Por: Jose Lima Cobos*
¡Por fín!, después de seis años de que el palacio de gobierno se mantuvo secuestrado por un efebo gobernador, enfermo mentalmente y extremadamente corrupto, hoy podemos accesar sin ningún obstáculo a su interior. Se ha retirado a la fuerza pública y la imagen, a simple vista es buena, pues ese espectáculo de amedrentamiento ha quedado excluido con la llegada de una alianza electoral, encabezada por Miguel Ángel Yunes Linares con los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática que no son garantía de que se profundice en los problemas de los veracruzanos, pues sus contradicciones de fondo permanecen y considero que no se expulsen del todo.
La alianza, por el momento, tal parece que se ha cumplido con las cuotas de la placenta del poder, y aunque se presume que se mantendrá en proceso electoral municipal que ya comenzó, sin embargo considero que no quedarán satisfechos y se tendrá que dar un rompimiento entre los dos partidos hegemónicos electoralmente, porque es la cuestión municipal, nido profundo de corrupción y complicidades ominosas, donde mayormente se enardecen los ánimos, es decir, un campo propicio para la discordia y el enfrentamiento.
La existencia ya de varios partidos independientes para competir en 2017, hará novedosa la renovación municipal por los grandes intereses en juego y obviamente, que abre el camino para la renovación de la gubernatura en 2018, la presidencia de la república y nuevamente las presidencias municipales y diputaciones federales y senadurías, es decir, un evento que pondrá a prueba la estructura electoral imperante, y a la alianza panperredista, teniendo como líder al actual gobernador.
No hay duda que el gobernador Yunes Linares encabeza y encabezará los amares con los partidos de donde procede y que no dejará una rendija para que se le escape el poder, pues, como en los tiempos de López Arias que me tocó vivir –era subjefe de prensa–, ejerció el poder de forma absoluta, pues no tan solo era el rector de la universidad veracruzana, sino que no había nombramiento que no pasara por sus manos, como considero que sucede ahora, pero que se llegará más allá, es decir, que por sus relaciones con algunas corrientes internas en el Partido Revolucionario Institucional –fue dos veces su presidente durante el gobierno corrupto del bueno para nada Patricio Chirinos, hechura del nefasto presidente Carlos Salinas de Gortari–, podrá influir seriamente en las decisiones que ahí se tomen, todo ello para mantener la fuerza política que necesita el PAN para volver a la presidencia de la república y acrecentar el despeñadero del país, sirviendo, como ha sido hasta ahora a los intereses de las minorías corruptas y expoliadoras de empresarios y políticos que no recibirán castigo alguno, por más que se gesticule, se haga alarde y se afirme que irán a la cárcel y que se rescatará lo robado.
Se quitó la guardia que impedía el acceso al palacio de gobierno, pero quedó y quedará intacta la corrupción, hidra de mil cabezas que no podrá erradicarse porque es lo que permite que el sistema viva lubricado, y esto se ha demostrado palmariamente en los gobiernos panistas de Fox Quezada y el causante de más de cien muertes en el país como lo fue Felipe Calderón Hinojoza a quien, si hay justicia, como lo disponen los tratados de Roma, algún día veremos en la cárcel, no por la justicia mexicana que es ineficiente y complaciente, sino cuando la corte penal determine los crímenes de lesa humanidad que se cometieron a su amparo al enviar al ejército a las calles ,lo que ha sido y será condenado por siempre.
Ahora bien, en este año que empieza se cierne sobre el país serios peligros y Veracruz no estará ajeno, aunque se empiece a respirar mediana congruencia, –al menos ya no se zahiere la conciencia de la ciudadanía al ver circular cinco camionetas blancas blindadas del corrupto exgobernador Duarte–, pero lo cierto también es que Yunez Linares no soltará el control y más que atender la crisis económica y los castigos a los saqueadores, que está en chino, de seguro que ya está preparando las municipales y lógicamente será mano, pues no justificaría una pérdida electoral como la ocasionada en su segunda presidencia priista, debacle que le obligó a renunciar, lo que de llegar a repetirse lo dejaría fuera de toda jugada, si, como se dice, que el dinero no duerme, en política, político que no otea, no transa, tampoco avanza, Miguel es de los que no llega a la esquina cuando ya quiere dar vuelta.