viejo, o en su casa, en el hospital.

Más aún, nadie ya pregunta la forma con que María Georgina Domínguez Colio, la primera vocera, estará pasando sus días y noches en Pacho Viejo, en medio de convictos acusados de robar Frutsis, pero también, de matar cristianos y de ultrajar a mujeres indefensas.

Tres. Más escándalos vendrán…

Escándalo mata escándalo, como por ejemplo, el acelere de los presidentes del CDE del PAN (Pepe Mancha) y del PRD (Rogelio Franco Castán, el mando atrás del poder) de destapar al góber azul como precandidato presidencial ha pasado a la historia inmediata como un mal día y ahora el mundo habla de que Yunes Linares será testigo abierto, directo y derechito en contra de Duarte, como nunca antes en la historia un político contra otro político.

Por desgracia, el show de Dominga Xóchilt hizo olvidar el llanto del secretario de Seguridad Pública en el Congreso local de que morirá cuando Dios quiera, pero mientras, seguirá luchando contra los carteles, porque él ante nada ni nadie se arruga.

Más escándalos, entonces, habrán de crearse y recrearse de aquí a las cinco elecciones en Veracruz el año entrante, porque tales son elementos distractores que sirven para muchas cosas, entre ellas (y Javier Duarte lo dejó bien claro) para desviar el dinero oficial, pues de pronto, ajá, soltaba aquello de que “aquí no pasa nada” y el mundo lo festinaba y hasta se pitorreaba, mientras él “ordeñaba la vaca”.

Tan es así que Flavino Ríos acuñó la frase bíblica más importante de toda su vida política cuando exclamara “era mi amigo, pero a todos nos engañó”.

Claro, “dinero mata carita”. “Yo, como gobernador, me volví sexy” decía Javier Duarte.

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