sábado, mayo 4, 2024

Expediente 2016

Jodido el municipio libre

Por: Luis Velázquez

Los alcaldes de Veracruz entrarán al último año del periodo constitucional. Muchos cargan un lastre. Son ligados a trastupijes. Y en la lista negra les endilgan que son narcos, chupa-ductos, roba vacas, capaces de vender hasta el fundo legal, y ni se diga, traficar con los programas sociales con miras electorales.

Más ahora, cuando las 212 presidencias municipales y las 3,500 sindicaturas y regidurías serán renovadas.

La frase de un ex alcalde siempre retumbará: “Dejé de ser alcalde y dejé de ser pobre”, exclamaba, soberbio y prepotente, altanero y vulgar.

Incluso, la fama pública registra que venden hasta las calles para establecer tianguis y terrenos destinados a juegos infantiles para tiendas de franquicia.

Y lo insólito, que muchos se alían hasta con los robacoches para, digamos, vender el automóvil completo en autopartes sin dejar pistas.

Lo más grave está en la venta de la plaza local a los carteles y cartelitos, pues con el simple hecho de “dejar hacer y dejar pasar” resulta suficiente.

Y en contraparte, muchos “se curan en salud” denunciando que el gobierno central es el responsable de los secuestros, desaparecidos, asesinados y fosas clandestinas.

Desde luego, “en la viña del Señor” hay de todo. Pero a estas alturas, nadie sabe la diferencia entre los buenos y los malos. Ni tampoco el porcentaje, aun cuando la conseja popular se encarga de dirimir.

El caso es que en la víspera de las nominaciones para las alcaldías se está llegando al colmo: muchos, muchísimos ediles de todos los partidos alistan a sus familiares, pero más aún, a las esposas, para ser lanzadas como candidatas y heredar la silla embrujada del palacio como si fuera la administración de una hacienda.

Y lo peor, les vale el juicio social, pues en muchos casos hasta las amantes sueñan con la presidencia municipal.

En nombre del artículo 115 Constitucional, la cláusula que exalta el municipio libre, autónomo y soberano, cada quien hace y deshace.

“SEÑORES DE HORCA Y CUCHILLO”

Según el CONEVAL, seis de cada10 habitantes de Veracruz están atrapados y sin salida en la miseria, la pobreza y la jodidez.

Un millón y medio de paisanos de los 8 millones sólo hacen dos comidas al día, porque los centavitos son insuficientes.

En tres años del sexenio desastroso, Javier Duarte aportó un millón y medio de pobres a la estadística nacional.

Y aun cuando el gobierno del estado es el tutor social número uno (la creación de empleos para mejorar la calidad de vida), los alcaldes son los responsables de que, entre otras cositas, la inversión pública se canalice a los municipios que gobiernan.

Así, la tarea fundamental como es la oferta laboral ha sido relegada.

Por el contrario, la única fuente de inspiración para adueñarse del Ayuntamiento es el sentido patrimonialista. Cuatro años para enriquecerse, y de paso, convertirse en “señores de horca y cuchillo”.

Por eso, la alianza con los malandros y los chupa-ductos, además de los negocios, como por ejemplo, la obra pública con una compañía constructora propia y/o con un prestanombre y/o con un socio.

Incluso, si alguna duda existiera bastaría recordar que si el 5 de junio del año que corre, el PRI perdió la gubernatura y la mayoría en el Congreso se debió al descrédito de sus políticos, tanto de Javier Duarte como de los alcaldes tricolores.

Y más, porque desde Hernán Cortés y “El pirata” Lorencillo, el tricolor nunca había sufrido una derrota tan espantosa, con todo y que cuando Felipe Amadeo Flores Espinoza fue presidente del CDE perdió 50 alcaldías y cuando Miguel Ángel Yunes Linares, 107 Ayuntamientos.

WATERLOO DE LOS ALCALDES

El peor descrédito edilicio está en el priismo, luego de 87 años de dominio tricolor en Veracruz.

Y si los alcaldes siguen con la fama pública que arrastran, entonces, cuidado, porque la Yunicidad anuncia un nuevo mundo donde, se afirma, habrá justicia y honestidad en la vida pública en una guerra implacable en contra de la corrupción.

Ajá.

Y más por lo siguiente: si el ORFIS y la Comisión de Vigilancia del Congreso y la Contraloría detectan irregularidades en los municipios, tendrán dos salidas: una, trabajar a favor del PAN en las próximas elecciones o la cárcel para todos ellos.

Y es que la fuerza de la Yunicidad será la mano dura, la mano firme, el terrorismo y el calambre.

Tan es así que, por ejemplo, la esposa del diputado Vicente Benítez González se acaba de amparar… por si las recochinas dudas.

Y si ya de por sí el edificio del PRI en Xalapa parece un velorio, peor será en junio del año entrante luego de que sólo ganen, como se afirma, unas 30 alcaldías de las 212, y en el mejor de los casos, mirando la vida con optimismo, unas cien, y la mayoría en las zonas rural e indígena, donde aún privilegian el voto clientelar.

Javier Duarte significó un desastre social para Veracruz y un desastre político para su ex partido, del cual fue lanzado, de igual manera como Arturo Bermúdez Zurita, su genio policiaco, y Gabriel Deantes Ramos, su genio electoral, y José Antonio Chara Mansur, su genio económico, y en la lista negra está Antonio Tarek Abdalá, su genio administrativo en la tesorería de la SEFIPLAN.

Pero muchos alcaldes también descarrilaron al tricolor en las urnas.

Su fama pública fue el Waterloo, “la noche (electoral) de los cuchillos largos”, “la noche de San Bartolomé”.

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