Al menos tres muertos, más de 380.000 evacuados y otros 73.000 afectados, además de 300 vuelos cancelados y cortes de luz son algunos de los estragos causados por el tifón Nock-Ten, que atraviesa Filipinas este lunes con fuertes vientos y lluvias.

Las autoridades de las provincias de Albay y Catanduanes, en el este del país, declararon el estado de emergencia, medida que permite el desembolso inmediato de fondos para afrontar la catástrofe, informó la cadena de televisión ABS-CBN.

Las tres víctimas mortales confirmadas por la Policía ocurrieron en Albay entre este domingo y hoy. Se trata de un matrimonio septuagenario que perdió la vida al ahogarse en el río Viga y de una mujer de 57 años que falleció la víspera, cuando se le derrumbó encima una de las paredes de su casa.

Nock-Ten, que se presentó en el país con vientos sostenidos de 185 kilómetros por hora y ráfagas de hasta 255 kilómetros por hora, perdió fuerza en su avance y se encuentra al final de su jornada a las puertas del mar de China Meridional con vientos sostenidos de 120 kilómetros por hora, tras pasar cerca de Manila.

Quedaron regiones centradas en la limpieza y rehabilitación, mientras que otras, como la capital del país, aún sufren la lluvia y la fuerza del viento huracanado.

En Polangui, ciudad de Catanduanes, los daños han fueron muchos, siete de cada diez casas están destruidas, de acuerdo con el vicegobernador, Harold Imperial.

Las provincias de Albay, Batangas, Camarines del Sur, Quezon y Sorsogon padecen cortes del suministro eléctrico.

El transporte por tierra entre Manila y la región de Bicol, que integra a las provincias de Albay, Camarines del Norte, Camarines del Sur, Sorsogon, Catanduanes y Masbate, está cortado.

Las autoridades han advertido a los evacuados y desplazados que todavía es pronto para regresar a sus hogares, que esperen un poco a que se aclare la situación y remitan las aguas.

El Consejo Nacional para la Reducción y Control para el Riesgo de Desastres, que coordina la respuesta y emite boletines periódicos sobre la situación, informa de 383.087 evacuados y 72.869 afectados.

Al comenzar esta jornada, había además 12.019 pasajeros atrapados en puertos por falta de servicios.

Unos 300 vuelos domésticos e internacionales fueron cancelados, la mayoría en el aeropuerto Ninoy Aquino de Manila, el más importante y con mayor tráfico del país: afectando al menos a 60.000 pasajeros.