La suspendida presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, arremetió nuevamente contra el Gobierno del interino Michel Temer, al afirmar que el jefe del Parlamento brasileño apartado provisionalmente, Eduardo Cunha, es quien verdaderamente tiene el poder. “Eso quedó clarísimo ahora con la indicación de André Moura” como líder de la nueva bancada oficialista en el Congreso (ambos son amigos).

En una entrevista publicada este domingo en un periódico del vecino país, Rousseff también señaló que puede revertir el juicio político de destitución que enfrentará en el Senado –por la acusación de maquillaje de las cuentas públicas en 2014 y 2015– y agregó que el proceso en su contra fue para detener las investigaciones del caso de corruptelas en la empresa estatal Petrobras; haciendo referencia directa a que varios ministros de Temer se ven involucrados en ello y Cunha también.

Tal confianza en volver a la jefatura del Estado brasileño parte de unas grabaciones filtradas recientemente, en las que se escuchan a políticos que presionaron por su destitución abogando por entorpecer las operaciones judiciales de la causa Petrobras. Los audios provocaron la salida del ministro de Planificación, Romero Jucá, y salpicaron al máximo representante de la Cámara Alta, Renán Calheiros; ambos Partido del Movimiento Democrático Brasileño de Temer y Cunha.

Vale recordar que para separar de manera definitiva a Rousseff del cargo, el Senado deberá aprobarlo con dos tercios de su aforo. Aún no se conoce cuándo se hará el proceso, pero debe ser antes del 12 de noviembre.

Del mismo modo, la mandataria suspendida resaltó que el también denominado “impeachment” es una excusa para que en suelo brasileño se aplique una política “ultraliberal en economía y conservadora en todo el resto”; por ende, indicó que Temer debe pensar en una mejor estrategia de recaudación fiscal y así evitar disminuir los recursos destinados a programas sociales; usados por ella como bandera de sus Gobiernos.