Por: Luis Velázquez
•Unidad priista o derrota
•Tribus miden fuerzas
•El PRI azul de Amadeo
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Los grupos y las hordas priistas se unen o para el año entrante el PRI será derrotado en la mayoría de candidaturas a las 212 presidencias municipales.
Así lo olfatea el politólogo Carlos Ronzón Verónica. Y se basa en el siguiente eje rector:
Con todo y que en cada proceso electoral los partidos políticos suelen fragmentarse, el PRI local está más dividido que nunca y desde ahora.
Felipe Amadeo Flores Espinoza, el presidente azul del CDE, tiene sus candidatos.
El senador Héctor Yunes Landa, los suyos.
El senador Pepe Yunes Zorrilla, los suyos.
Los diputados locales y federales, los suyos.
Los alcaldes, los suyos, incluso, a sus esposas, como si el Ayuntamiento fuera propiedad privada.
Los caciques municipales y regionales, los suyos.
El CEN del PRI, los suyos… en los municipios de mayor potencialidad económica, social y política.
Incluso, hasta el secretario de Gobernación, el presidenciable Miguel Ángel Osorio Chong, los suyos.
Y en la rebatinga por el poder, el PRI descarrilará solo.
Y más, cuando hay muchos PRIs, en que cada parte se siente y cree la más fregona.
Y más, cuando como ahora el PRI fue convertido, gracias a Javier Duarte, en partido de oposición, y por añadidura, las tribus y las falanges miden fuerzas.
El PRI, dice el maestro Ronzón, necesita un perro ovejero que lleve a todos.
Y el perro ovejero…por ningún lado aparece.
En contraparte, el proceso electoral ha iniciado.
Por lo pronto, se registraron un montón de candidatos independientes, entre ellos, muchos priistas, porque están seguros de que lanzarse por el tricolor significa una derrota anunciada.
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En la lucha pasional por las alcaldías se está dando de todo.
Por ejemplo, en el icónico puerto jarocho, el candidato de Héctor Yunes, Luis Antonio Pérez Fraga, “El pollo” (el mismo apodo que endilgaban a Fernando Gutiérrez Barrios), ideó que el camino para quedarse con la candidatura a la presidencia municipal es la presidencia del comité de carnaval.
Y desde ahí cabildea.
Y más, cuando la delegada federal de la secretaría de Desarrollo Social, Anilú Ingram Vallines (tres cargos públicos en el duartazgo) ahora tiene como centro aspiracional la candidatura a la senaduría en el año 2018, porque, además, está soñando ahora con la gubernatura.
Así, “El pollito” lanzó la aventurera idea de que Javier Duarte sea quemado como Juan carnaval, creyendo que tal cual amarrara la simpatía popular.
En Catemaco, el ideólogo priista, tres veces alcalde, y en cada una por un partido diferente, Jorge González Azamar, sueña con heredar el trono a su esposita y cabildea la construcción de un nuevo palacio para que la señora alcance la felicidad total, y de paso, él mismo se convierta en director del DIF.
Cada tribu priista, entonces, recurre a su experiencia y sensibilidad para “matar pulgas”, pues por vez primera en su vida el PRI se ha vuelto partido de oposición en Veracruz y está aprendiendo la lección.
La conseja popular, no obstante, dice que “echando a perder se aprende”.
Sólo que en tal experimento pasarán muchos años para recuperarse porque la Yunicidad es un ciclón del Golfo de México arreciando en tierra firme.
Ni una tregua para las elites priistas porque en el chirinismo ellas fueron las culpables de que el góber azul descarrilara en su primer legítimo sueño de ocupar la silla embrujada del palacio de Xalapa.
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Muchas cosas pasarán de aquí para adelante de cara a la elección municipal.
Por ejemplo, si en el fidelato y el duartazgo (la Decena Trágica de Veracruz le denominó Carlos Ronzón) hubo un PAN y un PRD rojo, ninguna duda existe de un PRI azul con Felipe Amadeo Flores Espinoza en el tricolor.
Además, en el interior del PRI las huestes están molestas con Amadeo y lo están madreando.
Por ejemplo, el ex diputado local, Marco Antonio del Ángel, el hijito de César del Ángel, el mítico líder de los 400 Pueblos, ha pedido el cambio de presidente, ratificado por Enrique Ochoa Reza, el dirigente nacional de los taxistas, de espalda a la militancia.
Peor tantito, con un PRI como partido opositor, la llave de la secretaría de Finanzas y Planeación, SEFIPLAN, le ha sido cerrada y su fuente de financiamiento estará, digamos, en los caciques urbanos y rurales, que con su poderío económico financiarán las campañas electorales de sus candidatos.
O, de lo contrario, los dejarán solos, y lo peor, hasta se irían a otro partido, digamos, MORENA y/o el mismo PAN, pues los políticos, ya se sabe, tienen intereses, nunca mística social.
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Los líderes rojos (rojiazules, que se van reinventando) predican la unidad en la homilía partidista.
Pero de “dientes para afuera”, porque en el terreno de la realidad cada uno se mueve con sus celos y recelos.
Y es ahí donde la unidad falla.
Y más, con un presidente que alternará el poder con el góber azul, a quien nunca, jamás, en la campaña electoral y menos ahora evidenció ni evidenciará.