domingo, mayo 19, 2024

Expediente 2017

La guerra del agua

Luis Velázquez

Desde hace meses, el agua en el puerto de Veracruz sale sucia de la llave. Y cada vez escasea más. Hay zonas donde el agua se va a las 7, 8 de la mañana y regresa doce horas después. De la regadera cae un chorrito, como si cada quien se bañara a jicarazos, que son mejores. Así funciona el MAS, Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento, que Javier Duarte les concesionó por 35 años.

Hecho que brinca: mientras la población se está hartando, el alcalde Ramón Poo Gil defiende con furor y ardor a la filial de Odebrecht en Veracruz, la empresa brasileña que tanto corrompió a los políticos de América Latina.

Otro suceso que brinca: Odebrechet se alió con el consorcio español, Aguas de Barcelona. Los dos ya se pelearon. Aguas de Barcelona se retiró del MAS. Odebrecht se quedó solita.

Otra circunstancia que llama la atención: “para lavarse las manos”, el alcalde formó una cosita llamado Instituto Metropolitano del Agua, IMA por sus siglas. Lo forman personajes connotados de la ciudad. Francisco Arias Morales, Alfonso Pérez Morales, Estela Montes Carmona, Raymundo Luna Orozco, Humberto Alessandrini y Marcos Orduña Alcocer, entre otros.

Ellos, se dijo, vigilarían a MAS. Que el agua nunca faltara a la población. Que fuera de mejor calidad. Que existiera mantenimiento a las plantas. Que mejoraran los ingresos.

Nada. Cero.

Cosas de la vida: en la transición de SAS a MAS, mil doscientos trabajadores fueron despedidos. Y desde hace un año, parece, quizá más, todos ellos tomaron las oficinas centrales en la calle Grijalva. Y siguen tomadas.

Así, MAS tiene oficinas en varios puntos de la ciudad. Chambean, por ejemplo, en la calle Santos Pérez Abascal esquina avenida Miguel Alemán. Chambean en la planta Norte, en la plaza Zaragoza, en el Coyol

¿Estaría MAS… dejando crecer el problema para que cuando el panista Fernando Yunes Márquez tome posesión como presidente municipal sean desalojados por la fuerza, con violencia, como es la marca de casa?

Tiempo al tiempo, diría Renato Leduc en su canción/soneto.

EQUIPO SE ECHA A PERDER

Agua sucia y escasa, entre otras cositas, por falta de tratamiento y mantenimiento en las plantas y en algunas fuentes de abastecimiento, pozos en fraccionamientos y colonias.

Los pozos, por ejemplo (ya se sabe), han de pistonearse. También la red hidráulica en las calles. En el invierno aplicar desfogues en las tuberías. Una campaña para que cada familia limpie los aljibes en casa.

Limpieza como parte del mantenimiento de los tanques reguladores en la zona norte y en la sur. El Médano del Perro. El Morro.

Con la simple limpieza, por ejemplo, aumenta la producción de agua, pues hay varias zonas donde de plano el agua nunca llega.

Además, y con todo y que MAS anunció millonaria inversión (omisa y ausente al momento), la planta de “La Tampiquera” está inconclusa, y de paso, contaminando los manglares en Boca del Río. MAS la recibió y desde entonces ni un ladrillo.

Y como las oficinas centrales de MAS, antes SAS, están tomadas por los trabajadores, el equipo pesado, el equipo para el mantenimiento, está abandonado. Parado. Sin utilizarse para sus funciones.

De cinco a seis equipos hidroneumáticos de alta presión y vacío, mejor conocidos como vactor. De diez a quince camionetas. Bombas. Pipas.

Y que, desde luego, se están echando a perder.

En contraparte, MAS está rentando equipo y con una renta cara. Incluso, alquilando edificios para oficinas, felices los brasileños, peruanos y uruguayos de Odebrechet, que están al frente, porque, dicen ellos, “los mexicanos son unos pendejos”.

Javier Duarte y Ramón Poo, atrás de la concesión millonaria, soñando con servir a la población, ajá.

QUE EL CONGRESO ENTRARÁ AL QUITE…

Cada día, MAS recibe un ingreso de unos seiscientos mil pesos del pago del servicio de agua.

Dos años, año y medio quizá, cobrando y sin una sola inversión en obras de mantenimiento y nuevas.

Incluso, suscribieron contratos para reparar aguas y les deben.

Lo peor: a Odebrecht…le vale.

Al ratito, y sin caer en futurismos, la planta de El Tejar, y otras más, tronarán por falta de mantenimiento.

Y entonces, sobrevendrá el caos. Una ciudad, Veracruz, y otra más, Boca del Río y Medellín, sin agua.

La protesta de los vecinos de “Costa Dorada” en el norte de la ciudad que tomaron la autopista Veracruz-Xalapa y fueran desalojados a madrazo limpio, serán un remedo.

¿Será peor un pueblo sin agua o un pueblo sin luz eléctrica o un pueblo sin alimento o un pueblo sin hospitales?

En el duartazgo siempre cacarearon que la concesión a MAS (la ganona, con su presidente internacional preso en Brasil) era para invertir en infraestructura y mejorar el servicio.

Ahora, el Congreso ha anunciado que revisará la concesión de Duarte a MAS, y más, porque el ORFIS (Órgano de Fiscalización Superior) ya notificó las irregularidades en el trámite correspondiente.

Un nuevo frente, entonces, de la yunicidad en contra del antecesor, quien dormiría los próximos seis meses en cama de piedra, pues la extradición solicita por el Peñismo al gobierno de Guatemala aún tardaría.

En la denuncia quizá también incluirían los más de cien millones de pesos que nunca fueron aplicados para terminar el proyecto e iniciar la obra de la planta en el río Cotaxtla que en una primera etapa significaba más de mil 500 litros por segundo para la ciudad y que en la secretaría de Finanzas y Planeación habrían desaparecido como el mago saca al conejo de la chistera.

El Congreso de Duarte otorgó la concesión. El Congreso de Yunes Linares la retiraría.

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