Xalapa.-En el marco de la adhesión de la UNAM a He For She (movimiento solidario de ONU mujeres para la igualdad de género), un grupo de investigadoras del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM discernieron sobre lo que significa ser mujer en México.
Las mujeres padecen un proceso de inseguridad económica mientras avanza su vida en nuestro país. “La desprotección social y la desigualdad de género se institucionalizan en el sistema de pensiones, a través de cuatro factores fundamentales: la trayectoria laboral desigual entre hombres y mujeres; la mayor esperanza de vida femenina; la oferta de empleos precarios y las ocupaciones segregadas y feminizadas”, afirmó la doctora en Ciencias Sociales con especialidad en Población, por el Colegio de México, y Coordinadora del Seminario Universitario Interdisciplinario sobre Envejecimiento y Vejez, Verónica Zenaida Montes de Oca Zavala.
“La cuestión de las pensiones tiene mucho que ver con el derecho ganado a través de la vida o el trabajo realizado, entonces es terrible porque de alguna manera muchas de estas poblaciones no tuvieron una escolaridad en su curso de vida, llegó la modernización y pasó sobre de ellos, y terminaron en actividades sumamente importantes como las labores agrícolas, en el caso de las mujeres en labores de índole domestica, que son sumamente importantes, pero si ningún reconocimiento social ” comentó.
De acuerdo con el INEGI, la mayoría de los empleos de personas con edad adulta avanzada, no brinda las prestaciones mínimas como seguridad social, sueldo base, aguinaldo o seguro contra accidentes.
Verónica Montes hizo particular énfasis en cuanto a la situación de las mujeres de edad adulta avanzada. Refirió que los sistemas de pensiones están diseñados con base en supuestos, que reconocen la inequidad, el sistema de género es un estratificador social que se basa en la diferencia sexual.
“En los cálculos actuariales, se incluye en la fórmula que las mujeres vivimos más, entonces surge la pregunta ¿Por qué las mujeres tenemos menos pensión que los hombres, si trabajarnos en lo mismo? Como las mujeres vivimos más y tenemos una esperanza de vida más alta, esto se incluye en la fórmula y tenemos que prorratearle su pensión”
Según datos del INEGI, en 1990, 5 millones de personas de edad adulta no estaban cubiertos con ninguna pensión. En la actualidad son cerca de 12 millones, 4.5 millones contaría con algún tipo de pensión, mientras que el resto no tendría ningún tipo de apoyo, de los cuales 3.4 millones son hombres y 5.1 millones son mujeres, esto quiere decir que viven un proceso de inseguridad económica. Dado que su porcentaje es mucho menor con respecto a los hombres, fortalece a su subordinación, y a la dependencia de la familia
Verónica Montes comentó, que “la vejez es una construcción social que tiene que ver con lo político, social y económico; en cada país y en cada cultura y en cada región hay formas de envejecer diferente, si eres, mujer, hombre o LGBT tiene formas de envejecer diferente; lo que aquí pasa en un caso de desigualdad acumulada, es decir, ser mujer, ser indígena, ser anciana, ser morena, ser pobre, es una desigualdad acumulada” sentenció.
La investigadora expresó su preocupación por que los Estados presten atención especial a las mujeres de edad avanzada, para crear subsidios que no sean contributivos. Hay una pérdida de la autonomía durante la vejez, el gobierno dice ‘no tenemos pensiones para ti mexicano, pero no importa tiene a su familia, ¿no?’, esto se trata de una forma de sometimiento”.
Llamó a revisar el instrumento de la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, que brinda una mirada amplia e innovadora al respecto. Por último exhortó a no responsabilizar al Estado solamente, sino a tomar conciencia de cómo se están tratando estos temas, de los que todos tenemos que tomar parte.