Ciudad de México.–Tres años de palabras, discusiones y congeladoras es como la Arquidiócesis Primada de México criticó los tres años de la administración del presidente Enrique Peña Nieto, y se lanzó contra los partidos por estar buscando un Sistema Anticorrupción a modo.
En su editorial del Semanario desde la Fe señaló que “la primera parte del sexenio quedó en la parálisis: tres años perdidos en los laberintos de las palabras, discusiones y congeladoras”.
Criticó que la Secretaría de Función Pública (SFP) fue reducida a una “simple entidad receptora de trámites y contratista, con un encargado de despacho, aunque con sueldo de Secretario de Estado. Tres años convulsos por los escándalos de corrupción, melodramas mediáticos y resistencias por mostrar la cara impávida del ‘yo no fui’; las inercias condujeron a la reinstalación de un Secretario de la Función Pública que sentenció lo predecible, nadie es culpable, todos están exentos de responsabilidad, al fin juez y parte”.
El año pasado la Secretaría de la Función Pública que dirige, absolvió a Enrique Peña Nieto y a su Secretario de Hacienda por el escándalo provocado por propiedades vendidas por un contratista, Grupo Higa, ampliamente beneficiado con contratos gubernamentales.
La Iglesia católica recordó que la sociedad civil, haciendo uso de la ley, presentaron la iniciativa ciudadana 3de3, para normar “lo que debería ser práctica común y corriente del ejercicio público”.
Sin embargo, dijo que al terminar el segundo período del actual periodo legislativo, “las cosas parecen evidenciar más resistencias que consensos cuando se busca un sistema anticorrupción a modo. La discusión iría a un período extraordinario, y el primero de los dictámenes del conjunto de leyes a reformar constituye al Fiscal anticorrupción, con beneplácito de los partidos en el Senado, para su nombramiento y designación. Nada escapa a la partidocracia”.
Señaló que la alternancia presidencial del años dos mil “enarboló una cruzada para acabar con ‘tepocatas” y “víboras prietas’; sin embargo, las alimañas emergieron de los escondrijos y se enriquecieron indecentemente. Las contralorías cambiaron de nombre e integraron entidades de la administración pública federal que, en un momento, quedaron en el limbo jurídico”.
Y dijo que con su regreso, el PRI “hizo lo que sus predecesores: el juramento inmaculado de cero tolerancia contra la corrupción y barrer la casa para mostrar las manos limpias. Ahora toca el turno al Sistema Anticorrupción con fiscales independientes”.