Por: Luis Velázquez
•Del duartazgo al yuhartazgo
•Magro resultado en 26 días
•Los vientos son desfavorables
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Los días que pasan son así:
En Tantoyuca, en el norte de Veracruz, tierra del cacique Joaquín Guzmán Avilés, una madre, profesora de escuela primaria, y su hijo, fueron secuestrados y desaparecidos.
Ahora, sus cadáveres descuartizados aparecieron ayer.
En Catemaco, un par de jóvenes fueron asesinados en sus casas.
Pero…, el secretario de Seguridad Pública lo mira de la siguiente manera:
“Tengan paciencia. Estamos llegando”.
El 12 de noviembre del año por terminar, la Procuraduría General de la República, PGR, trascendió que el diputado federal, Antonio Tarek Abdalá, era investigado por una denuncia del año 2015 en su contra que abrió seis investigaciones, todas alrededor de presuntos desvíos de recursos públicos.
Incluso, el CEN del PRI reveló que inició el proceso de expulsión en su contra y que, digamos, habrían detenido, porque aun cuando los casos entraron después a comisiones la cuchilla fue aplicada primero a Arturo Bermúdez Zurita y Gabriel Deantes Ramos, ex secretarios de Seguridad Pública y de Trabajo y Previsión Social.
Y, bueno, se entendería, digamos, que uno es el tiempo penal para operar y dictaminar, y otro el tiempo social, en que la población quiere justicia, y otro el tiempo político, en que estarían negociando las denuncias.
El caso es que al momento el caso Tarek está parado.
Pero de igual manera estarían detenidos, en el limbo, las denuncias en contra de cuatro diputados federales más, a saber:
Jorge Carvallo Delfín, secretario particular de Javier Duarte y secretario de Desarrollo Social.
Adolfo Mota Hernández, secretario de Educación de Duarte.
Édgar Spinoso Carrera, Oficial Mayor en la SEV de Duarte.
Y Alberto Silva Ramos, presidente municipal de Tuxpan, secretario de Desarrollo Social y vocero en dos ocasiones de Duarte.
Sorpresas que da la vida:
La fama pública registra que Érick Alejandro Lagos Hernández se fue más “cabezón” que todos con el billete, y no obstante, por alguna razón al momento la ha librado.
Unos dicen, sin embargo, que Lagos pactó con el góber azul… a cambio de información confidencial, documentos, papelitos y grabaciones.
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Durante “La Decena Trágica” de Veracruz que inició en diciembre de 2004 y terminara en noviembre del año que corre, los fidelistas y duartistas usufructuaron el paraíso terrenal con el billete federal y estatal.
Los pecados mortales y veniales que todos ellos cometieron son conocidos de sobra en Veracruz y en el país. Incluso, en algunos confines del mundo, pues el prófugo de la justicia desde hace 72 días ha sido ungido como el político más corrupto de México en el siglo XXI.
Y no obstante, 27 días después de iniciada la Yunicidad, el resultado es desalentador:
Duarte, “a salto de mata”, con todo y que la PGR ofrece 15 millones de recompensa por su paradero, en tanto la Interpol lo rastrea en 190 países.
Arturo Bermúdez y Gabriel Deantes enfrentan órdenes de aprehensión y siguen libres.
Varios duartistas se ampararon y nadie los ha podido tocar.
José Juan Janeiro Rodríguez y Moisés Mansur Cisneyros, amigos y prestanombres de Duarte, despepitaron los trastupijes de su jefe y socio, y ganaron impunidad, porque siguen libres y tan campantes.
Incluso, el góber azul los exhibió porque dijo que cuando Moisés Mansur lo plantó en una cita en Nueva York apretó el botón nuclear de su celular y le envió un mensajito diciéndole que procedería en contra de su esposa. “Y ahí Mansur se quebró”.
El caso es que luego de tantas cacayacas en el transcurso del día, desde antes, en y después de la campaña electoral, puro rafagueo mediático aderezado con esperanzas de un mundo mejor, ajá.
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En el caso de la PGR y Duarte, y de uno que otro diputado federal, la circunstancia favorece al gobierno azul de Veracruz porque así tiene y seguirá teniendo material incendiario de sobra para continuar bombardeando a Los Pinos en su ineficacia.
Incluso, tal cual llegaría a la elección municipal del mes de junio del año entrante ganando posibilidad de quedarse con la mayoría de alcaldías.
Y en el caso del territorio local, el pendiente número uno es la incertidumbre y la zozobra en el diario vivir y si por ahora, el discursito gira alrededor de que “tengan paciencia porque estamos llegando”, si de igual manera caminara el primer semestre del 2017, entonces, el duartazgo a que se llegó se convertirá en un yuhartazgo, de tal manera que la población electoral voltearía muy pronto a MORENA, por ejemplo.
Y por añadidura, la utopía habría durado muy poco.
Y más, con los recortes federales y la caída en el cobro de impuestos y la austeridad y el fin de la era del petróleo y el cuestionado desarrollo económico y crecimiento social y la pésima calidad del gasto público y el incremento en la deuda que aprieta el cinturón social.
En pocas palabras, “el enfriamiento de todas las expectativas”.