martes, mayo 7, 2024

Escenarios

•Viacrucis de Flavino Ríos

•Las vacas gordas y flacas

•La vida por una notaría

Luis Velázquez

Uno. Viacrucis de Flavino Ríos

Flavino Ríos Alvarado vive y padece un viacrucis que es, con todo, lección de vida.

Tiempo, diría el relato bíblico, de las vacas gordas y las vacas flacas.

Vacas gordas en Flavino: dirección de Acción Social con Rafael Hernández Ochoa.

Delegado de la secretaría de Educación con Dante Delgado Rannauro.

Secretario General de Gobierno y precandidato a la gubernatura con Miguel Alemán Velasco.

Diputado local hacia el final de Fidel Herrera Beltrán.

Diputado, secretario de Educación y General de Gobierno y gobernador, con Javier Duarte.

Vacas flacas: una parte del fidelato, cuando terminara estudiando el doctorado en Derecho en la UNAM.

Y ahora, con Miguel Ángel Yunes Linares, con quien iniciara en política en el sexenio de Hernández Ochoa.

Flavino fue gobernador durante 48 días. Yunes será dos años.

En aquel tiempo, 1974/1980, el jefe y padrino de Flavino era Carlos Brito Gómez, subsecretario de Gobierno, enfrentado con Yunes, quien formaba grupo con José Luis Lobato Campos, QEPD, y Carlos Padilla Becerra.

Hoy, Yunes lo envió al penal de Pacho Viejo, luego de su aprehensión saliendo de casa.

Y por lo pronto, lo tiene en prisión domiciliara, acusado de encubrimiento a Duarte por el avión oficial que le prestara para huir cuando la Procuraduría General de la República,

PGR, lo buscaba por varios delitos, entre ellos, peculado, enriquecimiento ilícito y delincuencia organizada.

¡Ah!, y nomás para demostrar el músculo Yunes le quitó la notaría pública de Minatitlán.

Y Flavino se ha amparado en contra de Yunes y en contra del secretario General de Gobierno, Rogelio Franco Castán, quien, jefe del área, operara la quita de la notaría, luego de treinta años de usufructo.

Sus derechos humanos de trabajo, presunción de inocencia y dignidad personal se están agraviado es su legítima defensa.

Vacas flacas, muy flacas, si se considera que Flavino viaja en el último tren de su vida, o el penúltimo, digamos, y más porque el geriatra dice que la juventud es un tramo demasiado, excesivamente corto en la vida, ante el camino sin final que es la vejez.

Y más, cuando los vientos huracanados son desfavorables y cuando, y como en el caso, la notaría significa la fuente de ingresos para el sostén familiar.

Dos. Abusos en derechos humanos

Una vez más se cumple la profecía de Juan Maldonado Pereda, QEPD, cuando decía que “la política es un tragadero de hombres”, a tono, claro, con aquella de “las vacas flacas y las vacas gordas” y a tono con la otra de “los carniceros y las reses”.

Flavino podrá, claro (quizá ya), jubilarse, pues es académico, parece que investigador, en la Universidad Veracruzana, vaya paradoja, tiempo aquel cuando en la secretaría de Gobierno del duartazgo empujara la carreta en contra de la rectora Sara Ladrón con el pago del subsidio federal y estatal.

Además, su larga carrera burocrática del gobierno del estado le permitiría, digamos, alcanzar la pensión más alta en Veracruz, Alberto Uscanga Escobar, profesor y político con bajo perfil, y que llega a más de 120 mil pesos mensuales.

Pero la notaría de Minatitlán es su ingreso más fuerte y, bueno, así como el obrero lucha por su plaza laboral en el sindicato, y el indígena por su jornal de 70 pesos en el surco, Flavino por su logro.

Es un hombre con bajo perfil, discreto, vida austera, y quizá, nadie lo dudaría, con tantos años de servicio público habría construido un capital, suficiente para el resto de sus días.

Pero está, digamos, “en la plenitud de la vida”, lleno de experiencia, y aun cuando fuera leal a Duarte facilitando el avión (¿o fue helicóptero?), siente que la yunicidad lo ha tratado con abusos y excesos en materia de derechos humanos.

Tres. Justos por pecadores

Sabia enseñanza: nada como apegarse a la legalidad en todas las acciones de la vida, incluidas la vida privada, la vida pública y la vida clandestina que así decía Gabriel García Márquez se resume la historia del ser humano.

Claro, y en el caso, se habrían interpuesto las pasiones y los enconos desaforados de la política, y Flavino, doctor en Derecho de la UNAM, sabrá defenderse, mejor dicho, se está defendiendo.

Pero al mismo tiempo, y otra vez el relato bíblico, y en todo caso, “pagan justos por pecadores”.

En contraparte, el perdón para el cacique huasteco, ex alcalde, ex diputado local y dos veces Contralor (Contralor en el duartazgo), Ricardo García Guzmán, quien alardeaba de su entrañable e indestructible amistad con Javier Duarte cuando, y durante los años en el poder, desayunaba, comía o cenaba (con alcoholes de por medio) una vez a la semana con el político preso en Guatemala.

A diferencia de otros, varios, que “ordeñaron la vaca” y están libres, Flavino nunca se ensució las manos ni la frente, como suele decirse.

Incluso, lo dijo de manera lacónica: “Duarte era mi amigo, pero a todos (mejor dicho, a muchos) nos engañó”.

Más allá del dictamen de “la justicia”, la historia de Flavino Ríos es lección de vida.

Y más, para los políticos que están en el viaje azul, pues aun cuando gocen la embriaguez del poder, el destino siempre alcanza…, pues lo dice el viejo del pueblo, “lo que aquí se hace aquí se paga”.

Tarde o temprano.

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