Policías de Turquía detuvieron a militares que intentaron hacerse con el poder en el país y decretaron la ley marcial.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió a sus partidarios que salieran a las calles para frenar la sublevación y así  ocurrió al final. A través de la televisión se pudo ver cómo los golpistas comenzaban a ser detenidos.

El llamamiento de Erdogan a frenar como fuera la asonada derivó en enfrentamientos a tiros en Ankra y Estamubul. La agencia progubernamental Anadolu informó que 17 policías de las fuerzas especiales fueron asesinados en una academia policía en Ankara. En esa misma ciudad varios tanques dispararon en las inmediaciones del Parlamento turco, además de que un helicóptero militar disparó contra civiles, según se pudo ver a través de la televisión, mientras otro avión de combate utilizado por los golpistas fue derribado.

El Gobierno había anunciado una ofensiva contra los sublevados, como así parece estar ocurriendo, y había pedido la ayuda de los ciudadanos, a los que animó a salir a la calle y «saltar sobre los tanques». Las mezquitas llamaron también a los fieles a resistir el golpe.