martes, abril 30, 2024

Expediente 2016

Voto de castigo

Por: Luis Velázquez

El 5 de junio será la hora de elegir mini/gobernador en Veracruz.

Y ante los seis de cada 10 habitantes del territorio jarocho declarados en la pobreza y la miseria por el CONEVAL, ni un voto para los políticos pillos y ladrones.

Y ante el desempleo y los salarios de hambre y la migración, el menosprecio  para los funcionarios públicos que han saqueado las arcas.

Y ante los políticos que se han enriquecido a costa del poder en el transcurso del llamado sexenio próspero, todo el hartazgo ciudadano en contra de los apóstatas de la política.

Y ante “el desorden administrativo, el caos financiero y la corrupción política” en la secretaría de Finanzas y Planeación, todos los votos en contra de lo que huela a Fidel Herrera y Javier Duarte que juntos integran la Decena Trágica.

Y ante los secuestrados, desaparecidos, asesinados y sepultados en fosas clandestinas, el repudio popular a las fórmulas priistas.

Y ante los policías municipales y estatales ligados a los malandros, acusados de desaparición forzada, con el descrédito del duartismo en el país y en el mundo, el rechazo ciudadano en las urnas.

Y ante tantos proveedores y prestadores de servicios y constructores declarados en bancarrota, las puertas cerradas de sus negocios, por el atraso milenario en el pago oficial, el sufragio en contra de las elites priistas.

Y ante el manifiesto jineteo bursátil de los recursos federales y estatales que ha denunciado el presidente del CDE del PRD, Rogelio Franco Castán, el tache en la boleta al priismo.

Y ante los presidentes municipales que han protestado por la retención de sus participaciones federales, incluso, hasta con plantones en la SEFIPLAN, la denuncia penal en la Procuraduría de Justicia de la nación, PGR, pero también el voto de castigo en las urnas.

LA IMPUNIDAD GALOPANTE HA DERIVADO EN HARTAZGO

Hoy comienzan las campañas de los 7 candidatos a la mini para gobernar apenas dos años, 24 meses, cuya mayor parte de días y noches se irán en la elección de los presidentes municipales en el año 2017 y de los diputados federales, senadores y presidente de la república en el año 2018.

Pero con todo y tal vértigo electoral, cada ciudadano ha de elegir con su voto al sucesor de Javier Duarte, pues ni modo de dejar a unos cuantos que ellos lo decidan.

Más aún: cada contribuyente ha de convertirse en un cazador de mapaches y de pillos comprando sufragios al mejor postor.

Y es que luego de 73 jefes del Poder Ejecutivo Estatal que han desfilado por el palacio principal de Xalapa resulta inaudito que un millón de indígenas estén atrapados y sin salida en la pobreza y la miseria.

Y que por tanto, existan de hecho y derecho pueblos donde la mayor parte de los hombres y jóvenes se fueron de migrantes a Estados Unidos y a los campos agrícolas del Valle de San Quintín, buscando el empleo digno que aquí se les ha negado de manera sistemática.

Peor tantito si se considera que cada 6 años aparecen nuevos ricos, nuevas fortunas, a la sombra del poder.

Y lo peor, en medio de la impunidad galopante, y por añadidura, con la desfachatez del Órgano de Fiscalización Superior, ORFIS, y la Comisión de Vigilancia del Congreso local.

Por eso, todos estamos hasta la madre como ha sido el grito de batalla del poeta Javier Sicilia clamando justicia por tantos desaparecidos y secuestrados y asesinados en el país, entre ellos, uno de sus hijos en Morelos.

Y aun cuando ninguna certeza existe de que con un cambio de partido político en el poder las circunstancias cambiarían, se apuesta cuando menos a la esperanza de un milagro.

CON JAVIER DUARTE TOCAMOS FONDO

Entre los candidatos hay quienes se pavonean alardeando que tienen 30 y 40 años de andar en política.

Cierto, pero en todo caso, durante 3 y 4 décadas, en efecto, han desempeñado cargos públicos y han vivido, y bien, del impuesto pagado por el contribuyente y de los negocios lícitos e ilícitos a la sombra del poder público.

Pero de ahí a que en la tarea política dejaran una huella social en un pueblo, en una comunidad, en un municipio, en una región de Veracruz, mucho, demasiado se duda.

Y si así fuera, entonces, y digamos, sería conveniente que quienes se ufanan describieran la lista de beneficios sociales que en su tiempo público han generado para la población para orientar y reorientar el voto, pues hay una ciudadanía, además de hartada de los políticos, incrédula y agnóstica.

Y como reza la leyenda popular, por lo general las elites que ascienden al poder se vuelven soberbias y petulantes y llegan a creerse paridas por los dioses, seguras de que todo se merecen, entre otras cositas, saquear el dinero público.

Por eso mismo, el voto ciudadano ha de ser lo más razonado posible para evitar un desengaño social más, pues ya con Javier Duarte tocamos fondo, a tal grado que tanto en la Cámara de Diputados como en la de Senadores hay indignación política y social en su contra, reclamando al presidente de la república el ajuste de cuentas.

Publicidad




Otras noticias

Bitácora Política

Bitácora Política

Bitácora Política

SENTIDO COMÚN