El presidente del Senado de Brasil Renan Calheiros puede ir preso en cualquier momento a partir de hoy. El fiscal general Rodrigo Janot pidió su detención a la Corte Suprema que deberá tomar entre hoy y mañana la decisión. También demandó el envío a la cárcel del ex presidente de Brasil José Sarney, del senador Romero Jucá y del diputado suspendido Eduardo Cunha.

Los cinco están implicados en el “delito” de frenar las investigaciones de la coimas en Petrobras, en una operación bautizada Lava Jato.

Calheiros calificó de «absurdo» el pedido de detención en su contra.

«Con el debido respeto, la medida es desproporcionada y abusiva. Todas las instituciones están sujetas al sistema de frenos y contrapesos y por lo tanto al control de la legalidad. El Senado tiene que comportarse con la exención que la crisis requiere frente a la estabilidad institucional», dijo Calheiros en un comunicado.

En ese texto, Calheiros dijo estar «sereno y seguro de que la Nación puede seguir confiando en los poderes de la República» y afirmó que no practicó «ningún acto concreto que pudiera ser interpretado como supuesta intención de obstrucción de la justicia».

«La Nación pasa por un período delicado de su historia, que impone a todos serenidad, sentido común, equilibrio, responsabilidad y respeto a la Constitución Federal», dice la declaración del titular del Senado, y considera que las instituciones «deben guardar sus límites» de actuación.

En ese sentido, aclaró que «necesita ser repetido» que «valores absolutos del Estado Democrático de Derecho» deben respetarse como la independencia de poderes, las garantías individuales y colectivas, la libertad de expresión y presunción de inocencia, «conquistados dolorosamente».

Es la primera vez que la fiscalía brasileña reclama la prisión de un presidente del Congreso, que es el caso de Calheiros, y de un ex presidente del país, que es Sarney. Este último gobernó en forma contemporánea al fallecido ex presidente Raúl Alfonsín.

Todos los implicados por Janot fueron grabados, secretamente, por el empresario Sergio Machado quien fue titular de Transpetro (una subsidiaria de Petrobras).

En las conversaciones sugieren que las investigaciones encaradas por el juez de Curitiba Sergio Moro resultan un “riesgo” para la clase política, ya que involucra a buena parte de ella en los sobornos que fueron pagados con recursos de la petrolera estatal, que provenían de la sobrefacturación de obras para la compañía realizadas por empresas privadas.

El caso afecta especialmente a la cúpula del Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), la organización a la que pertenece también el presidente interino Michel Temer.

Esto pone una vez más en jaque al gobierno provisorio, al crear una fuerte turbulencia política. El ministro de la Corte Teori Zavascki debe analizar la demanda de Janot.

Para Sarney, el pedido es de prisión domiciliaria dada la avanzada edad del político, que hoy tiene 86 años.