- Veracruz, rehén de los Yunes
- Dos años más en la indolencia
- Uno y otro igual que Duarte
Luis Velázquez
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Si Veracruz fue rehén del góber fogoso durante 6 años y de Javier Duarte cinco años con tres meses y once días, por lo pronto, más los que faltan, durante los dos años de la mini/gubernatura será de uno de los Yunes, el rojo o el azul.
Y lo peor, nada indica que los días y noches que vendrán serán diferentes, pues su pasado los condena. Más, mucho más, al Yunes azul, porque ya ejerció el poder estatal a plenitud durante el Chirinismo y el sello característico fue la represión.
Ninguna duda existe que uno de los dos Yunes ganará en las urnas. El resto de los candidatos solo con un milagro levantarían grandes expectativas para que la población electoral sufrague por ellos. Por ejemplo, si Juan Bueno Torio, Cuitláhuac García, Armando Méndez de la Luz y Elías Miguel Moreno Brizuela integraran un frente común para lanzar a uno solo, pero tal cual está en chino. Ni soñarlo, vaya.
Así, y en vez de días de gloria que la población esperaría tendremos una larga y extensa noche de luto estatal.
El Yunes rojo y el Yunes azul son iguales. El mismo origen priista. La misma sangre libanesa. El mismo temperamento. El mismo carácter. Las mismas pasiones.
Y aun cuando ahora como parte del proceso comicial uno y otro se lanzan cacayacas sobre la honestidad, y por más que ambos se inmolen en la hoguera pública alardeando que tienen 34 y 44 años de servicio en la administración pública (servicio, dicen ellos, para el bienestar social), nadie se los cree.
El Yunes azul, por ejemplo, está marcado por sus años con Patricio Chirinos Calero.
El Yunes rojo, por ejemplo, fue subsecretario de Gobierno con Miguel Alemán Velasco y Fidel Herrera Beltrán, sin mayor trascendencia.
Por el contrario, uno y otro avalaron el estilo personal de gobernar que con años ha sido descrito por CONEVAL: un Veracruz, pródigo en recursos naturales, con una población jodida.
Seis de cada diez habitantes de la tierra jarocha en la miseria, la pobreza, el desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la migración, la inseguridad, la impunidad y la baja calidad educativa y de salud.
Un millón y medio de habitantes de Veracruz, de un total de 8 millones, solo hacen dos comidas al día debido, entre otras cositas, a los salarios de hambre.
70 pesos, por ejemplo, por el jornal que los indígenas y campesinos cumplen antes de que el sol salga y cuando la luna alumbra el surco.
En contraparte, 200 familias en Veracruz dueñas de casi el 60 por ciento de la riqueza estatal.
Más aparte las nuevas fortunas y los nuevos ricos que suelen aparecer cada sexenio y cada 3 años con las alcaldías.
Por eso, ninguna lucecita ilumina el largo y extenso túnel social vivido y padecido en Veracruz y que en el par de años de la mini nada garantiza de que “el sol saldrá para todos”.
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Veracruz será rehén de uno de los dos Yunes.
En el búnker rojo, no obstante, hay muchos, muchísimos priistas (quizá 9 de cada 10, todos de la elite en el poder sexenal) vislumbrando un futuro revolcado y turbulento para todos ellos en caso de que el Yunes azul ganara en las urnas.
Ellos están seguros de que con el Yunes azul en la silla embrujada del palacio sobrevendrá la peor cacería humana de que se tenga memoria, además, claro, de que Fidel Herrera y Javier Duarte y uno que otro fidelista y duartista están desde ahora en la mira.
Y como muchos más también habrían “metido la mano al cajón” (como decía Gerardo Buganza Salmerón), entonces han “puesto sus barbas a remojar”.
Así, muchas cúpulas tricolores (hordas y tribus) se miran en los penales de Pacho Viejo, Perote y Amatlán, donde serían enviados por el Yunes azul.
Y aun cuando el Yunes rojo de igual manera lo ha vaticinado sienten y piensa que sería flexible, negociando.
Pero al mismo tiempo, y como también es un político influenciable, la corte a su alrededor se encargaría de empinar a más, entre ellos, y por ejemplo, sus cabilderos Jorge Moreno Puga, Yolanda Gutiérrez Carlín, Ricardo Ahued Bardahuil, Teddy Palacios, Harry Jackson y Enrique Ampudia Mello.
Incluso, hasta quien será una especie de ministro sin cartera, Luis Antonio “El pollo” Pérez Fraga, con todo y su bonhomía.
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Además, el menosprecio por muchos asuntos fundamentales, entre ellos, y por ejemplo, los carteles, los desaparecidos, los secuestrados, los asesinados, los feminicidios, la violencia intrafamiliar, los migrantes, los analfabetas y los indígenas y los campesinos, de quienes al momento ni una sola palabra han pronunciado el par de Yunes, primos hermanos.
Y, por tanto, si en unas horas cerrarán sus precampañas y en ninguna ocasión se ocuparon de tales pendientes, el Veracruz de los desheredados está en la omisión, pues simple y llanamente en ningún momento les ocupa ni preocupa.
Incluso, ha sido la misma indolencia de Javier Duarte.