martes, mayo 7, 2024

Escenarios

•El Fiscal lenguaraz

•De Trucutú a la miel

•Wínckler, a la Segob

Luis Velázquez

Uno. El Fiscal lenguaraz

En los primeros meses de la yunicidad, el Fiscal ganó fama como “el lenguaraz”.

Chivo en cristalería, peleó con la mitad de la población y a la otra mitad tenía en suspenso.

Su estrategia bélica, la misma que la de Donald Trump. Acabar con el mundo a partir de tuitazos.

Un día, lanzó uno avisando al gremio reporteril que estaba a la espera de que el primero cometiera un error… para refundirlo en la cárcel.

Hasta donde pudo se pitorreó de las ONG y Colectivos, a los que, digamos, quería tener sumisos. A sus órdenes, señor.

Tuvo (¿tendrá aún?) incontinencia verbal. Su cultura y su formación social, sus éxitos (claro, su riqueza ascendente, su negocio de una pizzería, su despacho jurídico, la Fiscalía a temprana edad, etcétera) cultivaron en tierra fértil su egolatría.

Intocable, se volvió implacable.

Es más, se volvió, más que un mal necesario, un político incómodo para el gobernador.

Tanto, que según las versiones, Miguel Ángel Yunes Linares lo convocó a la mesura política en su lengua y con sus dedos en el celular para los tuitazos.

Se afirma que el góber azul le llamó la atención una vez y el Fiscal se creció. Entonces, de nuevo, digamos, la sugerencia respetuosa del jefe del Poder Ejecutivo, en la inteligencia de que las campanadas a misa pueden desoírse, pero nunca, jamás, las llamadas del patrón.

Y el patrón a quien, simple y llanamente, debe el cargo.

Y más, porque al mismo tiempo que cabildeaba en la LXIV Legislatura para su nombramiento apretaba tuercas a su antecesor, Luis Ángel Bravo Contreras, para dejar el cargo, con todo y que el Fisculín se creyó la reina de la justicia y la verdad.

La diputada local, Marijose Gamboa, asegura veinte y las malas que el Fiscal regresó al mundo de la cordura y le ha bajado de tono, con todo y que los Solecitos se plantaron una vez más en la Fiscalía denunciando a su maestro, Marcos Even Torres, visitador general, de manipular expedientes de los desaparecidos.

Y con todo y que acusan al Fiscal Luis Eduardo Coronel de indolente y prepotente y de que el COPIPEV denuncia tortuguismo con su denuncia penal contra el IPE duartista.

Dos. De Trucutú al Fiscal de miel

La diputada guarda en su celular el archivo de los tuiters del Fiscal desde su toma de posesión a la fecha y muestra el botiquín electrónico con los mensajes que Jorge Wínckler Primero publicita ahora.

Según los contenidos, se ha vuelto el más institucional de todos que ya desearía, por ejemplo, Enrique Peña Nieto.

De un Trucutú del Internet y las redes sociales, a un hombre de miel y con miel.

Claro, ofrendándose ante el jefe máximo de la revolución azul.

Y más, porque el góber lo ha defendido ene número de veces ante, digamos, la protesta social.

El día, por ejemplo, cuando el Fiscal llamó “bola de corruptos” a los diputados locales y federales dijo que para lavar la honra de los legisladores bastaba (ajá) con la disculpa de Wínckler.

El día en que los Solecitos y Colectivos de nuevo se inconformaron con plantón en Xalapa, también “tiró su espada en prenda” y dijo que el Fiscal cumplía con su chamba, entre ellas, y la única importante, encarcelar a duartistas, en tanto acalambraba a muchos otros más con las 67 denuncias penales, más las trescientas carpetas de investigación.

Privilegiado el Fiscal, pues.

Y privilegiado, porque ningún secretario del gabinete legal ha sido tan ferozmente defendido por el jefe del Poder Ejecutivo.

Ni siquiera, vaya, el secretario de Salud cuando el bombardeo mediático del ex panista, empresario Alejandro Cosío Hernández, denunciando la licitación a modo, mejor dicho, por dedazo.

Más aún: el secretario de Desarrollo Agropecuario, Joaquín Guzmán Avilés, mereció un reportaje en el periódico “Reforma” sobre su cacicazgo en Tantoyuca, y ni una palabra del Yunes azul.

El trato con el Fiscal, es otro, todo indica.

Bastaría referir que le perdonó los tuitazos a diestra y siniestra, sin ton ni son, y de ñapa, lo defendió ante los Solecitos, quizá, porque el tres de diciembre de 2016 el góber ofreció que se empeñaría en la búsqueda de los desaparecidos, y al momento, ha incumplido.

Tres. De la Fiscalía a la SEGOB

Se explicaría que dado su paternalismo, el góber azul defienda al Fiscal, pues tiene la edad de sus hijos. Incluso, hasta se miraría en él. Y más, porque Wínckler se la pasa halagándolo “de todo, con todo y sin medida”, como si tal, digamos, estrategia, fuera efectiva.

Pero de ahí a que el jefe del Poder Ejecutivo pase el tiempo, incluso, arriesgando el nombre y la trayectoria, “tirando su espada en prenda” cada vez que la lengua y los dedos le ganen al “Señor Justicia”, está canijo.

Claro, algún yunista dirá que como él lo impuso… está obligado a defenderlo.

Fue otra, sin embargo, la filosofía política, social y laboral del góber ante el caso de sus ex amigos, Enrique Ampudia Mello, Juan Herrera Marín, Jorge Santos Azamar y “El chuletas”, todos ellos al servicio de Javier Duarte… que así terminaron.

Incluso, y en la lista negra de los amigos dejados en el camino, se incluiría a Roberto Madrazo Pintado, Elba Esther Gordillo y Rafael Moreno Valle.

Por fortuna, digamos, y si es cierto el cambio de actitud tuitera del Fiscal, entonces, habría salvado el pellejo, a menos, claro, como dice su biógrafo, que continúe ferozmente soñando con la secretaría General de Gobierno y se enfrente y confronte, vía Twitter, vía redes sociales desde el anonimato, con Rogelio Franco Castán, quien el año anterior diera el 4 por ciento de la votación del PRD a la victoria electoral de la gubernatura.

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