martes, mayo 7, 2024

Expediente 2017

Triunfo de la CNC

Luis Velázquez

En la cancha priista, a Renato Alarcón le fue mal en la elección. A Lorena Martínez, peor, porque venía como la salvadora. Érika Ayala, ni fu ni fa. Víctor Trujeque, líder cetemista, cero.

Pero el único que pudo salvarse fue Juan Carlos Molina Palacios, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias (en el siglo pasado le llamaban “Liga de Calamidades Agrarias), porque con todo y el bloqueo rojo, ganó para la CNC un aproximado de veinticinco alcaldes.

Además, porque sumando los votos se vuelven indicativos, más el otro tanto de candidatos a presidentes municipales que se fueron al segundo lugar… y que dado el duartazgo en ningún momento deshonra, sino al contrario, hasta purifica.

Es más, la CNC de Veracruz enfrentó y superó la maldición tricolor cuando muchos contendientes acuñaron una frase mitológica:

“Yo como candidato del PRI en cada diez visitas domiciliarias recibía nueve mentadas de padre y una mala cara”.

Sin recursos frescos, ni siquiera la parte de las prerrogativas del OPLE al PRI, el dirigente cañero, productor del ganado cebú reconocido, vaya, en Estados Unidos, luchó contra el descrédito duartiano y trascendió más allá.

Incluso, ahora mismo anda con todos los alcaldes electos ligados a la CNC y a su liderazgo (“Jefe” le llaman muchos) y ayer, por ejemplo, se reunieron con funcionarios de las secretarías de Agricultura y Economía y de la CNC nacional para cabildear apoyos sociales, en tanto se llega la hora de la toma de posesión que, por cierto, está demasiado lejos, hacia el primero de enero de 2018.

Peor tantito si se considera que los alcaldes electos se lanzaron a una campaña de pura saliva, sin la zanahoria que suele exponerse al conejito, soñando, digamos, con un mundo color de rosa.

Ninguna duda hay de que si Molina Palacios fuera el presidente del CDE del PRI en vez de Renato Alarcón, otro gallo hubiera cantado al tricolor.

EMPUJAR LA CARRETA ENTRE TODOS

En el grupo de alcaldes electos que empiezan a trabajar con las siglas de la CNC están, entre otros, los de los siguientes pueblos:

Coyutla, Texcatepec, Tlachichilco, Acajete, Jilotepec, Las Vigas, Comapa, Ignacio de la Llave, Alvarado, Acula, Carlos A. Carrillo, Omealca y Otatitlán.

Tlacotalpan (quien fue candidato independiente), Amatitlán, Atoyac, Naranjos, Astacinga, Ozuluama, Tlaquilpa y Maltrata.

Ellos, donde hay abanderados de la CNC y del Panal, pero con más vasos comunicantes a la CNC, se han integrado, digamos, en un frente común para entre todos empujar la carreta en el Veracruz que sigue con sentido social.

Por eso, la excursión de ayer jueves a la Ciudad de México.

Y por eso otros caminos ya elegidos que la semana entrante seguirán observando.

Según cálculos, entre todos suman, quizá, más de un millón y medio de votos obtenidos en las urnas y que de cara a la elección de diputados locales y federales, senadores, presidente de la república y el gobernador de seis años, mucho, demasiado significarán.

Y más, con un PRI descabezado por culpa de sus elites, donde Renato Alarcón, el presidente del CDE, iba por un lado, y Lorena Martínez, la delegada del CEN por otro, y los alcaldes en funciones por otro y las tribus rojas por otro y los caciques por otro y el CEN por otro.

Y así sólo puede integrarse la llamada Torre de Babel de la política tricolor, pero nunca, jamás, ganarse elecciones.

Y más luego del cuartelazo duartista.

Peor tantito si se considera que las hordas priistas sufrieron la pesadilla duartiana y ninguno se abrió a la humildad para reconocer el talento de los otros y sumarse a la causa.

Molina Palacios predicó la cordura, pero lo desoyeron y, por fortuna, fue escuchado con su liderazgo en las huestes campesinas.

ORDEÑA DE PRERROGATIVAS

Es más, tanto Felipe Flores Espinoza como Renato Alarcón, presidentes del CDE, asestaron un canillazo a la CNC en el reparto de las prerrogativas.

El senador Héctor Yunes Landa impuso con Flores Espinoza al secretario de Finanzas, Hugo Meraz, y su primera acción partidista fue absorber la parte de la CNC (medio millón de pesos mensuales) para entregarse a la Alianza Generacional y tener un dinerito más con que moverse.

Amadeo Flores decidió, ajá, renunciar, cuando fue incapaz de enfrentar la intriga y arribó Renato Alarcón.

Y Renato también se dejó influenciar por Héctor Yunes, quien retiró a Hugo Meraz de la secretaría de Finanzas, pero impuso a su recaudadora Silvia Domínguez y a su delfín Aldo Zavala, y los dos decidieron rasurar las prerrogativas de la CNC para diferirse a la Alianza Generacional.

Con todo, sin recursos, desfondado, con unos treinta trabajadores de la CNC sin cobrar su quincena, menospreciado por la dupla Renato Alarcón y Lorena Martínez, Molina Palacios se levantó en las urnas y logró lo que nunca pudieron las elites rojas en su descarrilamiento.

El líder de la CNC lo advirtió a tiempo cuando denunció que el PRI era rehén de Érick Lagos Hernández, Jorge Carvallo Delfín y Juan Nicolás Callejas Arroyo. Se fue Flores Espinoza y con Renato, Yunes Landa sigue mandando.

Por eso, desde hace ratito, la CNC anda por su lado, lejos del senador… que va a un velorio y quiere ser el muerto y a un bautizo el niño y a una boda el novio.

La Liga quedó con más de 25 alcaldes, y Alianza Generacional, en la lona, con todo y alharacas y valentonadas.

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