sábado, mayo 4, 2024

Escenarios

Por: Luis Velázquez

“El cascabel al gato”

Narco/alcaldes en la mira

“Las barbas a remojar”

1

El góber azul de Veracruz le sigue poniendo “el cascabel al gato”. Hizo talco a Javier Duarte. Arrodilló a sus prestanombres Moisés Mansur y José Juan Janeiro Rodríguez. Trae azorrillados a uno que otro duartista. Acalambró a las esposas de algunos de ellos. Y ahora, va por los alcaldes. Los acusa de tener amistades peligrosas con los narcos.

Su R-15 política tiene más chamba que nunca.

El domingo 25 de diciembre (los domingos son para evaluar, dijo, la política de seguridad) lo expresó. Fue unos minutos antes de pasear en Los Portales y el zócalo jarocho y tomarse selfies.

“Exhorto, dijo, a los presidentes municipales… para que no se dejen someter por la delincuencia. Es un delito. Y no lo vamos a permitir”.

Y aun cuando refiriera que por lo pronto su Cisen jarocho ha identificado a un alcalde sometido a los malandros, tampoco dijo el nombre. Lo reservó. Calambre puro. Terrorismo en la más alta escuela. Pongan todos, pues, “las barbas a remojar”.

Y es que en el pasillo político, muchos alcaldes tienen la fama pública de ligas, cierto, con los malosos.

Pero también con “los chupa-ductos”. Incluso, se habla de que hay quienes son dueños de gasolineras donde venden la gasolina robada a Pemex en un Veracruz en el primer lugar nacional de “la ordeña” de combustible.

Y por añadidura, ligados a otros delitos, en que se anotan secuestros y desapariciones tanto de civiles como de migrantes.

Y ni se diga las alianzas con los ladrones de casas y coches y de negocios y de bancas y de personas.

Así, dejó “la víbora chillando” a los ediles. “Si confían más en la delincuencia que en las instituciones cometen un delito”.

Y para que nadie lo evidenciadara, reveló, por lo pronto, el siguiente paso. Vamos “a dar golpes a giros negros, deshuesaderos ilegales, sitios donde es evidente la realización de actividades ilícitas”.

Luego, con toda “la sangre fría” del mundo paseó en el zócalo y se tomó selfies, una y otra y otra y otra, con la gente. En la prensa le publicaron una foto donde está con varias mujeres, entre ellas, una chica guapa, vestida de color negro, con un sombrerito negro y coquetón.

Habría de preguntarse, entonces, si tales señales pueden considerarse, digamos, los signos de una esperanza tan soñada para que así, digamos, y como dice John Carlin, “se mire el lado brillante de la vida”.

Por lo pronto, quizá, lo que los teólogos llaman “el beneficio de la duda”.

2

El góber azul está librando una guerra. Y en su guerra (que también, claro, es política) incluye la mano firme. “Tengo experiencia”, ha dicho.

El mismo domingo 25 reveló que removió de un cereso a un par de operadores de “Los Zetas”, el cartel integrado con ex militares y que opera en el resto del mundo, incluso, en Rusia, la Rusia de Vladimir Putin, quien fue jefe máximo de la KGB, el equivalente de la CIA y de la Dirección Federal de Seguridad en México.

Los malandros de la llamada “Ultima letra” fueron traslados del penal de “La Toma” de Amatlán a Pacho Viejo (allí donde el chirinismo refundiera a Dante Delgado, Porfirio Serrano y Gerardo Poo), porque desde “ese penal coordinaban actividades delictivas”.

Uno de los presuntos delincuentes, José Márquez Balderas, “El Chichi”, está considerado el jefe de Los Zetas en Orizaba, y el otro, Manuel Escalona, “El cachorro”, fue acusado del secuestro y asesinato de la reportera Anabel Flores Salazar el 8 de febrero del año que termina.

De paso, el góber reconoció (ni modo, otro madrazo a Javier Duarte y Fidel Herrera) que en los penales hay un co-gobierno entre los funcionarios públicos y los malandros.

Incluso, data de mucho tiempo atrás.

Bastaría referir que cuando Fidel Herrera gobernaba nombró a Zeferino Tejeda Uscanga, experto electoral, como director de Prevención Social.

Y el mismo día en que tomara posesión sonó el teléfono privado de su oficina.

–Danos tu cuenta bancaria, le dijeron los malosos, advirtiendo que a su antecesor le depositaban cuenta millonaria cada mes.

–Luego les digo, contestó.

Y al otro día y en días siguientes la presión continuó, de tal manera que Ceferino renunció. Así nomás.

Una política priista tomó el mando y ella terminó el sexenio.

3

Según la politóloga Denise Dresser, el combate al crimen organizado pasa por muchas cosas.

Entre ellas, “acusaciones penales contra políticos (en el caso del góber azul contra los alcaldes) y contra los empresarios vinculados al narcotráfico así como el desmantelamiento de sus múltiples redes de negocio.

Más que descabezar cárteles habrá que ir tras sus bienes y sus flujos financieros” (Reforma, 26 de diciembre).

He ahí “una verdad histórica” de tanto peso que resulta paradójico que Enrique Peña Nieto la haya omitido desde el arranque del sexenio.

Pero, bueno, el góber azul ha dicho que tiene la asesoría de israelitas y colombianos y del súper policía de Felipe Calderón, Genaro García Luna, y con ellos pacificará Veracruz.

Mientras tanto, en el territorio jarocho sigue corriendo la sangre como el valle de la muerte en que fue convertido.

“Tengan paciencia. Estamos llegando”, justifica el secretario de Seguridad Pública, apodado “El fantomas” en su tiempo de director de Tránsito en el chirinismo.

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