Por: Ignacio Carvajal

Siendo un feto, Julian Rodríguez Aguírrez se quedó sin padre en la panza de su mamá.

Y así, creció con dos mamás, pues su abuela, la mamá de su mamá, asumió la crianza mientras la biológica se iba a trabajar.

Y ahora, 27 años después, parece que la tragedia se repite, pues Julian Rodríguez tiene a su esposa embarazada, y él, está entre los que no aparecen después de la explosión de Clorados III.

Peón aún, Julián Rodríguez, originario de Mundo Nuevo, dejó a su esposa embarazada y con dos hijos pequeños. Los dos ya tienen desesperada a la familia pues quieren saber de su papá.

Son chiquitos pero se imaginan lo peor, no ha habido nadie que se tome el tiempo para explicarles, de manera lúdica, la ausencia del papá. Todos quieren que regrese.

Julián Rodríguez es buscando por su abuela de crianza, su abuela, su madre, esposa, hermanos, tíos y otros 10 ciudadanos de Mundo Nuevo que lo quieren de vuelta.

Lo recuerdan como una persona entregada al trabajo, que estaba planeando darle una mejor vida a su familia con el sudor del mismo.

No contaba con estudios, de chico la escuela le dio mucho trabajo por la falta de su padre y la vida dura que le tocó trabajando desde pequeño con su mamá de crianza.

Lo que hacía en Clorados III, lo más mortífero hasta ahora, andamiero.

La família presente a las afueras de Pajaritos tampoco ha dormido. En el espacio que ocupan se acumulan los alimentos y las desesperanzas.

Ya sólo buscan resignación, «si lo tienen, ya que nos lo den», dice la mamá.