Ciudad de México.- “La primera vez que me acosaron fue hace 20 años”, “La última vez que fui acosada fue hace una hora cuando venía hacía acá, por la calle Luis Moya”, lamentablemente estos son dos testimonios de miles y miles que se generan día a día y sólo representan una parte de lo que son las violencias machistas.
Hasta ahora se sigue viviendo en una sociedad donde es posible normalizar que al día mil 643 mujeres sean agredidas sexualmente y parece ser tan natural culpar y criminalizar a las víctimas por los hechos violentos que se cometen contra ellas, como el acoso sexual de manera física o verbal, las amenazas, las violaciones sexuales, las desapariciones, el feminicidio.
“No salir sola en la noche. No vestirme ‘provocativa’” ¿Por qué al ser mujer se tendrían que tomar medidas para no ser violentadas?, ¡No! La violencia contra las mujeres no es natural, no es normal, “las violencias machistas están acabando con nosotras”.
En el país parece ser una “costumbre” despertar con noticias sobre el asesinato de una mujer, hecho violento que la mayoría de las veces ni siquiera es calificado como feminicidio, pero sí juzgado por las autoridades, sociedad, políticos y medios de comunicación, donde las críticas se hacen contra las víctimas, “por andar en la calle a esas horas”, “por vestirse de tal forma”, “por haber ingerido alcohol”, “por no estar en casa”, entre miles de expresiones que detonan el machismo mexicano y lo cual provoca que seamos el primer lugar en casos de violencia sexual, según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y tomando en cuenta que faltan las “cifras negras” o lo que no se denuncia.
Sin embargo, cada día son más las mujeres que se empoderan y percatan que no es su culpa el que hayan sido o sean violentadas, además que saben que no sólo basta con indignarse ante las conductas misóginas y machistas, sino que se debe aprovechar ese hartazgo para frenar la situación de violencia contra las mujeres en el país, porque las autoridades no están combatiendo la problemática, no les interesa, “hay cosas más graves que atender”, como lo expresó en su momento Erubiel Ávila, gobernador del Estado de México (Edomex), entidad donde se registran el mayor número de feminicidios.
Poco a poco las mujeres y algunos hombres que empiezan a cambiar su forma de pensar y actuar, van abriendo caminos para transmitir y explicar otras formas de ver el mundo y a la mujer, no como un objeto sexual o de limpieza, sino como una persona, una humana igual a otro humano, que tiene y debe tener los mismos derechos y oportunidades para desarrollarse en cualquier ámbito de la vida, y evitar que su camino termine pronto, al formar parte de la lista de feminicidios, como es el caso en Coahuila de Diana Lizeth de 11 años, quien fue brutalmente asesinada a golpes y navajazos en el interior de su domicilio por su ex novio Javier Olaguer.
Es por este caso y miles más que las activistas, amas de casa, profesionistas, indígenas, mujeres de todas las edades, han decidido decir ¡Ya basta! del silencio ante la violencia e impunidad, de no denunciar- aunque las autoridades son las principales que criminalizan a las víctimas- de no defenderse, de no poder caminar libremente por las calles.
El próximo domingo se realizará la marcha 24A en 27 entidades de México con el fin de seguir protestando contra la violencia y en donde miles de mujeres se vestirán de morado e inundarán las calles de 40 ciudades, en las cuales se han organizado bajo la iniciativa #PrimaveraVioleta, nombre que hace alusión a la movilización social en Egipto titulada “Primavera Árabe”.
La exigencia fundamental es una vida libre de violencia, lucha que se ha venido ejerciendo desde hace años y que ha tenido logros a través del tiempo, uno de ellos es la creación de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, aunque en la realidad aún falta aplicarla y capacitar y sensibilizar a las autoridades en perspectiva de género.
Cabe recordar que en los últimos días se han dado a conocer casos emblemáticos que ejemplifican algunos tipos de violencia contra las mujeres, uno es el caso de violación sexual en enero de 2015 contra Daphne Fernández por “Los Porkys” en Veracruz, agresión que ha demostrado que la denuncia del hecho violento puede llevar también a otros tipos de violencia y a la criminalización de la víctima, así como la impunidad.
Asimismo existe la reciente agresión sexual contra la periodista de Vice Andrea Noel en la Ciudad de México, hecho que muestra como no importa el día, la hora, ni el lugar, las mujeres pueden ser violentadas en cualquier momento, las calles y el transporte público son un escenario ideal para los acosadores.
Y la violencia extrema contra la mujer, el feminicidio, el cual está provocando en varias entidades la búsqueda de la activación de la Alerta de Género, como ya existe en Morelos y el Edomex, éste último pese a tener activo el mecanismo de prevención y protección de las mujeres, tan sólo en abril de 2016, el Observatorio Ciudadano Contra la Violencia, Desaparición y Feminicidio (OCVDF) registró 67 asesinatos violentos de mujeres.
La protesta es todos los días y será el próximo 24 de abril por cada una de las mujeres que han sido asesinadas, desaparecidas, violadas, acosadas, denigradas, discriminadas, oprimidas, explotadas…
“Si las mujeres no salimos a las calles a reclamar nuestros derechos y exigir respeto, nadie lo hará por nosotras” han declarado activistas de diversas organizaciones.