miércoles, julio 9, 2025

Expediente 2017

Político bragado

Por Luis Velázquez

José Tomás Carrillo Sánchez es un político nacido en la Cuenca del Papaloapan que ha caminado mucho en la administración pública. A los 24 años ya estaba en el gabinete de Patricio Chirinos Calero, al lado de su maestro y amigo, Rafael Arias. Transitó en el Alemanismo y en el Fidelismo y en el duartazgo. Y siempre sin enlodarse.

Incluso, el peor huracán sexenal de los cuatro en que ha estado fue el anterior, con Javier Duarte. Pero con Duarte mantuvo siempre su raya. Por ejemplo, nunca se prestó a los trastupijes por más y más que lo presionaron.

Lo presionó, por ejemplo, el suegro de Javier Duarte, Tony Macías, con todo y su fama de un gran litigante.

Lo presionó un hermano de Duarte, que soñaba con hacer negocios fáciles, pero jugosos, desde, entre otras, la secretaría de Desarrollo Agropecuario.

Lo presionaron un par de amigos de Duarte, como son Jaime Porres y Frankli García, para que les otorgara fast track la siembra de caña que correspondía al ingenio San Gabriel.

Y por eso mismo, Tomás Carrillo fue lanzado del gabinete duartista, cuando, incluso, y a través de su primera vocera, María Georgina Domínguez Colio (ahora en la mira de la yunicidad según ha denunciado Elías Assad Danini), se le fue a la yugular a través de sus apologistas mediáticos, a quienes Raúl Arias Lovillo, ex rector de la UV, llamaba “texto-servidores”.

Ahora cuando está buscando la candidatura a presidente municipal de su tierra, Cosamaloapan, por su partido, el PRI, resulta indicativo y significativo que desde alguna zona oscura del poder público de nuevo han comenzado a rafaguearlo.

Y desde luego, con mala leche.

Y con mala leche porque lo perfilan como un duartista más, cuando incluso, era el único político (también aplicó con Fidel Herrera) que enfrentaba las cosas cara a cara, y si era necesario, como lo fue, cuando de plano marcó su raya y se distanció con hechos, al grado de renunciar al gabinete.

UN HOMBRE ANTE LA HISTORIA

Con Patricio Chirinos Calero fue asesor de asuntos económicos con Rafael Arias y luego pasó a secretario ejecutivo del Instituto de la Cultura con Arias de jefe máximo de la cultura.

Tenía, entonces, 24 años, y era su inicio en la política.

En el sexenio de Miguel Alemán operó en el Instituto de Administración Pública como secretario ejecutivo, su gurú Rafael Arias presidente.

Luego, en el Alemanismo fue subdirector jurídico de Alejandro Montano Guzmán, secretario de Seguridad Pública y también director del Centro de Formación Profesional de la Procu, cuando Pericles Namorado Urrutia, qepd, era el titular.

Con Fidel Herrera fue procurador Fiscal y subprocurador en Xalapa y Veracruz.

De ahí saldría para diputado federal.

Y con Duarte, secretario de Desarrollo Agropecuario, coordinador de asesores del góber tuitero, subsecretario General de Gobierno y delegado federal del Instituto de Migración.

Y el duartazgo lo lanzó del paraíso cuando se volvió un político incómodo para los intereses patrimonialistas del prófugo de la justicia desde hace 158 días.

Por fortuna, y dado el mundo sorpresivo de corrupción política que llevara a la Procuraduría General de la República, PGR, a expedir la orden de captura en contra de Duarte, fue expulsado a tiempo.

Y no obstante, los escribidores aliados de la Yunicidad lo están bombardeando, quizá, porque como precandidato tricolor a la alcaldía de su pueblo, Cosamaloapan, sigue de puntero en la encuesta, sin ninguna posibilidad ni para el favorito del PAN y PRD, ni tampoco para los aspirantes de los otros partidos.

DECISIVA LA FORMACIÓN FAMILIAR

Treinta años después de andar en la política, estudioso y conocedor de la naturaleza humana, ni modo que los gatos lo asusten en la oscuridad.

Sabe de los tiempos revueltos y turbulentos que suelen ocurrir en cada proceso electoral por los Ayuntamientos.

Incluso, en el inicio de su tarea pública trabajó en el Chirinismo, donde Miguel Ángel Yunes Linares era el poderoso, poderosísimo secretario General de Gobierno, y aun cuando nunca fueron cercanos, el respeto se concitó en la relación institucional.

Y con todo y que el góber azul renunció a su militancia tricolor, Tomás Carrillo se mantiene firme en su vocación priista.

Y más… en las horas que corren cuando un montón de políticos de primer nivel y que incluso han sido “de todo y sin medida”, se han refugiado en la sombra luminosa del PAN y/o de MORENA, escuchando las trompetas de Jericó de que con su gurú, Andrés Manuel López Obrador, entrarán a Los Pinos el año entrante.

En el proverbio popular se dice que el único aval de un ser humano, y más de un político, son los hechos y sin los hechos está perdido.

Y, bueno, si desde las sombras del poder rafaguean a Tomás Carrillo significa que desde ahora ya ganó la alcaldía de Cosamaloapan, el poblado donde naciera y viven sus padres, quienes le enseñaron la lucha diaria por la vida, desde vendiendo periódicos como un voceador en la puerta de entrada y salida del ingenio San Cristóbal hasta levantarse temprano para encender el fogón en el changarrito que su madre tiene desde hace muchos años.

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